1977/2024 , 19 janvier

Aritz Intxusta
Redactor de actualidad
Entrevue
Elías Antón
Víctima de Melitón Manzanas

«La condecoración a Melitón Manzanas fue para mí un insulto brutal»

Elías Antón fue víctima de las torturas físicas y psicológicas de Melitón Manzanas. Sintió indignación el día en que supo que se le concedía la medalla en 2001. En su opinión, la figura del policía forma parte del «gran terror» que se legalizó con la amnistía del 77. 

Vengo a que me hable de Melitón Manzanas.

Sabíamos que le gustaba mucho ir a la iglesia de Guadalupe [Hondarribia]. Así que le pintamos a la subida de Guadalupe «Gora Euskadi!» y tal. Entonces no hacíamos más que pintadas y poner ikurriñas. Usábamos brochas de esas de calafateado de barcos. Eso no me lo perdonó. Y era un asesino natural, porque lo era. No soportaba que aquella, su iglesia, fuera señalada así.

¿De qué año habla? ¿En qué año le atrapó?

En el 66, yo tenía 19 años. Estuvimos poco en la cárcel. Éramos noveles. Nos dejaron en libertad condicional para un juicio en Madrid. Bueno, creo que quedó en unos siete años entre una cosa y otra, pero vinieron cosas que lo cambiaron. Tres años y medio pasé.

¿Quién era Manzanas?

Melitón era alguien que se apuntó desde el principio y que se apuntó para pegar. No le importaba a quién. Pegaba a los contrabandistas para sacar tajada. Les perseguía en Irun. Era terrible. Yo estrené el Gobierno Civil de Gipuzkoa... o al menos sus agujeros. Melitón venía por detrás y se subía sobre las esposas que tenía atadas a la espalda para que se me clavaran. Me dejó las muñecas en carne viva. Notaba cómo se lo pasaba de puta madre. Me decía que ahora iban a traer a mi hermana y a mi madre. Que iban a gozar con ellas. Tenía 19 años entonces y hoy tengo 77. No se olvidan esas cosas, no, no se olvidan.

¿Manzanas disfrutaba torturando?

¡Y cómo! Saltaba. ¡Cómo me pegaba! Me metía la pistola en la boca. Me daba con la culata en todos los dientes. Pegaba de todas las maneras.

¿Le amenazó, entonces, con sus familiares?
Las ikurriñas, sostenía él, las cosían mi hermana y mi madre. Me decía que las iban a llevar allí para violarlas.

«Me decía que iba a traer a mi hermana y a mi madre para violarlas»

¿Sabía el nombre de su madre y de su hermana?

Por supuesto, lo sabía todo. Yo me entregué por consejo de mi abogado. Habían llamado a mi casa, habían cogido ya a todos los demás. Eso es algo que me da rabia. Le conté todo, pero ya lo sabía él. Me pegó para nada, no lo necesitaba, me torturó solo porque quiso.

Con todo lo que le hizo, sin embargo, no fue el peor torturador con el que se ha encontrado.

Es el peor torturador al que le he visto la cara. Los otros, los que fueron de Pamplona a Madrid, no tenían huevos. En aquella cueva de Madrid había por lo menos 20. Había unos sótanos con unas rejas de alambre y el suelo de tierra, todo el suelo era tierra y recuerdo la tierra. Allí estuve, allí dormí. Ni comí ni bebí.

¿Le golpeaban?

Perdí el conocimiento a causa de los golpes en la cabeza varias veces. Había un tipo que mediría 1,55, pero unos brazos como mis muslos. Me golpeaba así [Antón levanta el puño cerrado y lo descarga bajando el brazo como si fuera un martillo]. «Le vas a matar», le decían los demás, hasta que lo echaron. Recuerdo que les pedí dos veces que me mataran.

¿Recuerda cuando condecoraron a Manzanas, el 19 de enero 2001?

Claro. Fue, para mí, un insulto brutal. Ahora le doy muchas vueltas al terrorismo. Para mí, los terroristas son Franco y el PP y Melitón. Ese es el terror. Llevo toda mi vida enfrentándome al terror, al gran terror, el que dejó aquí en Nafarroa 3.500 muertos sin frente de guerra. Te lo expliqué cuando hablamos de la querella argentina: ni olvido ni perdón. No puedo olvidar la tortura de Manzanas, porque fue gratuita. No tenía por qué haberme torturado. Sabía todo de sobra. Él se vengaba. Era una bestia.

La medalla me hace pensar: ¿qué cinismo? ¿qué sociedad? ¿para qué 40 años de pretendida democracia? La ley de Amnistía sirvió para legalizar todo el gran terrorismo. ¿Cómo no iban a legalizar después a Melitón Manzanas? Fue uno de sus mayores servidores. Un nazi, un colaborador de la Gestapo, de las Flechas Verdes... Todo eso da igual.

Elías Antón insiste en que no puede olvidar, y perdonar tampoco. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

¿Cree que han conseguido limpiar con la medalla a Melitón? Cada año salta la polémica por el Memorial de Víctimas que, el día del atentado contra Manzanas, lo recuerda omitiendo el lado oscuro que retrata no solo usted, sino decenas de sus víctimas.

Ya no solo lo reivindican los adláteres de Franco y el Movimiento Nacional. Ahora lo reivindica hasta el PNV. Urkullu se ha subido a ese carro. Han perdido el sentido del tiempo y el ritmo de la política. Ahora solo escupen sobre EH Bildu. Pero, en mi opinión, la luz va aflorando. La gente está tomando conciencia de quién verdaderamente defiende a las trabajadoras y trabajadores vascos.

«¿O nos vamos a creer ahora que fue Franco solo? Primero AP, luego PP y Vox son hijos de los amnistiados»

El PSOE, UGT, CCOO... en 2001 se opusieron a la medalla. Ahora no parecen tan incómodos.

Todo viene del 78, de la amnistía. Todos son hijos de amnistiados. Se amnistió hasta el rey, a todos los ejecutores, a los golpistas... ¿O nos vamos a creer ahora que fue Franco solo? Primero AP, luego el PP y Vox, que viene de ahí, son los hijos de los amnistiados.

¿Dónde le pilló la muerte de Manzanas?

En la cárcel. Era agosto. Vinieron a verme y trajeron manzanas para el postre. ¿Manzanas? ¿Por qué traen manzanas? Había entre ellos y yo un alambre de estos de jaula y era un pasillo estrecho. El funcionario pasaba una vez y otra por el pasillo. «Sagarrak, sagarrak...», insistían. Me hicieron este gesto [el del emperador romano condenando a muerte en el Coliseo: un puño cerrado con pulgar hacia abajo]. Entonces lo entendí. Sentí alegría, esa es la verdad.