El sindicato argentino de prostitutas AMMAR tiene 6.500 putas afiliadas y su secretaria general es Georgina Orellano. La conversación que mantuvo Itziar Ziga con ella para 7K aporta una voz en primera persona sobre lo que supone ser prostituta, cuál es su día a día y cómo viven los debates candentes sobre su práctica.
AMMAR nació a finales de 1994; el primer obstáculo fue «poder hablar en primera persona del trabajo sexual, sin que nos señalen, nos cuestionen, sin que nuestra visibilidad termine llevando incluso a mayores situaciones de violencia contra nosotras».
Orellano relata en esta entrevista su primer contacto con el movimiento feminista, «lo primero que nos llamó la atención es cómo nos nombraban: mujeres en situación de prostitución. Para nosotras, ya de entrada, era muy violento que se creara una categoría sin haber sido consultadas las propias trabajadoras sexuales donde se borraba nuestra propia identidad».
Sobre el debate de la abolición Orellano recuerda que en las primeras asambleas les decían que «no podían seguir escuchándonos porque era avalar el sistema prostituyente, avalar el patriarcado».
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