Saul Leiter muestra pequeños fragmentos de un mundo inacabado en Artegunea

Date

18.07.24 - 10.11.24

Lieu

Gipuzkoa - Donostia

Imagen la muestra.
Imagen la muestra. (Gorka RUBIO | FOKU)

«Yo no tengo una filosofía. Tengo una cámara. Miro a través de la cámara y hago fotografías. Mis fotografías son una ínfima parte de lo que veo que podría ser fotografiado. Son fragmentos de infinitas posibilidades». Con esta frase de Saul Leiter se abre la muestra que dedica Artegunea de Tabakalera al fotógrafo estadounidense. 

La artífice del proyecto es Anne Morin –directora de la empresa diChroma photography–, quien se sintió fascinada por las imágenes de Leiter y ha pasado infinidad de horas estudiando su archivo para compartirlo después con los espectadores. Tras estar en Arles y Londres, se puede ver en Donostia hasta el 10 de noviembre. Posteriormente viajará a Estocolmo.

Tras su investigación, Morin (Rouen, 1973) ha llegado a la conclusión –novedosa– de que Leiter, conocido como precursor de la fotografía en color, en realidad destaca por el trabajo llevado a cabo en blanco y negro. Precisamente, en la mayor parte de la muestra las imágenes no tienen color. Son 172 fotografías originales –inéditas, algunas–, junto a cerca de cuarenta cuadros, una proyección de fotografías en color, así como documentos, revistas, cuadernos y cámaras que pertenecieron en su día a Leiter.

A través del montaje de la exposición, en la que destaca la ausencia de estructuras de cualquier tipo, la comisaria ha querido evocar un territorio sin límites, sin horizonte. «El mundo de Leiter se extiende, se despliega, se expande», ha remarcado.

Libertad. Fue la eterna búsqueda de Leiter. «No participó en ningún movimiento ni grupo artístico, político o social. Si lo tuviéramos que identificar con un colectivo, por su manera de ser, sería con la Beat Generation, en permanente búsqueda de la libertad. Leiter fue toda su vida un vagabundo libre, que recopiló pequeños fragmentos de un mundo inacabado», ha explicado este jueves en la visita realizada a la muestra.

Pequeños trozos del mundo que lo rodeaba: las calles de Nueva York, sus gentes, sus gestos, las escenas cotidianas... «Encontró lo extraordinario en lo ordinario, no necesitó buscarlo muy lejos», en opinión de la comisaria.

En el centro de la sala se ha habilitado la habitación del fotógrafo, el lugar donde creó la serie titulada ‘In My Room’. Son fotografías cuyas protagonistas son sus amigas y sus amantes, a las que se ve desnudas en momentos de intimidad. «Esta serie es la única a la que Leiter puso título y es, asimismo, el único punto neurálgico, la única pulsión, la única contracción espacial y temporal de esta vasta extensión que es su obra. Es un lugar central, el lugar secreto de la libertad; una libertad sin límite que le pertenece plenamente. Son imágenes fotográficas en blanco y negro, y ninguna en color a las que Leiter volverá en algún caso años después para pintarlas, cubrirlas y borrar sus rostros y sus cuerpos con color y fondos lisos. En formato muy pequeño podemos descubrir un conjunto de 40 obras», han indicado.

En la exposición también se incluirá un fragmento de la película ‘In No Great Hurry: 13 Lessons in Life with Saul Leiter’, filmada en la intimidad del estudio del fotógrafo entre 2010 y 2011. El documental retrata de forma íntima al fotógrafo, quien hace balance de su vida en su apartamento de la calle 10 de Nueva York, lo que nos permite conocer mejor al autor. La película, en su totalidad, se podrá visionar dentro del programa público en la sala de cine de Tabakalera.

Morin ha querido sacar a la luz las diversas aristas de Leiter, quien, antes de ser fotógrafo, se dedicó a pintar. Tenía quince años cuando cogió los pinceles. Y, por encima de todo, era poeta. «La exposición es un bonito homenaje realizado a un poeta, más que a un pintor o a un fotógrafo», ha remarcado la comisaria.

Un padre rabino

La biografía y, sobre todo, el entorno familiar, influyó de manera crucial en la personalidad y en la trayectoria artística de Saul Leiter (Pittsburgh, 1923 – Nueva York, 2013). Nació en una familia judía practicante. Su padre, Wolf, rabino ortodoxo de origen polaco, consideraba que el destino de sus hijos varones estaba marcado antes de su nacimiento: serían rabinos siguiendo los pasos de su padre y de su abuelo. Su única aliada fue su madre, Regina, nacida en Austria. Fue ella la que le regaló su primera cámara, algo inconcebible para su marido. Y también fue ella la que lo apoyó económicamente en los momentos en los que lo necesitó.

El joven Leiter se trasladó en 1946 en Nueva York, huyendo del ambiente opresivo que se respiraba en su casa. Tenía 23 años y vivía en condiciones de extrema precariedad. Las dificultades materiales no asustan a quien acaba de perderlo todo. «Se volvió una especie de clandestino, clandestino de su propia vida, como si viviera en el tiempo de prórroga, escapando a lo que para él suponía una condena de muerte», ha señalado Morin.

En 1948, Leiter comenzó a fotografiar en color, publicó algunas de sus imágenes en revistas como ‘Life’, desde 1951, y expuso sus pinturas regularmente en la Tanager Gallery desde el año siguiente.

Edward Steichen, por entonces conservador en el MoMA, incluyó algunas de sus fotografías en color en una exposición colectiva titulada ‘Always the Young Strangers’ [Siempre los jóvenes extranjeros] en 1953, y cuatro años más tarde, mostró una veintena de diapositivas en color de Leiter en su conferencia ‘Experimental Photography in Color’ [Fotografía experimental en color], en el MoMA. En esta época, desde los años cincuenta, Leiter fue inmediatamente relacionado con la fotografía en color, lo que contribuyó a eclipsar toda su creación en blanco y negro, «testimonio de una riqueza tan sorprendente como la de su obra en color» en opinión de Morin.

En 2006, la editorial Steidl publicó su primera monografía y, a partir de entonces, su obra empezó a tener una visibilidad que fue creciendo en los últimos veinte años. Ha tenido un reconocimiento tardío. Y en él jugó un papel importante Howard Greenberg. Fue él quien le mostró por primera vez el trabajo de Leiter a Morin. 

«Murió en 2013, cuando empezaba a crecer ese reconocimiento que no le interesaba y del que incluso huía», ha explicado esta.

Para Ane Abalde, directora de Arte y Patrimonio de Kutxa Fundazioa, entidad que gestiona la sala Artegunea de Tabakalera, es «un logro» traer la exposición a Donostia. «Pocas personas han tenido la oportunidad de ver el trabajo de Saul Leiter in situ», ha señalado.

La muestra se puede visitar de martes a domingo de 12.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00. Entrada libre.

Emplacement

Artegunea
Andre Zigarrogileen Plaza, 1
Donostia. Gipuzkoa