1977/2024 , 20 septembre

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David Fernández repasa en ZAZPIKA sus tres años en el Parlament

Allá por 2015 David Fernández cerraba una etapa de tres años en el Parlament de Catalunya, la primera aventura de la CUP en la Cámara. En esta entrevista de Beñat Zaldua en ZAZPIKA, el militante anticapitalista repasa algunos momentos de esa legislatura (la consulta del 9-N, el abrazo con Artur Mas o el gesto de la sandalia a Rodrigo Rato) y vaticina la que sería la respuesta de Madrid en 2017: «Todavía no hemos visto ni el 10% de lo que hará el Estado».

David Fernández, durante un acto en Bilbo.
David Fernández, durante un acto en Bilbo. (Aritz LOIOLA | FOKU)

En esta entrevista Fernández explica que se marchaba del Parlament «con una valoración ligeramente positiva», tras haber utilizado la Cámara «como amplificador». Eso sí, reconoce «una impotencia cotidiana» porque «las decisiones políticas de verdad se toman en otros despachos».

Era la primera legislatura de la CUP en el Parlament de Catalunya. Una formación municipalista que, tras importantes debates internos, tomó la decisión de presentarse a las elecciones autonómicas. En ese salto, reflexiona por la posición de la izquierda frente al poder: «Existe una crítica muy buena al poder, a cómo funciona, pero todavía no hemos planteado cómo deben ser las instituciones políticas comunes nuevas».

Ligado a ese poder, y a esa década, se debe hablar de la corrupción saliendo a la luz en innumerables frentes. Fernández presidió la comisión sobre fraude fiscal y dejó para el recuerdo la sandalia mostrada a Rodrigo Rato. Preguntado por si lo volvería a hacer, no duda: «La tiraría. No una sandalia, sino la zapatería entera».

Y, por supuesto, habla del procés desde varios frentes. La consulta del 9-N en el retrovisor: «No era nuestra consulta, ni nuestra pregunta, pero a quien no podíamos fallar era a nuestra gente. No hicimos aquella lectura pensando 'vamos a salvar al president', sino leyendo la calle y viendo que la gente quería votar».

Y otra instantánea para el recuerdo, el abrazo con Artur Mas. «Si alguien piensa que fue un error, como compañero lo puedo sentir, pero no pienso pedir disculpas por ser como soy. Fue un abrazo sincero y lo reivindico, también en términos de humanización y feminización de la política».

Más adelante llegaría el referéndum del 1 de octubre de 2017 y el miembro de la CUP ya avisaba. «Lo que estamos haciendo es durísimo y dificilísimo, y no se hace en tres días. Todavía no hemos visto ni el 10% de lo que hará el Estado».

La entrevista completa, en este enlace.