‘Máquinas de ingenio’, cruce entre arte, ciencia, tecnología y sociedad
Date
23.11.23 - 04.02.24
Lieu
Gipuzkoa - Donostia
Tabakalera se convierte en las próximas semanas más que nunca en el espacio donde confluyen el arte, la ciencia, la tecnología y la sociedad. La muestra ‘Máquinas de ingenio. Jakintzen bidegurutzean’ es el resultado del proceso de trabajo protagonizado, codo a codo, por cuatro artistas y miembros de centros de investigación como Donostia International Physic Center, Tekniker, BCC Innovation y Basque Center on Cognition, Brain and Languaje.
Este jueves ha tenido lugar la presentación de la muestra con presencia de Clara Montero, directora cultural de Tabakalera; María Ptqk, comisaria de la exposición; Ricardo Díez Muiño, director de DIPC; Luis Uriarte, director general de Tekniker; Ana Fernández, directora gerente de BCBL; y Asier Alea, director de desarrollo global de BCC.
Marina Otero, Laura MM, Amaia Vicente y Elsa Yranzo son las creadoras participantes en el proyecto. Cada una de ellas ha ideado un prototipo en un intento de responder a los desafíos que plantean los tiempos actuales, con cuestiones vinculadas a la robótica, la neurociencia, la nutrición, la vinculación de datos, la sostenibilidad o la ingeniería. Para ello, han trabajado en equipo junto a científicas, filósofos, poetas, ingenieras o matemáticos.
«Estos procesos dan como resultado una suma de encuentro y reflexión sobre la cultura tecnocientífica contemporánea, sus potencias y desafíos», han incidido desde Tabakalera.
Cabe señalar que el Centro Internacional de Cultura Contemporánea de Donostia fue seleccionado el año pasado como una de las sedes de CIRCE (Creative Impact Research Center Europe), el grupo de reflexión interdisciplinar e internacional dedicado a la cuestión de cómo la política puede apoyar las economías creativas y su impacto. Está impulsado por el Gobierno alemán y su objetivo es la experimentación e investigación en torno a la innovación cultural.
En contra de las exposiciones habituales, centradas en el resultado final, la muestra de Tabakalera pone el foco sobre el camino realizado, el proceso en sí. María Ptqk ha señalado que, en este caso, el punto de partida ha sido «la apuesta por los modos de trabajar. Los cuatro proyectos tienen en común la metodología de trabajo experimental y colaborativo».
«En un mundo que cambia tan rápidamente necesitamos reflexionar. El arte y la ciencia siempre van de la mano, ya que cada descubrimiento científico tiene su impacto en el arte», ha manifestado la comisaria de la muestra.
Clara Montero comparte esta opinión. «En un mundo que cada vez va más rápido, necesitamos expertos en diversas materias, pero también la implicación de artistas imaginando nuevos futuros».
«Se trata de una apuesta estratégica y es el resultado de cuatro procesos vivos», ha subrayado.
«Pedro Miguel Etxenike dijo que es necesario crear un ecosistema donde gente normal haga un gran trabajo. Yo diría que más que gente normal necesitamos gente diferente», ha señalado.
Cuatro prototipos
En el ala sur, al inicio del recorrido, el visitante se encuentra con un exoesqueleto en movimiento continuo, un holograma y un vídeo que documenta la interacción entre la paciente-artista y la tecnología, explorando los límites entre máquina y organismo y su impacto en la percepción del cuerpo ‘normal’ y la influencia tecnológica en la plasticidad cerebral y el aprendizaje.
El proyecto ha sido desarrollado por la artista Amaia Vicente y los investigadores de Tekniker Johan Kildal y Ane San Martin, junto a la colaboración de Gogoa Mobility Robots.
El segundo prototipo de la muestra es una colaboración entre la artista Laura MM, las investigadoras Manuela Ruzzoli y Marta La Pietra, del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL), y el grupo de Neurohacking de Medialab Tabakalera. La instalación, titulada ‘C. El punto justo del conflicto cognitivo’, especula sobre la infancia de C, una inteligencia artificial que aspira a ser artista.
Inspirada en el cuento de Ricitos de Oro, C busca el punto óptimo para su aprendizaje entre automatismo y el efecto de violación de las expectativa. Se llama así a una metodología de investigación que en neurociencia se denomina ‘conflicto cognitivo’. Los visitantes participan en juegos conductuales, como un laboratorio de la verdad, que influyen en un software de generación de imágenes, contribuyendo al crecimiento de esta IA. La obra explora la intersección entre inteligencia artificial, neurociencia y participación del público en la creación artística.
La primera colaboración entre BCC Innovation, el centro tecnológico en gastronomía de Basque Culinary Center, y Tabakalera ha dado como resultado Sugar Detox Clinic, una creación de la artista Elsa Yranzo, la doctora en ciencias gastronómicas Elena Romeo y el chef investigador Nahuel Pazos. La instalación, a medio camino entre la parodia de las terapias y la distopía futurista, se presenta como una clínica de desintoxicación para abordar la adicción al azúcar. Exhibida como un gran terrón de azúcar, la obra utiliza tratamientos adaptados a diversos perfiles de consumidores-adictos, basándose en estudios sensoriales que exploran la influencia de los cinco sentidos en la percepción del sabor. La pieza explora la relación cultural y psicológica con el azúcar, abordando temas como la dieta como control, el dulce como recompensa y los miedos relacionados con la imagen corporal y la salud.
En la clínica, la adicción se trata con gominolas diseñadas en colaboración con BCC Innovation y el colectivo de Medialab Food Hack Lab, ofreciendo al visitante un enfoque innovador en alimentación y una experiencia artística única.
‘Compost computacional’, resultado de la tercera colaboración entre el Donostia International Physics Center (DIPC) y Tabakalera, es una obra de la arquitecta e investigadora Marina Otero Verzier, con la colaboración científica de Txomin Romero, Silvia Bonoli, Raúl Angulo, Jens Stücker y Fernando Álvarez González (UPV-EHU). La obra examina el impacto ambiental del almacenamiento de datos, destacando la aparente volatilidad de la información digital que, en realidad, requiere masivas infraestructuras físicas consumidoras de energía, agua y materias primas.
La obra plantea la pregunta crucial sobre la sostenibilidad de estas infraestructuras frente al despliegue futuro de tecnologías como la inteligencia artificial. La instalación incorpora un sistema de vermicompostaje (proceso de descomposición de materia orgánica utilizando lombrices), alimentado con el calor de simulaciones astronómicas del DIPC, y presenta un quipu inca, una máquina de cálculo precolombina, en una película. ‘Compost computacional’ subraya la dimensión política, ecológica y cultural de las decisiones de diseño, instando a una reevaluación crítica de las narrativas del futuro digital.
Para finalizar, en la sala norte de Tabakalera, la exposición ofrece una perspectiva integral de la convergencia entre arte, ciencia, tecnología y sociedad, exhibiendo colaboraciones desde 2020. Destacando ‘Clouds of Pollen’ de Grow Your Own Cloud (Monika Seyfried y Cyrus Clarke), con el físico Steen Rasmussen y el Donostia International Physics Center (DIPC), la obra explora la conservación de datos en moléculas sintéticas de ADN, abordando desafíos similares a los de Compost Computacional.
Otros prototipos incluyen ‘Dream Painter de Varvara & Mar’, un brazo robótico que transforma narraciones oníricas en representaciones pictóricas, y ‘Holobot. Social Garden de VR Kommand’, que crea instalaciones holográficas basadas en comportamientos en redes sociales.
La exposición está abierta hasta el 4 de febrero de martes a domingo de 12.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 con entrada libre.
Emplacement
Tabakalera
Plaza de las Cigarreras,1
Donostia. Gipuzkoa