Iulen Lizaso Aldalur

«Estigma 2011-2015»

Pudimos leer recientemente un artículo editorial titulado: «El dilema de EH Bildu», y despejé la incógnita antes de leer su contenido.

Su primera parte la leí como cuando ves pasar un tren, pero la fotofija la entresaco del párrafo: …los propósitos de la enmienda que anunció la coalición tras el retroceso electoral de mayo, se ha quedado en nada al endurecerse las relaciones con el PNV sobre todo en Gipuzkoa.

Derivada de las declaraciones de este partido en la prensa, la versión en torno «cártel» de autobuses creado en Gipuzkoa en la época del gobierno de Bildu, nos llega «coja» y desgajada; decir: «Gipuzkoa, epicentro de la mayor investigación a empresas de autobuses por pactar mercado para el reparto del negocio”» …solo forma parte del relato.

Con gobiernos del PNV se denunciaron «cárteles» entre empresas vascas de catering escolar (poco se ha hablado de su resolución) y a nivel nacional a la empresa que recoge de manera masiva y casi en exclusiva los residuos de Gipuzkoa, asociada al negocio incinerador en Bizkaia, que cotiza en el IBEX 35, tiene domicilio fiscal fuera de la CAV y sobre ella pende una multa de 16,88 millones por parte de la Autoridad Nacional de la Competencia: «Se trata de una de las mayores multas del «superregulador» y uno de los mayores y «más complejos» cárteles detectados en los últimos años». Valoración de 2.015, de la que ningún periódico vasco aún ha escrito una sola línea.

«ELA denuncia que el PNV le trasladó que, si apoyaba la ILP de contratación pública, no podrían ‘licitar a la baja’». Titular que nos da la clave para descubrir que en los contratos que firmó Bildu con el «cártel» de autobuses prevalecieron cláusulas sociales (según ELA evitan miseria y explotación laboral) por encima de las habituales licitaciones a la baja contenidas en las cláusulas mercantiles que prioriza el PNV.

Pocas dudas de que el mayor dilema de Bildu son los medios de comunicación, y el de estos: verse obligados a manipular y censurar de manera infame y práctica indispensable para mantener su condición de clase y cota de poder de la oligarquía vasca.

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