He iniciado la lectura del artículo de Jose Mari Alemán titulado: “Oh Jesús”, con verdadero entusiasmo, ya que el personaje repasado en el mismo me despierta esa emoción, siendo para unos el Hijo de Dios, para otros, Dios hecho Hijo, hecho hombre, para otros un hijo de Dios como el resto de humanos o un humano más que creía en Dios, etc., etc.

A lo largo de estos 2.000 años, se le ha caracterizado como revolucionario para unos, profeta para otros, rebelde antisistema para los más y sin ninguna duda hoy estaría etiquetado, además de todo ello, como negacionista más.

De los hechos de Jesús destacados por José Mari Alemán y extrae de la lectura de: el libro de Urantia, en primer lugar, me ha impactado su certeza manifiesta de que lo escribieron seres celestiales y lo transcribió un humano en trance, hasta el detalle de la fecha del nacimiento de Jesús con día mes y año.

Me encaja el relato sobre las «andanzas» que tuvieron que llevar a cabo para huir de la represión y persecución a muerte por parte de Herodes, a los niños nacidos en el tiempo en que se anunciaba la llegada de un mesías-rey.

No coincido con la descripción que hace sobre cómo se formó la «Sagrada Familia de Nazaret»: Jesús y Maria y sus nueve hijos (6 varones y tres varonas). Menos aún lo que implícitamente extraigo, cuando incluye a Jesús en la misma línea y composición genética (adn) que al resto de hermanos, que sí los tuvo pero no de la misma línea paterna.

Tampoco cuando niega implícitamente que Dios Hijo no murió crucificado por mandato de Roma, sino que viajó por el mundo.