Como en 'Apocalipsis now', el ataúd fue aerotransportado en helicóptero, pero no sonaba la 'Cabalgata de las walkirias' de Wagner, sino el 'Cara al sol' y los gritos de fondo de un centenar de nostálgicos que repetían, brazo en alto, vivas a España y a Franco.
A esos vítores se unieron, ya en El Pardo, los de Antonio Tejero, el guardia civil protagonista del asalto al Congreso el 23 de febrero de 1981, que gritaba «honor y gloria». Fue precisamente su hijo Ramón el sacerdote que ofició la misa en la ceremonia privada de la cripta.
Al acercamiento de Franco se opusieron PP, Ciudadanos y Vox, aunque los dos primeros se abstuvieron en la votación parlamentaria, mientras que los de Abascal se mantuvieron firmes y prietas las filas.
La biología –fundamentalmente– había ido haciendo su trabajo entre los franquistas, pero en el régimen del 78 habían aparecido ya nuevas generaciones fascistas sin vergüenza que, incluso, trataban a PP y Ciudadanos de «derechita acomplejada».
En la doble convocatoria de elecciones generales que se celebraron en 2019, Vox pasó de los 24 escaños en abril a los 52 en noviembre, un espectacular aumento de más del doble en poco más de seis meses.
La «derechita acomplejada» del PP también aumentó de manera considerable; de 66 en abril a 89 en noviembre.
Semejantes saltos fueron posibles porque Ciudadanos perdió 47 escaños en lo que medió entre ambas convocatorias.
Resultaba evidente que un partido de diseño, como Ciudadanos, que había empezado situándose en un extraño espacio indefinible de socialismo liberal antinacionalista, se había convertido en un nicho derechista, que llegado el momento de la decantación se dividió entre la derecha extrema y la extrema derecha.
Aun así, tras las elecciones municipales del 26 de mayo en el Estado español –que ganó el PSOE- los tres partidos se las apañaron bien entre ellos para arrebatar todo lo posible al PSOE o Podemos, quedándose, así, con capitales como Madrid y Zaragoza.
También lo hicieron en algunas comunidades autónomas, y cogieron Madrid, Castilla-León o Murcia.
El mismo domingo 26 de mayo también hubo urnas para el Parlamento Europeo. La circunscripción única del Estado español dio como resultado el mayor número de europarlamentarios independentistas hasta el momento; seis escaños, entre ellos Pernando Barrena.
Fueron 2,2 millones de votos recibidos por Orain Errepublikak-Ahora Repúblicas –ERC, EHBildu, BNG y dos partidos soberanistas asturianos y aragoneses–, Lliures per Europa –JxCat y Junts– y CEUS –PNV, Coalición Canaria y otros pequeños grupos–.
En la circunscripción de los Pirineos Atlánticos para las europeas la victoria fue para La Republique en Marche, seguida de la ultraderecha de Marine Le Pen y, en tercer lugar, los verdes de Europe Ecologie.
En las diferentes convocatorias a las urnas en la Euskal Herria peninsular, en 2019 el PNV se mantuvo como el más votado, aunque EH Bildu fue quien más concejales obtuvo. Las Juntas Generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa quedaron en manos jelkides, así como sus tres capitales.
Iruñea fue para Enrique Maya, de Navarra Suma, gracias a que el PSN, para echar de la Alcaldía a Asiron, apoyó a la derecha navarra en lugar de a EH Bildu.
Esta opción del PSN por la derecha se dio también en otros consistorios navarros, y en la CAV, donde el PSE brindó su apoyo al PNV.
Fue diferente la actitud para la formación del Gobierno de Nafarroa, donde la buena disposición del PSN facilitó la abstención de EH Bildu y María Chivite, del PSN, se hizo con la Lehendakaritza.
2019 no fue buen año para UPN, que decidió presentarse a las elecciones generales junto a PP y Ciudadanos en Navarra Suma, haciendo una apuesta por Casado para presidente de Gobierno español que luego le impulsara a la reconquista de Nafarroa.
Pero no salió como esperaban; y tampoco los resultados de las municipales y Parlamento navarro fueron satisfactorios. El gran golpe les llegó en la repetición de las generales en noviembre, donde solo lograron 100.000 votos.
Por si fuera poco, en esos comicios de otoño entró por Nafarroa en el Congreso español Bel Pozueta, de EH Bildu, referente de las familias de los procesados por el 'caso Altsasu'. Con ella, EH Bildu alcanzó los cinco escaños, que le dieron acceso a tener grupo parlamentario propio; igual que el PNV, con seis. Era la primera vez que se formaban dos grupos vascos en las Cortes españolas.
Precisamente, los jóvenes del 'caso Altsasu' siguieron recibiendo impresionantes muestras de solidaridad. En marzo se desplazaron decenas de miles de personas a una localidad como Altsasu, que apenas tiene 7.500 habitantes.
Los días previos, los alrededores se convirtieron en un auténtico camping y se llegó a decir que la población se había multiplicado por diez.
El 26 de octubre se celebró en Iruñea una gran manifestación en la que participaron 54.000 personas.
Dos semanas antes, el Tribunal Supremo había dictado la sentencia firme, que retiró el agravante de discriminación y rebajó las penas a los ocho jóvenes. Pero las que había impuesto la Audiencia Nacional eran tan altas que el resultado siguió siendo desproporcionado.
A los dos que recibieron las condenas más bajas les fue concedido el tercer grado a finales de diciembre y pudieron disfrutar de los primeros permisos antes de concluir el año. En junio de 2021 entraron en tercer grado los dos jóvenes que aún quedaban en prisión.
Durante 2019 se movieron muy pocas cosas en la situación de prisioneros y prisioneras vascas. En el Estado español hubo algún acercamiento y también alguna progresión de grado y primeros permisos, pero con cuentagotas.
Y eso cuando ya dos tercios de los presos y presas habían iniciado el recorrido jurídico, tal y como decidiera el EPPK.
En 2019 hubo nueve accidentes de tráfico de familiares y amigos.
A finales de marzo quedó en libertad en Portugal Andoni Zengotitabengoa, el último prisionero que se encontraba encarcelado fuera de los dos estados. Era la primera vez en décadas, aunque aún quedaban alrededor de 70 personas exiliadas o deportadas.
En Catalunya, 2019 fue año de juicios en el Tribunal Supremo y encarcelamientos de independentistas. Finalmente no fueron condenados por «rebelión», sino por «sedición», aunque las altas condenas impuestas dejaban claro el ánimo vengativo.
En ese clima de ofensiva contra el independentismo, EH Bildu y ERC acordaron en marzo emprender una «ofensiva sincronizada frente al Estado».
Y en octubre, representantes de las formaciones independentistas EH Bildu por Euskal Herria, ERC, JxCat, PdeCat y la CUP por Catalunya, BNG por Galiza y otros partidos valencianos y baleares firmaron en Barcelona la Declaración de la Llotja de Mar.
El PNV, en su línea, se mantuvo de perfil en todas las iniciativas. Xabier Arzalluz no llegó a ver esta efervescencia independentista porque falleció en febrero.
El año en que cargaron a GARA la deuda con la Seguridad Social que atribuían a 'Egin' murió Isidro Murga, uno de los artífices del diario clausurado y que pagó años de cárcel por ello.
El expolio contra GARA encendió de nuevo la llama de la solidaridad para abordar la deuda de más de 3 millones de euros y lograr 10.000 nuevas suscripciones.
El compromiso y gran apoyo popular hizo posible superar el reto y que GARA no desapareciera, que, a fin de cuentas, era el objetivo desde que Garzón, tras cerrar 'Egin', maniobrara contra GARA.
Hermoso rastro fue el que dejó a su paso la Korrika 21, que hizo 2.560 km desde Gares a Gasteiz. El último kilómetro fue para Maialen Lujanbio, en una edición en la que se homenajeó a José Luis Álvarez Enparantza, 'Txillardegi', toda una vida de compromiso con Euskal Herria y el euskara y uno de los principales creadores del batua.