1977/2024 , 9 août

Pello Guerra
Redactor de actualidad / Aktualitateko erredaktorea
Entrevue
Juantxo Agirre Mauleon
Secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi

«Hemos reactivado e impulsado hacia el futuro un símbolo como Amaiur»

Después de casi veinte años de trabajo en el yacimiento del castillo de Amaiur, Juantxo Agirre Mauleon, secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, considera que se ha convertido «en parte de mi vida». Se muestra satisfecho de una labor que ha «reactivado e impulsado hacia el futuro un símbolo».

Imagen de Juantxo Agirre Mauleon, secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
Imagen de Juantxo Agirre Mauleon, secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. (Jon URBE/FOKU)

«Muchas alegrías y muchos disgustos» vienen a la mente de Agirre Mauleon al recordar las casi dos décadas de trabajo en el yacimiento del castillo de Amaiur, una tarea con «dificultades añadidas» por los sentimientos que despierta el lugar, pero que han permitido «reactivar e impulsar hacia el futuro» este símbolo.

Cuando en agosto de 2006 comenzaron las excavaciones en Amaiur, ¿se imaginaban todo lo que han conseguido sacar a la luz?

Cuando empezamos a excavar, nunca imaginamos que, después de casi veinte años de trabajo, íbamos a llegar a los resultados que hemos obtenido. Aunque, desde un principio, éramos conscientes de que era un lugar muy difícil, porque dentro de lo que es la comunidad foral, los temas históricos generan hoy en día muchos debates políticos. Parece mentira que se invierta tan poco en investigar científicamente la historia y, sin embargo, genere tantos miedos y tantos recelos políticos. Como ya decía José María Jimeno Jurío en 1982, Amaiur, símbolo de Navarra. Desde Aranzadi éramos conscientes de las dificultades añadidas al yacimiento.

El reto tenía sus complicaciones, pero me imagino que también alicientes.

Aranzadi necesitaba hacer alguna de las excavaciones que lleva a cabo anualmente en euskara y en Amaiur teníamos un pueblo netamente euskaldun. Entonces, sin recursos económicos, pero con todo el apoyo del pueblo de Amaiur, comenzamos a realizar las excavaciones desde un principio con una filosofía de que no íbamos a tener apoyo económico y que, sobre todo, teníamos que disfrutar de la arqueología y de la convivencia con todo el vecindario de Amaiur.

Echando la vista atrás, ¿cuáles le parece que son los principales logros obtenidos?

Amaiur había sido defendido desde insignes investigadores como Iturralde y Suit, Arturo Campión o José María Jimeno Jurío, pero nuestra generación ha sabido de nuevo reactivarlo e impulsarlo al futuro. Y lo hemos hecho de una forma muy moderna, con base científica y con los derechos humanos como mirada hacia el futuro. Todo ello le ha dado una modernidad a Amaiur.

Otra de las cosas más importantes que hemos conseguido después de todos estos años ha sido la amistad generada entre todas las personas que han ido a las excavaciones de Aranzadi, junto con el pueblo. Nos hemos convertido en una parte de la realidad y de la identidad de Amaiur.

Los hallazgos en Amaiur han contribuido a mejorar nuestros conocimientos sobre un episodio clave de nuestra historia, como la conquista española del siglo XVI.

Mientras nosotros estábamos centrados investigando en el yacimiento más simbólico de esa época que tenemos en Navarra, un sector muy importante de la sociedad navarra, entre los años 2005 y 2012, realizó un trabajo admirable intentando investigar y desde la propia Navarra mirar 500 años atrás a ver qué había pasado. Surgieron iniciativas como Nafarroa Bizirik, Nabarralde o editoriales como Pamiela o Txalaparta, etcétera. Surgieron decenas de investigaciones, de iniciativas socio-culturales, de tal manera que fue esa ciudadanía la que, por delante de quienes gobernaban en Navarra en aquel momento y de la comunidad científica, supo quitar estigmas políticos generados en el franquismo sobre lo que había pasado en Navarra hace 500 años.

¿Qué le parece que han supuesto los trabajos en el castillo para Amaiur y Euskal Herria en general?

Hemos sabido aportar el lugar que debe tener cualquier país o cualquier sociedad para mirar al pasado. Un lugar de memoria, que tenga los restos musealizados, que tenga publicaciones de todo tipo: culturales, científicas, cómics, música.. Y en el que puedes hacer bien una visita.

Sobre todo ha sido un proyecto de abajo a arriba, con mucha independencia desde el ámbito científico y al cual se le ha respetado desde los ámbitos políticos. Quisiera agradecer a todas las sensibilidades políticas que tenemos en Navarra el respeto que han tenido con nuestro trabajo, porque los lugares de memoria, en todo el mundo, generan diversidad de sentimientos.

Pero quien va a Amaiur, tenga la sensibilidad que tenga, se va a encontrar con testimonios directos de lo que pasó hace 500 años. Se va a encontrar con un castillo musealizado del que puede disfrutar todo el mundo y en el museo tenemos piezas originales de primer orden, objetos, documentos que sobre todo tienen que ayudar al espectador a desarrollar su espíritu crítico y a no caer en simplismos.

Estamos ante un lugar de memoria muy especial.

También es el yacimiento arqueológico que ha tenido una musealización en auzolan, el de mayor envergadura y el más modélico que ha habido en la historia de la arqueología de Euskal Herria. Pero eso ha sido posible también porque estos yacimientos generan mucho sentimiento entre la población, va más allá de Amaiur. El castillo de Amaiur es una referencia para todo el país, no es un castillo como puede ser el de Beloaga o el de Monjardín.

En generaciones anteriores, desde finales del siglo XIX y principios del XX, quienes reflexionaban sobre el futuro de Navarra y su capacidad de autogobernarse miraban hacia el pasado y veían que había un reino independiente y que había sido conquistado. Eso se hace en todos los países del mundo, pero luego buscan algún lugar de memoria hacia el que dirigir su mirada o donde poder socializar todo ello, y eso ha sido Amaiur.

¿Y a nivel personal, qué ha supuesto para Juantxo Agirre Mauleon la labor desarrollada en Amaiur?

Amaiur se ha convertido también en parte de mi vida. Es ya otro de mis pueblos, con personas que son ya como de mi familia y todo el equipo que hemos tenido. Y sobre todo, son muchas horas, muchos sentimientos, muchos disgustos, muchas alegrías a lo largo del tiempo.

Hay algunos momentos muy importantes, como cuando levantamos la capa de césped en torno al monolito y a los 15 centímetros ya salían los restos de las murallas, como cuando encontramos una espada, la espada de Amaiur, o cuando nos visitó por primera vez la presidenta del Gobierno de Navarra Uxue Barkos, en un reconocimiento simbólico pero muy importante para todos nosotros.

Y sobre todo, ver la alegría de tantas personas navarras y euskaldunes que van a visitar el lugar y que se van con una satisfacción infinita, ya que como país avanzado de Europa, necesitamos unos lugares bien musealizados. Todo eso es una satisfacción personal.