1977/2024 , 2 novembre

Iñaki  Iriondo
Cronista político

Muerte de Genaro García Andoain, un crisol de aquellos años en Euskal Herria

El 2 de noviembre de 1986, el jefe de un grupo especial de la Ertzaintza Genaro García Andoain murió por disparos del comando de ETA que mantenía secuestrado al empresario Lucio Aginagalde, al que liberaron. Conocedor de secretos del GAL, negociador con 'Pakito' Mujika, interlocutor de Galindo... un crisol de su tiempo.

Genaro García Andoain, en la imagen oficial publicada al día siguiente por 'Egin'.
Genaro García Andoain, en la imagen oficial publicada al día siguiente por 'Egin'. (EGIN)

En una decisión técnica y policialmente cuestionable, Genaro García Andoain, de 68 años de edad, oficialmente delegado general para Asuntos de la Policía de la Ertzaintza y «presunto jefe del grupo especial de ese cuerpo conocido extraoficialmente como Ekintza» –según se recogía en 'Egin'– decidió encabezar un pequeño grupo de agentes que buscaba al secuestrado Lucio Aginagalde en las  cercanías del puerto de Barazar. Pudo influir que el mando y el empresario fueran viejos amigos.

La versión oficial de lo ocurrido resultó confusa, pero lo cierto es que García Andoain resultó herido y muerto en la operación de liberación del secuestrado. Se habló de que en una batida de rutina los ertzainas se toparon con una persona que dijo estar cogiendo setas, pero al que descubrieron una pistola. Sin esperar refuerzos, lo detuvieron y acudieron a una cueva cercana. Según aseguró el viceconsejero de Interior, Eli Galdos, al llegar al lugar se identificaron como miembros de la Ertzaintza, lo que fue respondido con una ráfaga de metralleta por un miembro de ETA que logró huir.

Otro militante resultó herido. Juan Mari Gabirondo presentaba cinco impactos circulares de posta en axila, cadera, muslo y tobillo izquierdo, y declaró que en ese estado fue colocado tumbado boca abajo, esposado y golpeado repetidas veces por los ertzainas. Incluso uno de los agentes simuló su ejecución de un disparo en la cabeza.

Hubo informaciones de que en realidad un vecino de la zona descubrió el zulo el día anterior y avisó a la Ertzaintza, pero inicialmente fue negado por el Departamento de Interior, aunque su declaración era muy detallada. También hay contradicciones sobre los horarios de la versión oficial y la llegada de heridos a los hospitales y del propio secuestrado, Lucio Aginagalde, que fue sometido a un chequeo. Además, desde el Gobierno se dijo que García Andoain había muerto por disparos de metralleta, aunque luego un informe de la Guardia Civil determinó que la bala era de la pistola de quien consiguió huir y la abandonó en las cercanías.

Genaro García Andoain fue el primer mando propio de la Ertzaintza muerto en un enfrentamiento con ETA. Anteriormente, la organización armada había atentado contra el superintendente del cuerpo Carlos Díaz Arcocha, teniente coronel del Ejército español.

Una persona singular

Gerardo García Andoain se alistó en el batallón de gudaris Sabino de Arana con 17 años. Finalizada la guerra, continuó con su activismo militante dentro del PNV, fue encarcelado en numerosas ocasiones y sufrió durísimas torturas que le afectaron gravemente a un riñón y al oído. El partido decidió entonces encomendarle tareas menos arriesgadas. Fue amigo personal de Luis María Retolaza, que acabó llevándolo con él a la cúpula de la Ertzaintza.

En una entrevista, quien fuera consejero de Interior recordaba la muerte de Brouard. «Era muy amigo mío –dijo–. Vivía en la Alameda Rekalde, como yo. Era el médico de nuestros hijos. Una persona muy buena. Genaro (García Andoain) vivía cerca, era también amigo de Brouard y se ocupó personalmente de la investigación».

Retolaza reconoció que «tuvieron sospechas pero no pruebas, que las sospechas les conducían a Sancristóbal y Barrionuevo», pero que se dejaron engañar, que podían haber hecho más, que debieron haber recurrido a la prensa para denunciarlo»

Gerardo García Andoain sabía mucho de los GAL, porque –como se informó en su momento– la Ertzaintza descubrió las identidades de muchos de sus mercenarios en un maletín que llevaba el policía José Amedo Fouce. El reclutador de los GAL sufrió un accidente en la autopista cuando volvía a Bilbo de un encuentro con sicarios en Iparralde. En medio de la confusión por el siniestro y debido a su estado, Amedo fue trasladado a un centro hospitalario de Bilbo, el maletín con los documentos quedó en poder de agentes de la Ertzaintza durante unas horas, con tiempo más que suficiente para realizar las oportunas fotocopias.

Amedo sospechó que el maletín había sido abierto y revisado y, según afirmó, años después salió de su incertidumbre cuando el propio responsable de estos servicios de la Ertzaintza, Genaro García de Andoain, le reconoció en una reunión en el hotel Ercilla de Bilbo que sus agentes habían fotocopiado sus papeles y desde 1983 iban tras él. De todas formas, no consta que ni la Policía autonómica ni el Gobierno de Lakua hicieran nada contra los GAL pese a toda la información de la que disponía.

Por lo visto, además de con José Amedo, Genaro García Andoain tenía también una buena interlocución con el entonces comandante de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo. En su biografía, el jefe de Intxaurrondo asegura que el director del Servicio de Información de la Policía Autónoma «desarrollaba una gran actividad y estaba bien informado». Añade que «hicimos mucha amistad e intercambiamos información sobre la situación aquí y al otro lado de la muga, entre otros aspectos. Nos veíamos casi siempre discretamente, unas veces en su despacho y otras en el mío, hasta que, preocupado el PNV porque trascendieran estos encuentros, lo hicimos en las zonas de descanso de las autopistas. A mí me parecía que llamábamos más la atención así. Conocía a alguno de mis contactos y yo a los suyos».

Rodríguez Galindo confiesa que «sentí profundamente» la muerte de García Andoain. Apunta que «existía entre nosotros una franca complicidad, un desinteresado intercambio de información. La colaboración y ayuda mutuas habían pasado a la historia».

Pero Genaro García Andoain fue también el encargado del PNV de mantener negociaciones con ETA mientras otros de sus dirigentes lo hacían con líderes de Herri Batasuna. El director de las unidades especiales de la Ertzaintza se reunió entre abril y julio de 1986 hasta seis veces con Francisco Mujika Garmendia 'Pakito'. Así se recoge, entre otros, en el libro 'ETA 1958-2008. Medio siglo de historia', escrito por Iker Casanova.

Como puede comprobarse, Genaro García Andoain estaba en medio de los asuntos más espinosos de su tiempo.