1977/2024 , 5 novembre

Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Ronald Reagan y Barack Obama arrasan en las elecciones de EEUU

El mito de la concepción cíclica del mundo ha sido muy utilizado como recurso en la literatura. Y también podría serlo en el periodismo: un ejemplo de ello es un día como el de hoy, en el que el mundo aguanta la respiración para saber si la presidencia de EEUU la ostentará Kamala Harris o Donald Trump. La fecha da juego: en 1980, tal día como hoy, un actor de Hollywood llegó a presidente; y también, tal día como hoy, en 2008, salió elegido el primer presidente negro.

Ronald Reagan, durante la toma de posesión del cargo de presidente de EEUU el 20 de enero de 1981.
Ronald Reagan, durante la toma de posesión del cargo de presidente de EEUU el 20 de enero de 1981. (White House I WIKIMEDIA)

La explicación a esta coincidencia de fechas es debida a la particularidad del ciclo electoral de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El proceso electoral, que dura dos años, concluye con la votación de los ciudadanos el primer martes después del primer lunes de noviembre. Y, por ese motivo, el 5 de noviembre coinciden relevos importantes en el máximo poder en la poderosa Casa Blanca.

5 de noviembre de 1980, Ronald Reagan, un actor de Hollywood reconvertido en político ultraconservador y del que se decía que no tenía muchas luces, derrotaba al demócrata Jimmy Carter, quien había llegado a la Casa Blanca en 1977. La noticia dio la vuelta al mundo.

'Egin' titulaba a toda plana: «El Partido Republicano ganó todo en Estados Unidos. Reagan derrotó ampliamente a Carter y su partido obtuvo la mayoría en el Senado». En el pie de foto de la imagen a cuatro columnas que ilustraba la noticia, se percibía cierta ironía: «Reagan, contento al conocer su amplia victoria».

Para entender la diferencia entre un presidente y otro, solo un detalle: Jimmy Carter, quien apadrinó los Acuerdos de Camp David, una vez finalizada su etapa como presidente se mantuvo activo internacionalmente como mediador de conflictos. En 2002, recibió el premio Nobel de La Paz. A principios de este mismo año 2024, Carter ha cumplido nada menos que cien años, y suponemos que en algún momento de su vida habrá pensado aquello de «el que ríe el último ríe mejor». Reagan murió en 2004, enfermo de Alzheimer.

De Reagan a Trump

La cuestión es que ahora, más de cuatro décadas después, el multimillonario populista y creador de bulos Donald Trump intenta volver a la Casa Blanca y son muchos quienes encuentran paralelismos entre ambos personajes: para Dabi Lazkanoiturburu, por ejemplo, «Trump podrá ser comparado con Reagan. Pero, en todo caso, es un «Reagan narcisista»... Si cabe aún, más peligroso», le leíamos en 2018.

Aquel 1980, en una de estas alternancias de poder cíclicas que se producen entre republicanos y demócratas, Reagan barrió en las elecciones, confirmando el giro hacia la derecha que ya se veía observado en EEUU los últimos años: por primera vez en 26 años, el Partido Republicano obtuvo la mayoría en el Senado, importantes avances en la Cámara de Representantes y aumentó el número de sus gobernadores de estados. Carter solo ganó en seis estados y la capital federal; el resto fue para Reagan.

«Los estadounidenses han apostado por un futuro desconocido, pero que se augura tormentoso, despreciando a un presidente que, a juicio de la mayoría, ha sido demasiado débil. Débil en el sentido de que, desde esa visión conservadora que se ha impuesto, ha degradado la imagen de Estados Unidos como primera potencia. Para esa óptica reaccionaria, es mejor el recurso a las armas y machacar a quien sea, con tal de poder seguir diciendo eso de 'somos la primera nación sobre la Tierra'», escribía 'Egin'.

Respecto al perfil del nuevo presidente, a sus 70 años, se destacaba que era el «presidente más viejo» hasta la fecha y que, tras una carrera en Hollywood como actor, en 1966 fue elegido gobernador de California, cargo que ejerció durante ocho años. Varias veces intentó optar a la presidencia, pero fue derrotado, primero por Richard Nixon y después por Gerald Ford.

Tras ganar las presidenciales en noviembre, el 20 de enero de 1981 fue investido como 40º presidente de los EEUU. Se mantuvo en el poder durante dos periodos presidenciales, hasta 1989, cuando le sustituyó George W. Bush padre. Anticomunista convencido, sobrevivió a un intento de atentado y optó por la mano dura.

Llega la esperanza negra

Estamos en el mismo día, pero en el año 2008. Por primera vez en la historia de EEUU, un candidato negro gana las elecciones. Un hito histórico.

Barack Obama jura su cargo el 20 de enero de 2009. (Cecilio RICARDO I US AIR FORCE I WIKIMEDIA)
Barack Obama jura su cargo el 20 de enero de 2009. (Cecilio RICARDO I US AIR FORCE I WIKIMEDIA)

Barack Obama, senador por Illinois, cumplió con los pronósticos y venció de forma holgada a su rival Joh McCain: seis puntos de diferencia, alrededor de siete millones de votos y siete estados arrebatados a los republicanos. «Hemos esperado mucho tiempo, pero el cambio ha llegado a América», arengó Obama a las decenas de miles de seguidores que celebraron su triunfo en las calles de todo el país.

El nuevo presidente llegaba con el lema «Yes, we can», en plena crisis económica, militar y existencial del 'imperio americano' y con el mandado de sustituir al ultraconservador George W. Bush hijo, quien a su vez sustituyó al polémico demócrata Bill Clinton.

El nuevo presidente traía a sus espaldas una gran mochila llena de expectativas y cientos de páginas de prensa dedicadas a su figura. En la edición de GARA del día siguiente, ocupó portada, más seis páginas y editorial, con una amplia cobertura de comentaristas, infografías y análisis.

En el perfil que se le realizó se apunta que «a menudo se ve a Barack Obama como la encarnación del sueño del líder de los derechos civiles Martin Luther King y con el expresidente John F. Kennedy, por su carisma y la esperanza de cambio que suscita (...). En un país en el que los negros tienen reconocidos sus derechos civiles solo desde hace menos de medio siglo, Obama encarna, según los observadores, la cara de un EEUU renovado y en paz consigo mismo».

Txente Redondo, analista del gabinete vasco de Análisis Internacional (GAIN) ya advertía desde estas mismas páginas de que «el que se convierta en el primer presidente negro de EEUU es un factor importante, pero quienes tenían esperanzas en un cambio profundo pueden esperar sentados. El fondo de sus discursos es el mismo que han defendido sus antecesores, y su oposición a Bush era táctica».

En su editorial, GARA apuntaba a los temas pendientes del nuevo presidente: «La agenda de Obama viene determinada por los fracasos de la Administración Bush. El tema principal de esa agenda es, en este momento, la crisis económica. El sistema en sus términos actuales se ha mostrado inviable, pero tampoco se postula alternativa real alguna. Ligado a esta cuestión aparece el reparto de la riqueza, simbolizado en el debate sobre la cobertura social y la política fiscal. De todos modos, la industria armamentista sigue siendo el motor de la economía y condiciona totalmente, entre otras, su política exterior. La diplomacia podría atenuar la beligerancia mostrada hasta ahora, pero difícilmente cambiará los parámetros imperialistas de EEUU. Lo que sí tiene Obama son varios temas pendientes que, en principio, podría resolver sin coste político, como Guantánamo. La composición del Tribunal Supremo también puede afectar a esta agenda».

El 'sueño Obama' se desinfló en 2017, con la victoria de Donald Trump, un millonario de cabello imposible y verbo incendiario, quien llegó subido en la ola del más puro conservadurismo y ocupó la Casa Blanca hasta 2021, cuando fue relevado por Joe Biden.

Porque Trump perdió las elecciones el 4 de noviembre de 2020, aunque no lo quiso reconocer y montó una de las mayores escandaleras que se han dado en la historia política de su país, al denunciar que había sido objeto de fraude electoral. Y se montó buena: «Joe Biden acariciaba con su discreta y anodina mano un triunfo ajustadísimo gracias a una movilización sin precedentes del voto por correo y anticipado. Donald Trump, quien logró hacer saltar por los aires las encuestas con un muy buen resultado, mantenía sus expectativas y se guardaba la espalda amenazando con que llevará el recuento al Supremo, de mayoría afín reforzada», escribía Dabi Lazkanoiturburu.

¿Y qué pasará hoy? ¿EEUU elegirá a su primera presidenta, y segunda primera mandataria negra, u optará por recuperar al hijo político de Ronald Reagan?