La Operación Tormenta del Desierto desatada por Estados Unidos en Irak sumaba ya unas 30.000 muertes cuando, el 7 de febrero de 1991, HB realizó una osada acción de respuesta en un escenario más que pertinente. Se trataba del polígono de tiro de las Bardenas, una amplia zona de territorio vasco hecho suyo por el Ejército español en 1951 y que se renovaría en 2001 por una recompensa económica a los llamados «congozantes».
La protesta se llevó a cabo, además, en una de las maniobras militares periódicas que llevaban y llevan a cabo el Ejército español y tropas de la OTAN. Unos ejercicios que han costado la vida en estas décadas a una veintena de personas, comenzando por un pastor de Argedas y siguiendo por militares de diferentes graduaciones.
También sobresalía en la protesta el peso de la cuestión palestina en los argumentos de la formación independentista, un genocidio continuado hasta el presente.
Así lo contó 'Egin' en esta crónica de Ane Iturribide:
Cargos electos de HB se encadenaron en Las Bardenas en una acción de «paz contra la guerra»
Cargos electos de HB, entre los que se encontraba el diputado Jon Idigoras, los parlamentarios Sagrario Aleman, Floren Aoiz, Mauricio Olite y Tasio Erkizia, y algunos alcaldes y concejales, lograron parar en la mañana de ayer, durante un largo rato, los entrenamientos militares que realizan los aviones del Estado español y EEUU en el polígono de tiro de las Bardenas.
Los electos de HB consiguieron introducirse en el interior del polígono y encadenarse justo en el lugar donde se encuentran las dianas para efectuar las prácticas de tiro, cuando varios aviones se encontraban lanzando bombas y proyectiles.
Con esta acción de «paz contra la guerra», como la calificaron los representantes abertzales, exigieron el desmantelamiento inmediato del polígono de tiro porque, como aseguraron, «no se puede ceder nuestro territorio para que los americanos aprendan a tirar bombas para masacrar a los pueblos».
Idigoras declaró que «si nosotros no aceptamos hoy la invasión de Kuwait, menos la de Cisjordania y Gaza por los israelitas». La cuestión palestina ya era prioritaria para la izquierda independentista vasca
Jon Idigoras fue claro al afirmar que, aunque la acción había sido arriesgada, «era necesario denunciar la guerra y dar un paso adelante para denunciar la actitud del Gobierno español y del de Nafarroa y el vascongado». Afirmó que había sido muy importante «demostrar a los pilotos, que hoy están matando miles y miles de personas en el Golfo Pérsico y que hoy se están entrenando para el crimen en otros países y atentando contra su soberanía política, que mediante una actitud responsable y audaz de unos cargos electos realmente se puede hacer frente a la situación» (…)
HB llevó al polígono de tiro su deseo de paz y de buscar una solución negociada y dialogada, en el conjunto de los problemas de Oriente Medio, a la hoy llamada crisis del Golfo. Así Idigoras afirmó que «si nosotros no aceptamos hoy la invasión de Kuwait, menos aceptamos la de Cisjordania y Gaza por los israelitas» (…)
Entrar a un polígono humeante
Hacia las 11 de la mañana, los cargos electos de HB lograron acceder al polígono de tiro por la parte de atrás y a pie, portando ikurriñas, banderas de Nafarroa, banderas blancas y una gran bandera que aunaba la ikurriña, la enseña de HB, la bandera palestina y la árabe, mientras en medio se leía en mayúsculas «Intsumisioa».
A pesar de que habían entrado en la zona de prácticas y de que su presencia era visible y había sido detectada por la Guardia Civil que custodia la zona, cuatro aviones volvieron a lanzar algunos proyectiles en el momento en que los cargos electos se encontraban avanzando hacia los blancos.
Cuatro aviones lanzaron algunos proyectiles mientras los electos ya avanzaban hacia los blancos
Después, los aviones realizaron algunas pasadas y piruetas muy cerca de ellos y entraron en picado hasta los objetivos del blanco. Unos ocho minutos después, los aviones se retiraron de los objetivos de lanzamiento.
Toda la operación duró alrededor de 45 minutos, hasta que la Guardia Civil llegó a la zona donde se encontraban los parlamentarios y les mandaron desalojar.
A continuación los electos rodearon con varios vehículos el polígono de tiro, llegando hasta la puerta del acuartelamiento militar, donde, en medio de un gran despliegue de la Guardia Civil y de la Policía del Ejército del Aire, entregaron una carta al mando militar. En esta carta, dirigida al Ministerio de Defensa, denunciaban la situación de la guerra y del polígono de tiro, a la vez que exigían su desmantelamiento y recordaban, con las actas del referéndum, que en Euskal Herria fue mayoritario el no a la OTAN.