El 14 de agosto de 1969, el Gobierno de Londres ordenó el despliegue del Ejército británico en el norte de Irlanda para responder a los protestas que habían comenzado días antes en Derry.
Tal como recoge la crónica publicada por Iker Bizkarguenaga en 2019 en GARA con motivo del 50º aniversario de la 'Operación Banner', el primer ministro británico, el laborista Harold Wilson, decidió el envío de 300 soldados a Derry. Ese mismo año alcanzaron los cinco mil en los seis condados ocupados. Y acabó por ser la operación militar más larga de la historia de Gran Bretaña, que se prolongó durante 38 años.
El operativo se dio por cerrado oficialmente el 31 de julio de 2007 con la retirada de gran parte de las tropas en cumplimiento del Acuerdo de Viernes Santo, firmado en 1998. En el camino, pasaron por el norte de Irlanda más de 30.000 militares, de los que 763 fallecieron y varios miles resultaron heridos.
No fue menor el sufrimiento causado por los uniformados, que no tardaron en mostrar sus credenciales. La actuación más brutal del Ejército en ese periodo ocurrió el 30 de enero de 1972, cuando el Regimiento de Paracaidistas abrió fuego contra una manifestación de miles de personas en el Bogside. Catorce personas murieron acribilladas en el Bloody Sunday o Domingo Sangriento.
He aquí la crónica.