1977/2024 , 8 février

Ramon Sola
Aktualitateko erredaktore burua / Redactor jefe de actualidad

GAL: De 'Peru' y 'Stein' al desmentido de González, once años de tragedia y desvergüenza

El terrorismo de Estado de los GAL, con 27 víctimas mortales, impregna buena parte del calendario pero especialmente este 8 de febrero. Ese día de 1984 segó la vida de Bixente Perurena y Angel Gurmindo en Hendaia, en 1986 provocó cinco heridos en el bar Batxoki de Baiona, y en 1995 vio el inverosímil desmentido de Felipe González.

Bixente Perurena eta Angel Gurmindori 2009an egindako omenaldia
Bixente Perurena eta Angel Gurmindori 2009an egindako omenaldia (Kazeta)

En la calle de Hendaia en que todavía estaban tendidos los cadáveres de Bixente Perurena 'Peru' y Angel Gurmindo 'Stein', una joven se dirigió con rabia pero con serenidad a los agentes de los CRS, según contaba 'Egin'. Tenía una pregunta que hacerles: «¿A cuántos de nosotros tienen que matar para que empecéis a reaccionar?».



Esa joven era Izaskun Ugarte, compañera de Mikel Goikoetxea 'Txapela', al que los GAL habían matado apenas un mes antes de ese 8 de febrero de 1984. Cuando las balas acabaron con 'Peru' y 'Stein', esta expresión del terrorismo de Estado sumaba cuatro víctimas mortales y dos personas desaparecidas (Joxean Lasa y Joxi Zabala). La pregunta de Ugarte era más que pertinente si se tiene en cuenta que los GAL no serían desactivados hasta sumar 27 muertos, ya en 1987.

Perurena había barruntado el ataque y pidió a Gurmindo que lo acompañara; los acabaron matando a los dos

Bixente Perurena había barruntado el ataque. 'Egin' detalló que horas antes había comunicado a la comisaría de la Policía francesa de Hendaia que notaba seguimientos de dos vehículos con matrícula de Bizkaia. Era hermano del ciclista Txomin Perurena y tenía tres hijas. Pidió que le acompañara a otro refugiado muy activo, el olaztiarra Angel Gurmindo 'Stein', de 30 años. Los acabaron matando a los dos.

Argi, una de las hijas de 'Peru', recordaría en un acto en Oiartzun 35 años después que su padre intentaba mantener la actividad y el ánimo, pero las pequeñas le observaban mirar debajo del coche: «Nos decía que estaba estropeado». [VÍDEO DEL ACTO AQUÍ]

Niños en el Batxoki

Como mostraba el caso Ugarte en Hendaia, el ensañamiento con los refugiados vascos era tan continuo que seguía después de las muertes y se retroalimentaba afectando a dos generaciones. Una prueba llegó justo dos años después, otro 8 de febrero de 1986, con el ametrallamiento del bar Batxoki de Baiona Ttipia. Y es que en él resultaron heridas la viuda y la hija de Juan Mari 'Txato' Otegi, al que el GAL había quitado la vida en agosto de 1985 en Donibane Garazi.

En el ametrallamiento del Batxoki resultaron heridas la viuda y la hija de 'Txato' Otegi, a quien el GAL había matado medio año antes

La niña tenía apenas tres años, igual que la hija de otro refugiado herida en el mismo atentado del Batxoki. Fueron cinco en total las personas tiroteadas, que en este caso afortunadamente lograron salvarse.

Comentario (‘Asteko kronika’) en ‘Egin’ tras el atentado del Batxoki.


Colocar explosivos o ametrallar bares en que se reunían exiliados vascos se había convertido en una constante de esta trama: Lagunekin, Bittor, Trinquet, Café des Pyrénées, Consolation… y obviamente Monbar, el pequeño hotel de la capital labortana en que habían sido ametrallados medio año antes Iñaki Asteasuinzarra, Joxe Mari Etxaniz, Agustin Irazustabarrena y Sabin Etxaide, en la acción más mortífera de los cuatro años de sangría impune de los GAL.

Además de las muertes, la sacudida emocional consiguiente quedaría grabada en la canción de Kortatu: «Han vuelto a sonar/ campanadas a la muerte/ en el hotel Monbar./ Me he estremecido/ ¿quién pagaría esto?/ Un escalofrío/ me recorre el cuerpo/ Cuatro claveles rojos/ quedan en el recuerdo/ y un sudor frío/ cada vez que lo cuento».



1995: el no de González

La estela dolorosa de los GAL seguiría muy viva en Euskal Herria en los siguientes años pero su eco se apagaría a nivel estatal, hasta que en 1995 rebrotó por la identificación de los restos de Lasa y Zabala en una morgue de Alacant y ciertos intereses políticos del PP. Curiosamente sería otro 8 de febrero cuando el tema estallaría en el Congreso de los Diputados en el Debate sobre el Estado de la Nación y daría pie a una vergonzosa intervención del todavía presidente, Felipe González: según él, el gobierno que lideró no solo no había creado los GAL sino que había sido quien los había hecho desaparecer.

Para entonces los «papeles del Cesid» aparecidos en la prensa ya eran reveladores sobre la implicación oficial. Con el tiempo se irían sumando otros elementos, como los documentos desclasificados por la CIA que en aquella época establecían que «Felipe González ha acordado la creación de un grupo de mercenarios para combatir fuera de la ley a terroristas», o el audio de Intxaurrondo en el que un agente daba información sobre casos como el de Lasa y Zabala al jefe operativo del Cesid.

Con todo, muy pocos casos de esta trama han llegado a juicio y a condena, como el citado de Joxi y Joxean, donde por cierto declaró como testigo Izaskun Ugarte por las sospechas de que la captura y torturas a estos dos refugiados hubiera acabado llevando hasta Mikel Goikoetxea. El de 'Txapela' es uno de los crímenes absolutamente impunes. También el de 'Peru' y 'Stein'. Por el tiroteo del Batxoki fueron condenados algunos mercenarios portugueses y se determinó judicialmente que los habían contratado los policías españoles José Amedo y Michel Domínguez.