Fede de los Rios
Fede de los Rios

Atrevida ignorancia

¿Y el enemigo principal? Fácil, el que está al lado; el otro está lejos y demasiado protegido

Al parecer resulta perentoria la construcción del Partido Comunista que dirija al proletariado a la victoria final, la definitiva. Pero el auténtico Partido Comunista, no como los demás partidos comunistas auténticos que le han precedido y todos devinieron traidores a la clase obrera al caer víctimas de los proyectiles almibarados de la burguesía al convertirse en liquidacionistas de la lucha proletaria y la revolución. Un auténtico Mesías revolucionario tras tanto profeta socialdemócrata. Amén. Un verdadero Frente de Liberación de Judea (línea proletaria) que mande al basurero de la historia a los traidores del Frente Judaico de Liberación y a la Unión Popular de Judea (m-l), sin olvidar a los del Frente de Liberación Popular Judaico.

Y es urgente su construcción al descubrir que la sociedad está dividida en clases sociales antagónicas. Nunca es tarde. Agradecer que jóvenes tomen conciencia de la dicotomía Capital/Trabajo como determinante de todas las esferas de la vida humana, para mal. El problema surge en la aplicación de la teoría, en la praxis. Cuando el análisis de la realidad es pobre en datos, la teoría acostumbra a volverse doctrina, catecismo. Los enunciados u oraciones principales se tornan consignas sin oraciones subordinadas explicativas y el análisis concreto de la situación concreta, que se decía base del método marxista, desaparece junto con la posibilidad de transformar la realidad por más rotundidad que se ponga en los enunciados. ¿Y el enemigo principal? Fácil, el que está al lado; el otro está lejos y demasiado protegido.

Reza el poema de Erich Fried: «Mi Marx arrancará la barba a tu Marx/ mi Engels partirá los dientes a tu Engels/ mi Lenin machacará los huesos a tu Lenin/ nuestro Stalin pegará un tiro en la nuca a vuestro Stalin/ nuestro Trotski hundirá el cráneo a vuestro Trostki/ nuestro Mao ahogará en el Yang-tse a vuestro Mao/ para que ya no sea un obstáculo en el camino hacia la victoria».

Queridos, un poquito de esfuerzo. Un mayor rigor intelectual no es burgués. Es revolucionario.

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