Al alba del jueves 2 de julio, el periodista saharaui Haissan Mahmoud fue detenido por agentes de la policía marroquí que le esperaban delante de su casa. El 1 de julio, la TVRASD había publicado un vídeo de una manifestación pacífica popular en El Aaiún ocupado en el que aparecía el periodista.
Nuestro corresponsal en el sitio ha confirmado haber visto a El Haissan cubrir la manifestación festiva organizada en la calle Tan Tan para celebrar el éxito futbolístico del equipo argelino en la Copa del Mundo de Brasil.
Según sus padres, el periodista fue conducido a la comisaría para ser interrogado, y al día siguiente le llevaron ante el procurador, por “obstaculizar la circulación y atacar a las fuerzas del orden”.
El sábado 5 de julio por la tarde, los abogados de la defensa contaron, tras su entrevista con El Haissan, que tenía signos de tortura claramente visibles en su cuerpo. El Haissan les dijo además haber sido intimidado y amenazado por el procurador del rey, que dio la orden de trasladarle a la Cárcel Negra.
Los activistas de la intifada y, en particular, los periodistas son cada vez más el blanco de las autoridades de ocupación marroquí, que reaccionan con la represión a la difusión de testimonios objetivos sobre todas las violaciones perpetradas contra la población civil saharaui en los territorios ocupados. Sin ir más allá de los cuatro últimos años, tras el desmantelamiento de Gdeim Izik, hay periodistas encarcelados, heridos con secuelas de incapacidad física, intimidados por la violencia o despojados de su material profesional.
El 5 de diciembre de 2010, las autoridades de ocupación detuvieron a los periodistas Bachir Khadda y Hassan Dah, del grupo Équipe Média, que fueron condenados -tras dos años de detención preventiva- a 30 y 20 años de prisión firme. El 8 de diciembre de 2010, las periodistas del Équipe Média, Hayat Rguibi y Nguia El Haouassi, fueron detenidas en el aeropuerto de El Aaiún ocupada cuando se dirigían a África del Sur. Fueron encarceladas y pasaron más de 6 meses, sin juicio, en la “Cárcel Negra” de El Aaiún. El 24 de diciembre de 2010, Khatar Mraizig y Mohamed Ali Sidzein, dos periodistas de Équipe Média, detenidos en Casablanca y trasladados a El Aaiún, pasaron más de 8 meses en la Cárcel Negra sin juicio.
Hassana Aalía, periodista del Équipe Média, detenido en enero de 2011 por la policía marroquí, sí fue puesto en libertad tras tres días de interrogatorio e incomunicación. Sin embargo, las autoridades marroquíes emitieron una orden de arresto contra él cuando se encontraba en España por razón de sus actividades periodísticas. Le juzgaron en rebeldía con el grupo de Gdeim Izik y le condenaron a cadena perpetua. Desde entonces sigue en España y no puede volver al Sahara Occidental.
El 11 de febrero de 2014, los periodistas saharauis Sidi Sbai, Bouamoud Bachir, Jamour Mohamed y Tobali Hafed, de la Instancia independiente de los medios, fueron detenidos en el puesto de control Norte de Sidi Ifni, ciudad del Sur de Marruecos. Fueron condenados a penas de 4 a 6 meses de cárcel firme.
El 29 de septiembre de 2013, la Srta. Afaf Husseini, periodista del Équipe Média, fue atacada, por segunda vez en 6 meses, por la policía marroquí, que le rompió el brazo. Además de los cuantiosos gastos que le supuso su operación en Agadir, estuvo incapacitada para trabajar durante varios meses.
Desde hace 4 años, 13 periodistas saharauis han sido despojados de sus herramientas de trabajo: cámaras de fotos, de vídeo, grabadoras, vehículo, confiscados o estropeados sin contrapartida por la policía marroquí. Son periodistas de los equipos EM, TVRASD, Radio Maizerat y Centro Saharaui de la Comunicación.
30 periodistas de estos mismos equipos han sido duramente golpeados y heridos, afortunadamente sin fracturas.
Équipe Média se solidariza con la TVRASD que reclama la liberación de su periodista Haissan Mahmoud.
Las detenciones arbitrarias, las intimidaciones, las agresiones de los periodistas saharauis por las autoridades marroquíes de ocupación son atentados a la libertad de expresión y a la libertad de prensa, totalmente opuestos a los valores de los que se precia el régimen marroquí, y que predica el derecho internacional.