1977/2024 , 24 février

Beñat Zaldua
Edukien erredakzio burua / jefe de redacción de contenidos

Carta de Idigoras desde la cárcel: «¡No sabía que el hijo de Juanita Gerrikabeitia valiera tanto dinero!»

Jon Idigoras fue detenido por orden de Baltasar Garzón el 21 de febrero de 1996 en el caso de los vídeos electorales de HB por el que acabaría condenada toda la Mesa Nacional, en una sentencia después invalidada por el Constitucional. El 24 de febrero 'Egin' publicó una carta suya desde prisión que lo mismo sirve como perfil del zornotzarra.

Jon Idigoras, en la entrevista de Quintero.
Jon Idigoras, en la entrevista de Quintero. (‘La boca del lobo’)

Jon Idigoras fue uno de los personajes más originales de la izquierda abertzale en el último cuarto del siglo XX. El zornotzarra es ampliamente recordado por su oratoria, su franqueza y sus intervenciones desde el estrado del Congreso de los Diputados. «Saquen sus sucias manos de Euskal Herria» sigue siendo un lema que pasa de generación en generación.

El 24 de febrero de 1996 amaneció para él en la cárcel, tras haber sido detenido tres días antes por no acudir a declarar a la Audiencia Nacional española. La causa fueron los vídeos que Herri Batasuna quiso incluir en la campaña electoral de aquel año –explicando la Alternativa Democrática propuesta por ETA–, por los que acabaría siendo juzgada y condenada toda la Mesa Nacional de HB, en una sentencia posteriormente revocada por el Tribunal Constitucional.

Antes de todo eso, aquel 24 de febrero, 'Egin' publicó una carta escrita por Idigoras de su puño y letra. Hay mucho del momento concreto, y otro mucho del carácter del hijo de Juanita Gerrikabeitia, que no ahorra piropos a sus carceleros ni a la Ertzaintza, que colaboró proactivamente en su detención y a la que señala por el trato mezquino dispensado: «Peor que la Guardia Civil, que ya es decir». Aquel mismo día, Arzalluz acusó a Idigoras de provocar su encarcelamiento y señaló que estaba «contento» en prisión. Tras ello, militantes de EGI decoraron carteles a favor de la libertad del zornotzarra con pegatinas en las que podía leerse: «Jon, paga y calla».

A continuación, reproducimos íntegra la carta de Idigoras:

A Euskal Herria

Hoy os escribo desde el lugar que la inquisición española, franquista o postfranquista (tanto monta, monta tanto), ha elegido para todas y todos los que se atrevan a rebelarse contra la injusticia, la imposición y la arrogancia españolas. Un lugar de castigo para quien traspase las fronteras de la indivisible unidad de España y, especialmente, para aquellos que padecemos la maravillosa locura de creer, reclamar y luchar por la soberanía y la independencia de Euskal Herria.

Por ser sincero os diré que, a mis casi sesenta añitos, los nuevos inquisidores de la democracia del GAL me han hecho rejuvenecer de golpe y que, además, me han concedido el inmenso honor de compartir encierro en el lugar donde centenares de vascos sufren el secuestro de su libertad por defender la de nuestra querida Euskal Herria. Y lo hacen con la dignidad y la valentía de quien defiende la casa de su padre. Aitaren etxea.



Y tanto es así que, gracias a la ceguera de los inquisidores del postfranquismo, aumenta cada día el número de los que creemos firmemente en una Euskal Herria independiente y soberana.

Pueden seguir encarcelando, pueden continuar, mediante la fuerza y la brutalidad, el estéril camino de la represión, pero que se metan en la cabeza –si el tricornio se lo permite– que jamás nos harán agachar la cabeza ni doblar la rodilla.

No podrán encarcelar el espíritu de rebeldía de un pueblo, cada día más convencido y más cerca de lograr sus objetivos.

Por mucho que se empeñen, ellos y sus agentes colaboracionistas en Euskadi, jamás conseguirán poner fronteras al viento de la libertad y de la rebeldía. Esa es vuestra tragedia. Y son perfectamente conscientes de ello.

Pensaba que había visto y oído de todo en esta agitada vida mía, pero he de reconocer que Jone Goirizelaia me sorprendió en la Audiencia Nacional cuando me comunicó la fianza de trescientos millones de pesetas que Garzón imponía a mi libertad. ¡No sabía que el hijo de Juanita Gerrikabeitia valiera tanto dinero! Gracias, pues, por tan alta estima.

Sin embargo, hay algo que no quiero ocultaros, aunque ya no sea ningún secreto para nadie sensato. Y es el papel de colaboración, cada día más vergonzoso, del PNV y sus cipayos en la persecución hacia la izquierda abertzale y Herri Batasuna. Ya sabíamos que el PNV es incapaz de sostener la mirada de sus amos madrileños ni mucho menos de defender con la mínima dignidad cualquier cuestión que ataña a Euskal Herria, pero llegar a asumir el papel de represores y hasta el de torturadores, en el caso de sus cipayos, es el penúltimo escalón en su vergonzante colaboración con esa España que nos oprime.

Hasta tal punto esto es así que fue la Consejería de Interior del Gobierno Vascongado quien solicitó a la Audiencia Nacional mi incomunicación, además del trato vejatorio y chulesco que sufrí durante el traslado. Peor que la Guardia Civil, que ya es decir.

Me despojaron de mis ropas de abrigo en medio de aquel temporal de frío y nieve a pesar de mi delicado estado de salud y me quisieron exhibir como un trofeo, esposado ante los pasajeros del avión. Querían humillarme los que, por indignos, no pueden hacerlo.

Pensaban estos hijos de meapilas, avanzados aprendices de guardiacivil, en su breve inteligencia, que para mí pudiera ser una vergüenza ir esposado entre tanto sinvergüenza. Descansen tranquilos y que les digan a sus papás del PNV que para nosotros, para los abertzales, la vergüenza es arrastrar la dignidad a los pies de Madrid y que para mí y los míos es un gran honor ser esposado y preso por ser consecuente con el compromiso que hemos adquirido con este pueblo.

Quiero enviar desde esta celda un abrazo a mis compañeros de Herri Batasuna, a la Mesa Nacional, a todos vosotros, sin distinción, y deciros que me tenéis a vuestra completa disposición. Para todo lo que haga falta.

Un abrazo también para todos los que componéis las listas de HB en estas elecciones y decir que, sin duda, vosotros representáis la cruda realidad, la más dolorosa y rebelde de nuestro pueblo y al mismo tiempo un futuro de esperanza para la paz y la independencia de Euskal Herria.

¡Cuanto me gustaría estar hoy con vosotros en Anoeta! Pero creo que no va a ser posible asistir al maravilloso espectáculo de todo un pueblo en pie, camino de un futuro en libertad. Anoeta tiene que quedarse pequeño para poder tener la satisfacción de ver las caras que ponen los demócratas del GAL que están pidiendo nuestra ilegalización.

Ahora tengo que emitir el voto por correo y lo voy a hacer porque para nosotros, por ahora, el voto es muy importante. No solo por el número de escaños que logremos, que esos no los vamos a ocupar, sino porque el día 3 de marzo, además de recordar la masacre de trabajadores que provocaron las fuerzas de ocupación españolas en Gasteiz, es también una prueba de fuego para el futuro de Euskal Herria. Ahí vamos a decidir y optar entre españoles, españolistas y colaboradores, por un lado, y los que apostamos claramente por una alternativa democrática para la paz, los que apostamos por un futuro de independencia, los que queremos una sociedad socialista, con la plena participación de todos y dando la voz a Euskal Herria.

Ningún abertzale puede titubear o abstenerse el día 3 de marzo. La situación es lo suficientemente dura, por las razones que están a la vista de todos, para que superemos todos y todas cualquier duda o tentación y votemos a Herri Batasuna. Porque así votaremos a la dignidad, a quienes jamás han engañado al pueblo y a quienes van a cumplir hasta sus últimas consecuencias el compromiso adquirido con el pueblo vasco. Votar a Herri Batasuna es votar por los caminos de la paz y del futuro de independencia.

Hoy no tengo más. Un abrazo y hasta siempre.

Gora Euskal Herria independientea.

Post Scriptum: Saludos al maravilloso pueblo de Zornotza y a los que aguantaron bajo la nieve toda la noche de mi detención.