1977/2024 , 5 février

Ramón Sola

Cuando Sanz defendió en 'Egin' la negociación política con ETA

Corría el 5 de febrero de 1989 cuando una entrevista en 'Egin' iba a remover los cimientos de UPN. Miguel Sanz, entonces joven vicepresidente del partido (36 años), defendería abiertamente la negociación política con ETA siguiendo la estela de Juan Cruz Alli, con quien luego rompería amarras.

Miguel Sanz, ya como presidente navarro, en 1999. Encadenaría gobiernos de 1996 a 2011.
Miguel Sanz, ya como presidente navarro, en 1999. Encadenaría gobiernos de 1996 a 2011. (Joxe Lacalle)

La entrevista realizada por Peru Ilzarbe (seudónimo de Fermin Munarriz) y publicada el 5 de febrero de 1989 sorprenderá a quienes conozcan toda la trayectoria posterior de Miguel Sanz, el mandatario navarro más longevo de esta fase histórica, puesto que fue presidente del Gobierno foral desde 1996 hasta 2011.

Antes de que abanderara los postulados más cerrados de la derecha españolista en Nafarroa, hubo un Sanz emergente que a sus 36 años ya había liderado la lista de UPN al Parlamento navarro y ocupaba la vicepresidencia del partido, a cuyo frente estaba el fundador, Jesús Aizpún.

Antes de explicar los entresijos y el desarrollo de la polémica, recojamos textualmente qué dijo Sanz en aquella entrevista que levantaría ampollas. Solo dos matices previos para marcar el contexto: aún estaba en marcha el proceso de negociación entre Gobierno español y ETA en Argel, al que se oponía UPN junto al resto de la derecha española, y acababa de celebrarse el congreso del partido, en el que el llamado «sector renovador» al que pertenecía Sanz había copado la dirección.



A continuación, extractos de aquella entrevista en estilo indirecto:

(...) Para Miguel Sanz, el tiempo y los últimos acontecimientos han dado la razón a [Juan Cruz] Alli: «Yo estoy a favor de la negociación –responde taxativo el nuevo presidente de UPN–, yo estoy a favor de que ETA deje las armas. Si para alcanzar ese objetivo son necesarios la negociación y el diálogo, estoy a favor, pero siempre y cuando ETA deje de matar y de imponer sus tesis por la vía del terror, que es lo que algunos no entendieron de las palabras de nuestro portavoz parlamentario [Alli]».

Pese al intercambio de críticas y opiniones contrapuestas existentes sobre este tema en el seno de la formación regionalista, el dirigente de UPN no elude agarrar el toro por los cuernos: «Por supuesto que en los contactos de Argel se pueden tocar planteamientos políticos, pero dentro del marco jurídico actualmente establecido» (…)

«Por supuesto que en los contactos de Argel se pueden tocar planteamientos políticos», decía aquel joven Miguel Sanz

«A mi juicio, el punto más difícil es la voluntad de negociar –manifiesta–. Si realmente existe voluntad de negociar, todo el mundo sabe lo que quiere uno y el otro, y todo el mundo sabe lo que es conveniente para la sociedad. Y lo conveniente para ésta es que se acabe el terrorismo. A mí se me ponen los pelos de punta cuando oigo a un ministro decir que para el año 92 se habrá acabado con el terrorismo. ¿Por qué es necesario esperar hasta 1992? Eso me hace pensar que no existe una auténtica voluntad negociadora» (…)

El contenido político de los contactos de Argel tiene, para Miguel Sanz, un techo «aconsejable»: «Veo lejana la reforma de la Constitución y prefiero no pronunciarme, porque habría que ver también las contrapartidas –puntualiza–: no sería aconsejable reformar la Constitución, pero no descarto absolutamente nada, porque a veces los medios justifican el fin de las cosas. Yo soy un hombre que cree en el marco constitucional pero que cree también que las leyes son cambiables. En estos momentos no sería necesario, quizás, cambiar la Constitución, que ha sido ampliamente apoyada por los españoles».

Los contenidos de la Alternativa KAS tampoco constituyen un hierro rusiente para el representante de la corriente renovadora. Considera que la plataforma abertzale contiene puntos «que pueden ser perfectamente modulables en una negociación y que, en algún porcentaje, no quebrarían el marco jurídico establecido». Pero se apresura a añadir: «Hay conceptos que indudablemente lo quebrarían y entonces me posiciono en contra. Por ejemplo, el tratamiento de Navarra y su integración en la CAV. Pero hay otros conceptos que, a través de la negociación y en un plazo lejano, podrían ser asumidos, sobre todo cuando se cree en la libertad y la democracia y se cree que es importante la paz y la estabilidad».

Enlaza con ello el «esfuerzo» por aceptar una amnistía de los presos políticos vascos: «Si en las negociaciones es una de las premisas importantes para acabar con el terrorismo, yo pienso que la sociedad de España y el Gobierno del Estado podrían llegar a un esfuerzo, además creo que sería en gran parte aceptado por la sociedad española», agrega. (...)

Ruptura con Alli

Hasta ahí el entrecomillado literal y, desde ahí, la polémica que sacudió a UPN durante varias semanas.

Miradas en perspectiva, las declaraciones del joven Sanz se entienden desde el influjo que generaba el liderazgo de Juan Cruz Alli, que no tenía cargos de peso en el partido pero sí en el grupo parlamentario y en cuya cabeza había una hoja de ruta más clara. Ambos llegarían de la mano al Gobierno navarro en 1991, con Alli como presidente y Sanz como vicepresidente. Pero en esa misma legislatura las costuras de UPN saltarían, al no poder asumir la apertura de miras y heterodoxia de Alli.

Las declaraciones se entendían desde el influjo de Alli, con quien luego Sanz rompió amarras; la heterodoxia del lehendakari navarro haría saltar las costuras de UPN

Se generó una ruptura en la que el presidente del Gobierno terminó saliendo del partido para crear CDN, una formación más de centro y que pasaría a pactar un nuevo Ejecutivo con el PSN, EA e IU en 1995. Abocado a esa encrucijada, Sanz plegó velas y decidió quedarse en UPN, formación que lideraría durante década y media. Y en paralelo metió bajo tierra aquellos planteamientos en favor del diálogo: de hecho, sería el principal auspiciador de la gran movilización de primavera de 2007 con el proceso de negociación emprendido por José Luis Rodríguez Zapatero, bajo el lema de «Navarra no es negociable».


Sanz, Alli y Del Burgo coincidieron de esta guisa en un desfile de la Guardia Civil en Iruñea en 2019. (Jagoba Manterola | Foku)