Ayer fue el día de África y todos aprovechasteis para felicitarla, como si fuera un ente pensante autónomo, independiente de todo ser vivo que lo habita.
Desde Equipe Media queríamos aprovechar la ocasión para recordaros que África no es una quimera de trozos de tierra inconexos y de ningún modo interrelacionados. Queremos insistir en que eso es, precisamente, un invento del neocolonialismo y del liberalismo más encarnizado de un occidente en decadencia, encaminado a mantener a los africanos enfrentados para, mientras tanto, expoliar todas sus riquezas.
La idea subyacente a dicha actitud es la de evitar, a cualquier precio (incluso a base golpes de estado, derrocamiento de gobiernos democráticos, financiamiento de guerras perpetuas, etc.) que los pobres africanitos moribundos por las enfermedades y el hambre nos atrevamos a crear un espacio económico-social común (similar a la Unión Europea o a los Estados Unidos) que ejerza de lobbista en la estela global en pro de los verdaderos intereses de la población africana.
Todo ciudadano de cualquier país africano debe confraternizar con sus iguales de cualquier otro país africano y remar hacia un África unida y poderosa; remar hacia el panafricanismo. Y eso, por supuesto, deja atrás cualquier posible diferencia en cuestión de sexo, de religión, de origen o color de piel.
Porque África es nuestra patria y debemos construirla sobre la base del amor, el respeto, el reconocimiento y la tolerancia, y no sobre el odio, el rechazo o la negación, que es lo que heredamos de la invasión occidental y lo que ha lastrado nuestro progreso hasta el día de hoy.
Esa es la diferencia entre el África que el colonialismo nos dejó (la ideal para sus intereses económicos y geoestratégicos) y el África que nosotros queremos para nuestro futuro: la ideal para cualquier vida humana y animal, y, por supuesto, para la supervivencia del propio planeta.