Tras conseguir la clasificación el Mundial de EEUU en 1994, el Gobierno de Bolivia llegó a ofrecer el Ministerio de Deportes a Xabier Azkargorta. Han pasado cerca de 20 años y la realidad política del país más pobre de Sudamérica ha cambiado de forma evidente, pero La Verde no ha retornado a la gran cita futbolística. Ha cosechado algunos buenos resultados en casa, donde juega en altura lo que supone un gran handicap para muchos de sus adversarios y poco más que añadir en su saldo positivo.
El técnico azpeitiarra fue un prometedor futbolista juvenil que cambió la Real Sociedad por el Athletic a principios de los setenta, casi 20 años de la polémica que rodeó al fichaje de Loren, que tuvo que dejar la práctica del fútbol debido a una lesión. Licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona y número uno de su promoción de entrenadores, Azkargorta comenzó su carrera como técnico al mando del Lagun Onak de Azpeitia. Del valle del Urola paso a la costa para dirigir al Aurrera de Ondarroa antes de marchar a Catalunya para entrenar al Nástic. Fue el preludio de su estreno en Primera al mando del Espanyol. En el conjunto perico comenzó a ganarse un gran prestigio que le sirvió para posteriormente estar al mando de Valladolid, Sevilla y Tenerife. Entonces llegó su salto a Bolivia donde es considerado un auténtico mito. En 1995 cambió La Verde boliviana por La Roja de Chile, país en el que no tuvo fortuna y recibió críticas constantes. Su siguiente paso fue dirigir al Yokohama Marinos de la Liga japonesa donde coincidió con Julio Salinas.
Trabajó también para el Real Madrid, Azkargorta fue fichado por el empresario mexicano de origen vasco Jorge Vergara para entrenar al Chivas de Guadalajara pero no tuvo suerte, al igual que en su efímero paso como director deportivo del Valencia. El doble cambio de dirección en el conjunto de Mestalla apenas le tuvo 15 días en el cargo. Ahora, en gratitud por todo lo que Bolivia le dio en su día, Azkargorta vuelve a comandar el sueño boliviano.
Con apenas cuatro puntos tras la disputa de seis choques en las eliminatorias para el Mundial de 2014, Bolivia se encuentra a cuatro puntos de Venezuela, selección que en estos momentos disputaría el play-off de acceso al campeonato mundial. Aún restan 12 partidos por disputar y el sueño boliviano ha crecido con el retorno de un Azkargorta sobre cuya dirección técnica se depositan grandes expectativas.
Sin embargo, el primer reto de "el bigotón" no es únicamente clasificar a la selección para el Mundial o realizar un gran torneo en la Copa América de 2015, si no sentar unas bases sólidas para que La Verde no vuelva a sufrir un tiempo de crisis tan prolongado como el actual. El azpeitiarra pretende que la atención se centre en lo deportivo por encima de polémicas como la sede de los partidos del cambonado boliviano o el eterno recuerdo a los héroes que lograron el pase para el Mundial de EEUU.
El objetivo es hacer crecer a la generación actual, la mayoría de futbolistas actúan en la Liga boliviana salvo contadas excepciones que militan en conjuntos de Argentina, Brasil o ligas europeas menores, y poner las bases para un futuro estructurado en el fútbol boliviano. Trabajo de cantera, mejora de infraestructuras, dotar al equipo de un estilo propio, reconocible y duradero. La meta es que por encima de una generación histórica como fue la de Etcheverry, Platini Sánchez, Sandy, Melgar, Cristaldo o Baldivielso que practicamente se mantuvieron durante 15 años en la selección, Bolivia se capaz de producir jugadores competitivos de forma constante debido a la optimización de sus recursos deportivos y la puesta en marcha de medidas que mejores sus instalaciones, condiciones propicias para aumentar el rendimiento deportivo e implementación de métodos de entrenamiento, recuperación y planificación que permitan a La Verde dar un salto competitivo continuado.
Vuelve la revolución futbolística del bigotón a Bolivia, zorte on maisu!