Olga Santisteban Otegui

Aquel columpio de plata

Hace ya algunos años, un parque infantil de un barrio de mi pueblo obtuvo un prestigioso premio estatal sobre áreas infantiles y equipamientos municipales. Integración con el entorno urbano, seguridad e innovación y toda clase de facilidades para la convivencia de mayores y pequeños eran una de las muchas «bondades» para concesión de tan prestigioso premio. Mención especialmente a reseñar su gestión de un entorno sostenible, respetuoso con el medio ambiente. En definitiva, toda una «joya» en los tiempos que corren. Parece que todo esto va a cambiar, supuestamente en «aras» del progreso y la modernidad, tal vez por «necesidades logísticas» que yo misma y muchos de mis convecinos y convecinas de este nuestro barrio (pobres incultos) no acabamos de entender. Si se cumplen, esos planes que tanto tememos, ya no habrá más columpios de plata, desarrollo sostenible, convivencia entre mayores y txikis (por mucho que nos digan lo contrario). En este barrio nuestro han crecido y jugado muchos de nuestros hijos, ahora también los nietos, ahí están sus risas y juegos. Queremos nuestro barrio tal y como está, seguro que hay más alternativas para ese moderno futuro, ¡seguro! No quiero ser malpensada (esto es solo una reflexión personal), que detrás de todo esto haya algún «jugoso» pelotazo, ¿a que no? A estas «alturas», ya hemos adivinado de qué barrio hablo, hablamos. ¿A que sí? Nuestro barrio, nuestro parque, nuestra vida.

Search