1977/2024 , 2 octobre

Asier Robles
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

'Alakrana', 47 días de secuestro en aguas somalíes

El atunero vasco 'Alakrana' fue secuestrado en octubre de 2009 por un grupo de piratas somalíes. Durante los 47 días que duró el secuestro, hubo una intensa negociación entre los secuestradores, el Gobierno español y otras partes implicadas. La detención de dos secuestradores enrevesó la situación.

El atunero 'Alakrana' en una foto de archivo.
El atunero 'Alakrana' en una foto de archivo. (EUROPA PRESS)

Hacia las 05.30 de la madrugada del viernes 2 de octubre de 2009 el 'Alakrana', con 36 tripulantes a bordo, perdía la comunicación mientras faenaba en aguas del Índico frente a las costas somalíes. Minutos más tarde, dos aviones luxemburgueses del operativo de seguridad Atalanta de la UE confirmaban el secuestro del atunero a manos de supuestos piratas.

La tripulación del buque con base en el puerto de Bermeo estaba compuesta por siete tripulantes vascos, ocho gallegos, un andaluz y otros 20 de diversas nacionalidades como Indonesia, Ghana, Costa de Marfil o Madagascar. Un grupo de denominados piratas somalíes se había acercado al atunero con esquifes y, tras abordarlo armas en mano, había tomado su control secuestrando a toda la tripulación con el objetivo de pedir un rescate.

La noticia abrió los informativos de las radios y televisiones, generando una amplia cobertura mediática en todo el Estado español. Las informaciones sobre la ubicación real del pesquero en el momento del secuestro y la cronología de las actuaciones en esas primeras horas eran contradictorias. La empresa Echebastar Fleet, propietaria del barco, negaba algunos de los datos dados por el Gobierno español y la Consejería de Agricultura y Pesca del Gobierno de Lakua, como que el Alakrana estaba faenando fuera del perímetro de seguridad y a solo 400 millas de las costas somalíes.

Noticia de GARA sobre el secuestro del Alakrana.

Una corresponsal de GARA se acercó el viernes a Bermeo para conocer de cerca la situación, aunque se encontró con el puerto cerrado a los medios de comunicación. Según relataba, el secuestro no había causado gran sorpresa entre los bermeotarras, pero sí enfado porque los arrantzales llevaban años quejándose de falta de seguridad en aguas del Índico. «Esto se veía venir. Quienes faenaban hace cuatro o cinco años no van ahora con la misma confianza de antes», indicaba un arrantzale jubilado. De hecho, en abril de 2008 el atunero 'Playa de Bakio' también estuvo retenido por los piratas durante 7 días, hasta que se pagó un rescate.

Un portavoz de los secuestradores del 'Alakrana' afirmaba que ellos no eran piratas. «Piratas son los barcos que pescan ilegalmente en la región y realizan vertidos en el Índico. Nosotros solo queremos dinero», afirmaba. Legal o no, lo cierto es que Europa se aprovecha de la falta de autoridad gubernamental en los países del Cuerno de África para obtener mejores condiciones y beneficios de pesca en esas aguas.

El 'Alakrana' fue dirigido hacia la costa somalí, cerca de Herardhere, localidad conocida por ser una de las bases de la piratería. Al mismo tiempo, las autoridades españolas y la empresa propietaria del buque comenzaban las gestiones para resolver la situación. La Armada española movilizó varios helicópteros y la fragata 'Canarias', pero el asalto directo al pesquero parecía muy arriesgado. Abrieron vías de negociación en las que, al parecer, participó hasta el CNI. Pero la información sobre estas actuaciones diplomáticas y militares era escasa y, a veces, contradictoria.

Detenciones que complicaron el rescate

En la noche del 3 al 4 de octubre la situación se complicó cuando dos de los piratas fueron capturados por la Armada española cuando abandonaron el barco con parte del dinero sustraído en el 'Alakrana'. Ambos fueron trasladados al Estado español para ser juzgados por la Audiencia Nacional, lo que provocó una escalada de tensiones y a la larga dificultó mucho las negociaciones, ya que los secuestradores exigieron la liberación de sus compañeros como parte del acuerdo. Además, uno de los detenidos se declaró menor de edad, lo que retorcía más la situación, pero, sin embargo, unas pruebas forenses certificaron que tenía más de 18 años.

Ese mismo domingo, los secuestradores dejaron a los pescadores ponerse en contacto con sus familiares, lo que seguramente perseguía el objetivo de meter presión. Los familiares pidieron al Gobierno que no realizasen una intervención del Ejército «a las bravas», y que se negociase con los secuestradores.

Concentración en Bermeo para exigir la libertad de los marineros del 'Alakrana' secuestrados. (Imanol OTEGI | FOKU)

El titular de la noticia de GARA el 6 de octubre evidenciaba que el secuestro iba para largo: «Madrid insinúa un largo secuestro y no descarta ninguna opción para el rescate».

Durante las siguientes semanas la información fue llegando a cuentagotas, con momentos en los que se llegó a temer por la vida de los pescadores. Los secuestradores amenazaron con ir ejecutando a los secuestrados si no se liberaba a los detenidos, y el trato dado a los 36 tripulantes empeoró significativamente. También empezaron a salir a luz las primeras cifras, que hablaban de que los somalíes reclamaban un botín de 2,7 millones de euros.

Tras varias semanas de angustia, el 13 de noviembre un mediador de los somalíes aseguró que la liberación del 'Alakrana' y de sus tripulantes podía producirse en los próximos día, y el ejecutivo español pidió a los familiares evitar declaraciones públicas para no torpedear las negociaciones.

Liberación y una gestión confusa

Finalmente, el 17 de noviembre los secuestradores abandonaron el barco tras recibir el dinero del rescate, y los 36 tripulantes fueron finalmente liberados. También se especuló con la liberación de los dos detenidos, pero eso nunca llegó a suceder. El barco atunero puso rumbo hacia las Seychelles escoltado por unidades de la Armada española. Ahí, los pescadores fueron atendidos antes de regresar en avión. La noticia fue recibida con gran alegría en toda Euskal Herria y en particular en Bermeo, donde se retiró el cartel puesto en el Ayuntamiento que marcaba los días de secuestro: 47.

Una de las familiares retira el cartel que marcaba los días de secuestro en la fachada del Ayuntamiento de Bermeo. (Luis JAUREGIALTZO | FOKU)

No se supo exactamente quién pagó el rescate ni cual fue la cifra final. Algunas fuentes hablaron de 2,3 millones de euros, pero otras aumentaban la cifra a los 4 millones.

Otra de las cuestiones que generó debate fue la actuación de los diferentes organismos del Estado, en especial la de la Audiencia Nacional y la del Gobierno de Zapatero. La detención de los dos piratas fue la gran razón del desbarajuste que se montó, ya que, a la postre, fue lo que dificultó todo. «Hasta tal punto ha sido desastrosa la actuación del Gobierno español que en lugar de poner en jaque a los piratas ha acabado generando una crisis interministerial, con informes clasificados de secretos volando por las redacciones de los principales medios de comunicación sin otra intención que la de señalar con el dedo acusica a la compañera o compañero de Consejo de Ministros, que respondía con un «y tú más», comentaba Iñaki Iriondo en un comentario publicado en GARA un día después de la liberación.

Aunque pudiese parecer algo inusual, lo cierto es que el secuestro del 'Alakrana' sacó a la luz una realidad mucho más normalizada. En todo 2008 se habían producido 146 ataques con 49 barcos capturados y 591 personas secuestradas, por las que se llegó a pagar entre 25 y 50 millones de euros. Hasta septiembre de 2009 había habido 149 ataques con 28 buques secuestrados. Esta situación desembocó en el debate de si los pesqueros tenían que llevar soldados o empresas de seguridad armadas a bordo.