La supresión de la laureada del escudo de Nafarroa, aprobada un día como hoy de 1981, suponía introducir un nuevo cambio en un emblema que ha sido modificado en varias ocasiones a lo largo de la historia, siguiendo la evolución de la situación política del territorio.
Aunque es posible que existiera algún tipo de emblema identificativo del reino con anterioridad, hasta el siglo XIII no surgió la heráldica, que dio origen a símbolos que representaban a los monarcas y que posteriormente terminaron asociados a los dominios sobre los que estos gobernaban.
En el caso de Nafarroa, se conservan sellos reales desde el reinado de Sancho VI el Sabio, con uno perteneciente a este monarca de la segunda mitad del siglo XII en el que figura un escudo que recuerda a la actual enseña navarra.
En las dos caras del citado sello, aparece representado un caballero que porta un escudo en forma de almendra, de origen normando, con un refuerzo metálico central en forma de punta cónica o piramidal denominada bloca. De esta última, salen ocho barras metálicas, dispuestas en forma de radio, que en los escudos reales reforzaban toda su superficie para evitar que se rompieran, ya que tan solo estaban hechos de tablas y forrados de cuero.
Un escudo similar se puede ver en una figura de la portada de la iglesia de San Miguel en Lizarra y también en otros relieves correspondientes a esta época.
Su hijo y sucesor, Sancho VII el Fuerte, empleó como símbolo el arrano beltza, una imagen que algunos expertos consideran que era ya utilizada por reyes anteriores de la dinastía Jimena, mientras que otros apuntan que se trataba de un emblema exclusivo de este soberano.
Aunque las cadenas que figuran en el escudo navarro se han asociado a las que rompió este monarca durante las Navas de Tolosa en el año 1212, lo cierto es que Sancho el Fuerte no introdujo ningún cambio en su emblema y, años después de esa batalla, siguió empleando el sello del arrano beltza.
Un símbolo cambiante
Con su muerte finalizó la dinastía Jimena y se iniciaron una serie de reinados que irían marcando cambios en el escudo de Nafarroa, que a partir de ese momento recuperó el carbunclo pomelado que aparecía en el citado sello de Sancho el Sabio. Así, con la dinastía Champaña, al escudo navarro se sumaron las armas del condado, de color azul y una banda de plata con dos franjas de oro.
Durante los años en los que Nafarroa y Francia compartieron reyes, la primera mitad pasó a estar ocupada por flores de lis en campo azul, con la segunda mitad destinada al escudo pomelado navarro. Después vino la dinastía Evreux, con el escudo cuartelado del reino y las armas reales de Francia con una franja en plata y rojo.
Con la llegada al trono de los Foix y los Albret, nuevos símbolos fueron sumándose al emblema del reino para recoger visualmente los territorios sumados a Nafarroa por estas dinastías.
Cuando en julio de 1512 se produjo la conquista de Nafarroa por Fernando el Católico, sus legítimos reyes intentaron recuperar por primera vez el territorio invadido con una ofensiva unos pocos meses más tarde.
Esa operación fue recogida por Luis Correa en su crónica de la conquista para el duque de Alba y en la misma señala que, en un ataque sobre la Iruñea en la que estaban atrincherados los españoles, Juan de Albret «puso en la delantera trescientos hombres de armas a pie con una bandera colorada, con ciertas bandas de oro en ella, a la cual todos aguardaban y juraron de no la desamparar».
Las tropas navarras y sus aliados se lanzaron al ataque «tras la bandera colorada», mientras gritaban «¡Francia!, ¡Alemania!, ¡Navarra!», Y las tropas invasoras exclamaban «¡España!, ¡Castilla!», según recoge Correa en su crónica.
Tras fracasar los intentos legitimistas de recuperar la parte del reino invadida, los soberanos españoles incluyeron en su escudo el emblema de Nafarroa, mientras que la parte que permanecía independiente al norte de los Pirineos mantenía el escudo de los Albret, la dinastía reinante.
Cuando Enrique III de Nafarroa pasó a ser soberano de Francia como Enrique IV, el escudo del reino pirenaico fue utilizado por los monarcas galos junto a su escudo de fondo azul con tres flores de lis.
Modelo oficial de 1910
Así pasaron los siglos hasta que en el año 1910, la Diputación de Nafarroa aprobó un modelo oficial de escudo. En el acuerdo se establecía que el emblema «tiene como elementos esenciales cadenas de oro sobre fondo de gules con una esmeralda en el centro de unión de los ocho brazos de eslabones». También se le sumó una corona real, aunque en el acuerdo no ponía nada al respecto.
Como se acercaba el 700º aniversario de la batalla de las Navas de Tolosa, la Diputación decidió seguir vinculando el escudo a ese hecho de armas y estableció que las cadenas se representaran siguiendo como modelo los eslabones conservados en Nafarroa provenientes de la donación hecha por Sancho el Fuerte al monasterio de Iratxe.
Tras la proclamación de la Segunda República española, la corona real del escudo fue sustituida por una corona mural, es decir, conformada por una especie de murallas con torreones intercalados.
Así se mantuvo hasta que se produjo la sublevación militar que desencadenó la guerra del 36, cuando tuvieron lugar nuevos cambios en el emblema navarro. En primer lugar, se reinstauró la corona real el 18 de marzo de 1937 por orden de la Diputación. Pero unos meses más tarde, Franco firmó un decreto por el que otorgaba a Nafarroa la Cruz Laureada de San Fernando «en recuerdo a las gestas heroicas de Navarra en el Movimiento Nacional y homenaje a quien tan reciamente atesora las virtudes de la raza».
Ese adorno, conocido popularmente como «la berza», se mantuvo en el escudo hasta un día como hoy de 1981, cuando el Parlamento Foral navarro, antecesor de la actual Cámara, acordó su supresión. De esta manera se recuperó el diseño creado en 1910, que está recogido en el Amejoramiento de 1982 y cuya imagen fue actualizada en 1985.
Precisamente ese último año, el Tribunal Constitucional español obligó al Gobierno de Lakua a suprimir el cuartel dedicado a Nafarroa en su escudo, conocido como 'Laurak bat', y que había estado presente en el emblema oficial que había utilizado el Ejecutivo de José Antonio Agirre entre 1936 y 1937, y el Consejo General Vasco y ya el Ejecutivo de Lakua entre 1978 y 1985. Desde entonces, aparece una cuarta parte del escudo de la CAV tan solo con el color rojo.
Retirada 35 años después
A pesar de la citada supresión de la laureada, el Palacio de Nafarroa seguía luciendo un escudo con ese símbolo fascista en una de sus fachadas 35 años después. Con Uxue Barkos en la Presidencia del Ejecutivo, se procedió a su retirada en cumplimiento de las leyes navarras de símbolos y de memoria histórica.
Entre el 26 de septiembre y el 5 de octubre de 2016 se realizó el desmontaje por bloques de esa escultura de Fructuoso Orduna para ser enviada a la Institución Príncipe de Viana para su conservación. En su lugar se recuperó el tímpano original, que contenía un óculo en el que se instaló una vidriera con el escudo de Nafarroa.
Ese emblema del territorio es utilizado en el herrialde por todas las tendencias políticas, pero con determinadas características y simbolismo. Quienes abogan por una comunidad foral dentro del Estado español se decantan por la versión más oficial, mientras que otras formaciones utilizan el escudo pomelado, más vinculado a la trayectoria del territorio como Estado independiente. E incluso la izquierda abertzale recuperó el arrano beltza de la dinastía Jimena como símbolo de esa Nafarroa más ancestral.
Son algunas de las versiones de un símbolo que ha ido evolucionando a lo largo de su dilatada historia.