Urkullu, siempre de la mano del Estado

En el juicio que se sigue en el Tribunal Supremo contra los dirigentes catalanes ayer declaró en calidad de testigo el lehendakari Iñigo Urkullu. Explicó las gestiones de intermediación que hizo entre el presidente español, Mariano Rajoy, y el president de Catalunya, Carles Puigdemont. Según la exposición que hizo, su actuación fue dirigida a evitar tanto la aplicación del 155 como la declaración unilateral de independencia.

Más allá del relato y de las intuiciones que tuvo Urkullu durante el proceso, cabe preguntarse en calidad de qué actuó de intermediario. Es posible que la suya fuera una mediación de índole personal, en cuyo caso la responsabilidad sería también particular. Sin embargo, es también un responsable político que ostenta el cargo de lehendakari. Desde esta perspectiva, su actuación trasciende claramente el ámbito personal y entra de lleno en el político. Por esta razón resulta oportuno preguntarse si el lehendakari consultó su papel en esa mediación con alguien; o si tenía un mandato concreto para actuar en un sentido determinado. Cabe preguntarse también por qué no informó de sus gestiones a la sociedad vasca que, en general, respaldó ampliamente el referéndum celebrado en Catalunya. Es más, la calculada equidistancia del lehendakari no parece que represente adecuadamente los anhelos de la ciudadanía vasca. Finalizó diciendo que quería evitar males mayores, lo que lleva a preguntarse a quién se los quería evitar: ¿tal vez al Estado español que estaba contra las cuerdas por su nefasta gestión del 1-O? Preguntas pertinentes todas ellas, sobre todo si consideramos que también maniobró contra el denominado “plan Ibarretxe”, tal como reconoció a la periodista Maria Antonia Iglesias años después.

En todo este recorrido se observa que el actual lehendakari sí ha seguido una línea coherente, que se ha caracterizado por que en los momentos en los que Madrid ha tenido más problemas para hacer frente a las aspiraciones soberanistas vehiculizadas por cauces institucionales siempre ha estado dispuesto a echar una mano… al Estado.

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