Eduardo Chillida se reencuentra con grandes amigos de la fundación Maeght como Braque, Alexander Calder, Giacometti, Pablo Palazuelo, Jean Arp, Tàpies, Miró y Marc Chagall para celebrar en casa su centenario con una exposición colectiva.

Todos ellos fueron creadores que, como el artista donostiarra, trabajaron con el histórico marchante francés Aimé Maeght y su esposa Marguerite, y ahora algunas de sus obras más destacadas podrán verse hasta el 14 de abril en el museo de Hernani, que abre por primera vez sus puertas a una exposición colectiva de envergadura internacional.

En total son 17 piezas de diez artistas, entre ellos también Julio González y Barbara Hepworth, las que conforman esta muestra, organizada en colaboración con la Fondation Marguerite y Aimé Maeght y la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce.

Diálogo

La exposición, que constituye uno de los hitos del centenario de Chillida, pone en diálogo la obra de artistas que compartieron el ambiente de creación, utopía y libertad que generó la galería francesa Maeght, que apostó desde sus inicios por un joven llamado Eduardo Chillida.

A partir de entonces, se generó un vínculo familiar entre los Chillida y los Maeght que ha trascendido varias generaciones y que se plasma ahora en esta exposición, que permite al visitante acercarse a la obra escultórica de artistas que, en esa atmósfera frecuentada por creadores y bohemios, guiaron a Chillida.

El escultor vasco, que cumpliría cien años el próximo 10 de enero, podrá así celebrar su cumpleaños en casa rodeado de amigos en Chillida Leku», asegura la directora del museo, Mireia Massagué.

La fundación Maeght ha cedido por primera vez para una exposición la escultura ’Homme qui marche II’ de Alberto Giacometti, que se exhibe en el interior del caserío Zabalaga, junto a piezas de Calder, Miró, Julio González, Georges Braque o Barbara Hepwoerh, la única mujer artista de la muestra.

La última parte del recorrido presenta obras-objeto relacionadas con el uso de lo cotidiano y la magia de Antoni Tápies o la poesía pintada de Marc Chagall.

La exposición supera los muros del caserío e incluye piezas al aire libre, entre ellas una escultura monumental de Alexander Calder que permite introducirse en ella y experimentar el espacio, al igual que las monumentales piezas de Chillida con las que dialoga desde ya, bajo la lluvia, en Chillida Leku.