Han pasado ya 11 años desde aquel maldito viaje. 11 años desde que la política de dispersión asesinó a Karmele. Y a pesar de que en estos 11 años son muchas las cosas que han pasado no ha existido lugar para el reconocimiento. Lo ocurrido aquel día ha dejado una profunda herida en familiares, amigas y vecinas. Y a día de hoy todavía la herida sigue sangrando a borbotones.

Karmele no volverá a estar entre nosotras. No podremos volver a oír su voz, ni a disfrutar de su sonrisa. La muerte no tiene vuelta atrás. El vacío que deja una persona no se puede reemplazar. Pero sabemos muy bien que la profundidad de la herida abierta en este pueblo no se debe únicamente al vacío que genera la ausencia de una persona. Como sabemos también que la muerte de Karmele no fue un simple accidente de coche. Karmele y Jose Luis se encontraban en aquella carretera a consecuencia de una política de venganza, y el reconocimiento es la mercromina para curar esa herida. La memoria y el reconocimiento son la medicina.

Durante estos 11 años han sido muchos los actos realizados en Barañain para que no quede en el olvido lo sucedido a Karmele, para que quede escrito en el libro de la memoria. Sin embargo también han sido muchas las trabas y han intentado una y otra vez borrar su recuerdo de nuestras calles.  Pero lo que no se borra del corazón no se puede hacer desaparecer, y a pesar de que han intentado destruir carteles, pancartas, árboles y recordatorios, la magia de la memoria los ha devuelto a las calles. 11 años, cientos de recuerdos. Pequeñas grandes semillas en el camino de la memoria. Sin embargo, la reivindicación de lo sucedido no se puede limitar a la presencia en las calles de Barañain, no se puede quedar en una guerra de quita y pon de un recordatorio, debe ser parte del relato de este pueblo y para ello es preciso dar nuevos pasos. La memoria y el reconocimiento son imprescindibles.

El camino se hace caminando y el próximo 18 de febrero vamos a dar un nuevo paso en ese camino de la memoria y del reconocimiento. Por fin se le hará a Karmele el homenaje que se merece. Tras 11 años Karmele volverá a Barañain. Y esta vez volverá para quedarse. Todo lo sucedido tendrá el lugar que merece en nuestro pueblo y las próximas generaciones conocerán que Karmele murió a consecuencia del conflicto que vive nuestro pueblo. Ese es el mejor homenaje que podemos hacerle a Karmele. Karmele, Ekain, Jose Luis, os lo mereceis, este pueblo os debe memoria, verdad y reconocimiento.

¡El próximo 18 de febrero a la 19:00 nos vemos en el Auditorio de Barañain!