En la entrevista realizada en 1996, Adams señalaba que «vuestra lucha por la libertad ha inspirado a muchos irlandeses» y mostraba su admiración por «la entrega y compromiso del pueblo vasco con los principios de igualdad, justicia y democracia». Este es el contenido íntegro de la entrevista:
«SIEMPRE ESTAMOS CON LOS QUE LUCHAN POR LA LIBERTAD»
I.Madariaga
Gerry Adams, el líder republicano irlandés más carismático, mira con sentimientos de solidaridad y afinidad al pueblo vasco. Preguntado por sus pensamientos hacia Euskal Herria, el presidente del Sinn Féin, personaje que da comienzo a esta serie de entrevistas que 'Egin' ofrece bajo el título «Euskal Herrirari begira», manifiesta que «he admirado desde siempre la entrega y compromiso del pueblo vasco con los principios de igualdad, justicia y democracia». Adams, pese a estar inmerso en su país en un complejo y durísimo conflicto político, no se olvida de aquellos que «en Euskal Herria, o en otras partes del mundo, están luchando por la autodeterminación nacional y la libertad».
Gerry Adams visitó Euskal Herria en mayo de 1994, poco antes de que la situación en su país tomase un nuevo giro con la tregua decretada por el IRA. Ahora, en un momento en el que el proceso de paz se encuentra en una difícil situación, vuelve a hablar para 'Egin', esta vez sobre Euskal Herria. En todo este tiempo, su pensamiento sobre los vascos y su lucha no ha variado.
El pueblo irlandés siempre ha suscitado mucha simpatía en el pueblo vasco. ¿Diría usted que ese sentimiento es recíproco?
El pueblo vasco ocupa desde hace tiempo un lugar especial en los corazones del pueblo irlandés. En particular, los republicanos irlandeses sienten afinidad con la lucha de los vascos por la independencia y la autodeterminación. Una muestra de la estrecha relación existente entre nuestros pueblos es la participación, una vez más, de gentes vascas en el Festival de West Belfast de este año. Van a tener una acogida impresionante.
¿A usted qué opinión le merecen los vascos?
He admirado desde siempre la entrega y compromiso del pueblo vasco con los principios de igualdad, justicia y democracia. Vuestra lucha por la libertad ha inspirado a muchos republicanos irlandeses.
Ustedes han mantenido relaciones con todos los partidos de corte nacionalista del País Vasco. ¿Han encontrado en todos receptividad hacia sus planteamientos?
Hemos debatido con todos los partidos nacionalistas vascos. Les hemos explicado las líneas generales de la situación aquí y hemos escuchado con interés sus análisis de la situación en el País Vasco. Sin embargo, nuestros principales lazos solidarios son con Herri Batasuna.
Dicen que los líderes políticos cambian con facilidad sus posiciones en política internacional según sus propios intereses. Es así que hay numerosos ejemplos de que grupos que han apoyado a determinados movimientos de liberación de otros lugares han dejado de prestar ese apoyo al cambiar su propia situación. ¿Cree que tras un proceso de normalización en Irlanda su posición respecto al País Vasco podría cambiar?
Me gustaría pensar que un acuerdo de paz en Irlanda serviría de señalización para el futuro de otras luchas. Así como la lucha en Sudáfrica fue un ejemplo para los republicanos irlandeses, y estoy seguro de que también para el pueblo vasco, de la misma forma desearía que el éxito en Irlanda llevase al éxito en Euskal Herria.
Por nuestra parte, Sinn Féin siempre estará con aquellos que en Euskal Herria o en otras partes del mundo estén luchando por la autodeterminación nacional y la libertad.
¿Cree posible un proceso de diálogo en el País Vasco?
El problema en Irlanda es un problema político, que requiere una solución política. Eso solo es posible mediante un proceso de diálogo sin exclusiones (en inglés, inclusive, es decir, que incluya a todas las partes), sin condiciones previas. Ese mismo enfoque de la resolución de conflictos tiene que ser el camino hacia adelante también en Euskal Herria.
Las soluciones militares, las victorias militares, no traen la paz. Han demostrado ser la política fracasada del pasado. El camino hacia adelante, a un futuro en paz, solo puede construirse sobre un proceso de diálogo.
Por supuesto, ese camino hacia la paz no es fácil. Tal como hemos descubierto, hacer la paz es mucho más difícil que hacer la guerra. Es arriesgado y muy peligroso. Pero creemos que el diálogo sin exclusiones tiene la llave de un futuro en paz para todo nuestro pueblo.
¿Con quién preferiría negociar, con John Major o con José María Aznar?
(Se para a pensar y en su respuesta sólo hará referencia al primer ministro británico). Las negociaciones siempre son problemáticas, sean entre sindicatos y empresarios, o entre gobiernos, o entre enemigos políticos. John Major es el primer ministro británico y como tal lleva el peso y responsabilidad final de la situación actual. Su política y cómo enfoque las cosas determinarán si conseguimos restaurar el proceso de paz o si fracasamos.
Entiendo las muchas dificultades que le apremian, pero todos tenemos dificultades, y no deberíamos permitir que bloqueen los avances para una pronta reconstrucción del proceso de paz.
Sinn Féin está totalmente comprometido a reconstruir un proceso de paz creíble. Esa es nuestra convicción. Esa es nuestra promesa a todo el pueblo irlandés.
La realidad es que si tenemos que hacer avances reales, necesitamos una asociación para la paz liderada por el Gobierno irlandés y el británico, que requiere la participación activa de todos los sectores del pueblo. Nuestro objetivo compartido tiene que ser un acuerdo global negociado; un nuevo enfoque basado en tolerancia, apertura, igualdad y la acomodación democrática de las diferencias.
De su conocimiento de la situación vasca, ¿qué pasos del proceso irlandés serían aplicables? ¿Cuáles son, en su opinión, los mayores peligros?
Cada situación es diferente. Pero, por mis limitados contactos con otras luchas, en especial el ejemplo sudafricano, he constatado que los principios que apuntalan la resolución de conflictos son aplicables a todos los conflictos.
No tengo información lo suficientemente detallada como para comentar la situación vasca. Sin embargo, creo que cualquier proceso de paz requiere diálogo sin exclusiones, sin condiciones previas y sin final predeterminado, en el que todas las partes participen sobre la base de la igualdad. Nadie debe ser excluido y todos los temas deben estar sobre la mesa para su discusión y negociación. Un marco temporal es un elemento esencial para asegurar que exista una dinámica que impulse las negociaciones.
Obviamente, son determinantes el valor, la flexibilidad y la voluntad de asumir riesgos y tener iniciativas. El mayor peligro que amenaza cualquier esfuerzo de resolución de conflictos surgirá si cualquiera de las partes de la negociación pretende utilizar el proceso para derrotar a sus oponentes y lograr la «victoria» que se le escapó antes.
En junio de 1995, tuve el gran privilegio de viajar a África del Sur invitado por el ANC, y de reunirme y debatir con su dirección, incluyendo al presidente Mandela. Aprendí mucho. Pero se me ha quedado grabado un consejo del presidente Mandela: «Para hacer la paz con un enemigo, hay que trabajar con ese enemigo, y hacer que ese enemigo se convierta en tu asociado».
¿Cómo ve la intervención exterior en facilitar las relaciones entre las partes?
En última instancia, los conflictos solo pueden ser resueltos por los pueblos involucrados en ellos. Sin embargo, la comunidad internacional puede desempeñar un papel constructivo y positivo creando las condiciones adecuadas para que se den negociaciones. El compromiso internacional puede actuar como dinamizador en el curso de las negociaciones, impulsando debates, y también sirviendo de freno a quienes pudieran pensar en crear dificultades.
El País Vasco, al igual que Irlanda, tiene un fuerte contencioso debido a que se encuentra dividido bajo diferentes administraciones. ¿Qué valor le concede como nacionalista a la unidad territorial?
La partición ha tenido un impacto desastroso sobre mi país. Ha distorsionado el panorama político durante más de 45 años. Ha creado división y odio. Ha ahogado nuestro desarrollo económico y ha asegurado la continuidad de la emigración, del paro y la pobreza masivas.
Además, el estado de los Seis Condados del Norte ha sobrevivido únicamente sobre una base de represión y ocupación militar británica. Los republicanos estamos convencidos de que la raíz de este problema está en la presencia británica en nuestro país, y que, por ello, los británicos deben marcharse.
Sabemos que otros tienen otro punto de vista. Aspiramos a la autodeterminación nacional, la unidad e independencia de Irlanda como un estado soberano.
Está ampliamente aceptada la necesidad de un cambio constitucional y político fundamental si hemos de llevar un proceso de paz a un final democrático. Tendrán que establecerse nuevas relaciones entre todas las gentes de nuestro país. Será difícil, requiere diálogo honesto y un proceso de negociación sin exclusiones, sin precondiciones. La prioridad básica del Sinn Féin es asegurar igualdad de derechos para todos los ciudadanos.
Evidentemente, lo que se requiere ahora es un proceso político eficaz que elimine las causas del conflicto y cree las condiciones necesarias para un acuerdo político duradero. Admitimos que negociaciones reales son el único mecanismo democrático para el cambio.
¿En qué cree que no se debe ceder en un proceso de paz?
Un proceso de paz tiene que incluir la buena voluntad de ser flexible y de intentar buscar un arreglo. Eso, inevitablemente, significa dar tanto como tomar. Hasta dónde debe irse es enteramente cuestión de los implicados en el proceso de negociaciones.
¿Cómo afectó la censura al Sinn Féin y qué representó el final de la prohibición tanto para el partido como para el proceso de conversaciones?
La censura no afectó solo al Sinn Féin. La retención de información tuvo un profundo impacto en Irlanda, Gran Bretaña e internacionalmente. No tengo ninguna duda de que la censura ha prolongado innecesariamente este conflicto porque aseguraba que mucha gente no conseguía ver su naturaleza esencialmente política. El énfasis del Estado británico en la represión se aceptaba, por lo tanto, casi sin cuestionárselo. La censura es una forma de manipular a la opinión pública.
Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en ofrecer al público la información necesaria para que éste pueda formarse una opinión sobre los acontecimientos durante un proceso de paz. Los medios deben ser guardianes de la verdad.
Un elemento común entre Irlanda y el País Vasco es la existencia de presos políticos. ¿Qué suponen para un movimiento de liberación nacional sus presos?
Los presos son la personificación de una lucha de liberación nacional. No puede haber un acuerdo de paz que pase por alto esta cuestión. Los presos políticos deben ser liberados.
¿Tiene usted conocimiento de las condiciones de vida que padecen los prisioneros vascos?
Sí. Es intolerable. Se les niegan sus derechos humanos básicos al mantenerles en aislamiento y separados por cientos, miles de kilómetros, de sus familias. El maltrato de los presos políticos y sus familiares es contraproducente.
La experiencia de los republicanos irlandeses en Irlanda y también con muchos de nuestros presos en Gran Bretaña es similar a la de los presos vascos.
Desde su experiencia, ¿qué diría a los presos vascos?
Nuestros pensamientos están con vosotros. Espero que lleguen pronto la paz y la justicia a Euskal Herria y que os reunáis pronto con vuestras familias.
¿Qué le sugiere la palabra «terrorista»?
El terrorista de unos es el luchador por la libertad de otros. El terrorista de unos puede convertirse rápidamente en un hombre o mujer de Estado. Muchos de quienes por todo el mundo luchan por la libertad y la democracia ven a los gobiernos y estados contra los que luchan como dispuestos a utilizar medios de terror para lograr sus objetivos.
Los tópicos pueden ser utilizados para levantar obstáculos al diálogo. Deberían evitarse. Al final, cualquier proceso de paz solo puede construirse si los enemigos están dispuestos a ver a sus oponentes como seres humanos que merecen respeto y con quienes necesitan negociar de buena fe.
Los medios de comunicación han establecido en numerosas ocasiones una relación entre el IRA y ETA. ¿Cree que existe tal relación?
Esta es una cuestión que solo el IRA y ETA pueden contestar. Yo no tengo ningún conocimiento de este tema.
¿Qué opina de la lucha armada de ETA?
Sinn Féin no aboga por el uso de la fuerza. Comprendemos por qué en determinadas circunstancias los pueblos oprimidos pueden recurrir a las acciones armadas, pero es una cuestión suya.
Un deseo para el pueblo vasco.
Deseo al pueblo vasco paz, prosperidad y un futuro libre del conflicto del pasado.