La causa justa del Sahara noquea al PSOE y al PSE

El Parlamento Vasco aprobó una proposición en la que rechaza el apoyo del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a la propuesta de autonomía para el Sahara del Reino de Marruecos. El texto aboga por una solución dialogada en el marco de las resoluciones de la ONU y por el respeto al derecho de la libre autodeterminación del pueblo saharaui. El Parlamento reconoció, asimismo, a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) e instó al Gobierno español a reconocerla. Todos los grupos votaron a favor, salvo el PSE.

Una resolución contundente, con un apoyo tan amplio como poco habitual, que vuelve a poner en evidencia el garrafal error que cometió Pedro Sánchez al arrinconar la legalidad internacional y tomar partido por el Estado agresor en el conflicto del Sahara. Error que posteriormente ha sido puesto de relieve en el Parlamento español –donde tampoco logró ningún apoyo, excepto el del PSOE– y en la visita a Rabat en la que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, iba a rubricar el cambio de postura de Madrid. Aquel viaje fue suspendido en el último momento, cuando el rey marroquí exigió una representación de mayor nivel, y fue finalmente Pedro Sánchez el que tuvo que acercarse a rendir pleitesía a Mohamed VI. Desastre que se ha completado con el enfriamiento en las relaciones con Argelia, que afectará al suministro de gas.

A esta traición, como la califican muchos, no es ajeno el PSOE, partido que acumula en su dilatada historia un buen número de renuncias que van desde el apoyo a la monarquía y a la OTAN hasta el rechazo a la autodeterminación para Catalunya o Euskal Herria. Por su parte, el PSE tampoco tuvo arrestos para desmarcarse y trató de defender lo indefendible, presentando la moción como un ataque contra el Gobierno y su presidente. Terrible bagaje para unos partidos que se dicen de izquierda pero que carecen de coraje para defender la justicia, los derechos humanos, la legalidad internacional y al pueblo saharaui.

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