1977/2024 , 28 septembre

Marcel Pena
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

Tomás Alba, concejal de Herri Batasuna, muerto a tiros en un atentado del BVE

Un atentado del BVE acababa el 28 de septiembre de 1979 con la vida del concejal de Herri Batasuna en el Ayuntamiento de Donostia Tomás Alba. La coalición abertzale calificó aquel crimen como «primer paso de la guerra sucia contra la izquierda abertzale».

El concejal de HB en Donostia Tomás Alba.
El concejal de HB en Donostia Tomás Alba. (EGIN)

El concejal de Herri Batasuna en el Ayuntamiento de Donostia Tomás Alba Irazusta murió el 28 de septiembre de 1979, víctima de un atentado de la organización ultraderechista Batallón Vasco Español (BVE). Todavía sin saberlo, se trataba del segundo crimen en el conocido como «Triángulo de la Muerte» que conformaban las poblaciones de Andoain, Hernani y Urnieta.

Eran las 01.45 cuando Tomás Alba salía de cenar de un restaurante en Astigarra, entonces barrio de Donostia. En aquel momento, unos desconocidos abrieron fuego contra él antes de que subiera a su vehículo. El político abertzale llevaba menos de seis meses como concejal, desde las elecciones municipales del 3 de abril de 1979. Tenía 42 años, estaba casado y tenía una hija. No fue hasta 37 años más tarde, en 2016, cuando los familiares de Alba recibieron las indemnizaciones que les correspondían como víctimas de acciones terroristas, a pesar de que se le había reconocido condición de víctima del terrorismo con anterioridad.

El mismo día del atentado, dirigentes de HB y concejales de la coalición en el Ayuntamiento de Donostia expresaron en rueda de prensa que el atentado contra su compañero suponía «el primer paso de la puesta en práctica de una 'guerra sucia' preparada en Madrid contra la izquierda abertzale».

A la noche, una manifestación convocada por HB recorrió las principales calles de la capital guipuzcoana tras una pancarta en la que se podía leer «Tomás, herria zurekin», frase acompañada por el anagrama de Herri Batasuna. Txomin Ziluaga, Telesforo Monzón y el hermano de Alba portaban una segunda pancarta, con el lema «Tomás, gogoan zaitugu». Al día siguiente del atentado, miles de personas asistieron al funeral por el concejal, preámbulo de otra multitudinaria manifestación de protesta contra el crimen que finalizó ante el consistorio con el 'Eusko Gudariak'.

Aunque en un primer momento el atentado fue reivindicado por los Grupos Armados Españoles, la realidad es que se trataba de otro grupo de extrema derecha, concretamente del BVE. Por la muerte de Tomás Alba fueron condenados en 1985 Ignacio Iturbide y Ladislao Zabala, que conformaban el 'Comando Iturbide'. Entre mayo de 1979 y marzo de 1981, ambos fueron los responsables de las muertes de José Ramón Ansa, el propio Tomás Alba, Felipe Sagarna, Miguel Arbelaiz, Luis Mari Elizondo, Joaquín Antimasbere y Francisco Ansa, todas ellas perpetradas en el «Triángulo de la Muerte», entre Urnieta, Hernani y Andoain.

Manifestación de protesta en Donostia contra la muerte de Tomás Alba, el mismo día de su muerte. (Javier GALLEGO I EGIN I KUTXATEKA)

Durante la detención de Iturbide y Zabala, que vivían juntos, fue intervenido un gran número de armas y munición, así como material con simbología nazi, según se dio a conocer en la nota oficial del Gobierno Civil, recogida por 'Egin' en su edición del 5 de marzo de 1981, dos días después de la muerte de Francisco Ansa.

Concha de Oro para 'Alas de Mariposa'

Durante la última semana de septiembre, una de las constantes tanto de 'Egin' como de GARA ha sido informar a fondo sobre el Festival Internacional de Cine de Donostia, Zinemaldia. En 1991, y por segundo año consecutivo, la Concha de Oro fue a parar a manos de una película vasca. Juanma Bajo Ulloa recogió el testimonio de Montxo Armendariz y recibió el aclamado premio de manos de la actriz Glenn Close.

El joven cineasta de 23 años, apodado entonces como «el Spielberg de Gasteiz», conseguía el galardón por su primer largometraje, 'Alas de mariposa', si bien el hecho de que se publicara el primer día del festival y de que se tratara del proyecto «más humilde» provocó el pesimismo de Bajo Ulloa. «Cuando la gente comentaba que había sido una sorpresa, estábamos convencidos de que algo iba a caer, aunque fuera una palmada en la espalda», confesó en rueda de prensa el 28 de septiembre, una vez confirmado el galardón.

Sin embargo, parece ser que 'Alas de mariposa' no fue del agrado de todo el mundo, si atendemos a la crítica publicada por Mikel Insausti en 'Egin' el 21 de septiembre, titulada «La hija no deseada»:

«Juanma Bajo Ulloa es un cineasta absolutamente personal, muy obsesionado por los traumas infantiles y la claustrofobia del entorno familiar. Hace cine de un modo instintivo, casi 'naíf', por lo que ésta su ópera-prima desborda apasionamiento por los cuatro costados. Es honesto consigo mismo, y su palpable sinceridad le lleva a mostrarse ante los demás de forma abierta, sin dobles intenciones ni mensajes ocultos. Tiene muy claro el tipo de personajes que han de poblar su pequeño universo cinematográfico y la clase de drama interiorista que han de representar. Por todo ello, puede llevar a parecer tan atrevido como arrogante, pues viene pisando fuerte y no le tiene miedo a la puesta de largo. No soy el más indicado para dar consejos a quien pone tanta convicción en su obra, pero, a pesar de la expectación que ha sido capaz de concitar en torno suyo, también es cierto que ha provocado cierta decepción.

'Alas de mariposa' confirma la línea autoril apuntada por Juanma en 'El reino de Víctor'. La diferencia estriba en la tan opuesta concepción del largometraje, que justo es reconocer que se le ha atragantado bastante, al igual que les suele ocurrir a tantos otros jóvenes realizadores, una vez que dejan el corto para pasar a mayores. La primera parte de la película funciona a las mil maravillas, hasta el punto de que habría sido un mediometraje fuera de lo común. Lo malo comienza cuando la protagonista crece, y su mágica dimensión de cuento infantil empieza a desvanecerse. A partir de esa transformación, los recursos narrativos se agotan en la medida en que el escenario único del piso familiar es abandonado para entrar en contacto con el exterior. El hechizo se rompe, y también el poder fascinador del mago que hay detrás de la cámara. En realidad, la culpa es del guion, que ya no da más de sí. A la postre se opta por una recuperación de la situación inicial, conectando con los puntos vitales de partida. Una pescadilla que se muerde la cola, a costa de haber alargado innecesariamente el ciclo de obsesiones y truculencias a las que obliga el seguimiento de la niña-mujer enterrada en vida por quienes cortaron sus alas como se destruye la belleza.

Aunque 'Alas de mariposa' no esté conseguida en la totalidad de su metraje, basta para revelar la impronta de un cineasta singular, que consigue secuencias tan inusuales como la de la escuela, y al que sólo le falta encontrar la medida de sus propias posibilidades».