El defensa de Agen continuará ligado al Athletic hasta 2020 después que el club anunciase el acuerdo entre ambas partes. Así las cosas, el conjunto rojiblanco fideliza a uno de los mejores centrales de Europa después de que haya sido seriamente tentado por el Manchester City. Su contratación era un expreso deseo de Pep Guardiola pero Laporte seguirá en Bilbo. (Actualización del artículo publicado el 30 de marzo).
En mayo de 2013, durante una de sus últimas comparecencias en Lezama, Marcelo Bielsa quiso sacar pecho en torno a su trabajo en el club. En una intervención en la que combinó autocrítica con el hecho de poner en valor algunas decisiones, dejó algunas frases para la posteridad. Un de ellas estaba relacionada con Aymeric Laporte, jugador que entonces se encontraba lesionado y que meses antes había debutado bajo sus órdenes en el primer equipo. Sus palabras, más que elocuentes: «Yo no sabía que Aymeric era tan bueno... Lo veía y no lo veía tan bueno. A lo mejor me equivoco, no soy el dueño de la verdad».
Y es que apenas unos pocos partidos valieron para qué en la afición del Athletic, necesitada de nuevas referencias tras la convulsión general producida tras las dos derrotas en las finales de 2012, se instalase la sensación de que el defensa de Agen era un diamante en bruto. Un futbolista zurdo que con 18 años de marcada personalidad y una capacidad técnica muy superior a la media, tanto en lo que a su edad se refiere como en lo que concierne a lo que suele ser habitual en el puesto de central. Unos pocos partidos en el Bilbao Athletic y el equipo de las NextGen, una especie de Champions oficiosa en la que formó junto a Williams, Kepa Arrizabalaga, Aketxe o Guillermo, le valieron el pasaporte al primer equipo.
Su irrupción se produjo en un intrascendente partido europeo ante el Hapoel en Israel, una cita en la que ya dejó algunas pinceladas de sus dotes con una doble interceptación de un ataque rival al alcance de muy pocos defensas. La retirada de la oferta de renovación por parte del club a Fernando Amorebieta también ayudó a que las puertas de la primera plantilla se abrieran para Laporte. La entidad de Ibaigane decidió dejar de contar con el defensa de Iurreta, señalado también por Bielsa durante la eliminación copera ante el Eibar, y comenzó a operar mirando al futuro. Junto a su ascenso al primer equipo, materializado en Liga con su estreno como lateral zurdo ante el Mallorca, comenzó una serie de sucesivas renovaciones para mejorar y ampliar su contrato y emolumentos.
De «Bota de Oro» en Iparralde a defensa central
El Athletic lo había captado con apenas 15 años, tras verlo en un partido con la selección de Aquitania. Natural de Agen, con raíces familiares en Ipar Euskal Herria e hijo de un antiguo jugador de rugby que actualmente regenta un puesto de frutas, destacó desde muy pronto. Según confesó en enero de 2015 en una entrevista en la prestigiosa revista inglesa Four Four Two: «Cuando era un niño, siempre jugaba de delantero centro en el País Vasco francés y prácticamente cada temporada ganaba la Bota de Oro. Son muy buenos recuerdos de mi infancia, siempre recordaré a mis padre y abuelos viendo a ver mis partidos. Me sentía muy orgulloso de saber que me estaban viendo». Quizá, esos inicios como atacante tenían que ver con que su ídolo fue el portugués Pauleta, antiguo jugador del Girondins de Burdeos. Sin embargo, con el tiempo, su posición fue retrasándose y ya con 13 años «mi entrenador dijo que quería probar en la parte de atrás porque yo era alto y fuerte. Me fue bien, llegué al Athletic en dicha posición y ahí he jugado desde entonces».
Una de las personas claves para su llegada al Athletic fue Laurent Strzelczak, su descubridor. Puso sobre la pista al conjunto rojiblanco en 2009 y el entonces responsable de la cantera rojiblanca Julen Masach no dudó en dar el visto bueno. El acuerdo se cerró en un bar francés y posteriormente el jugador visitaría junto a su familia las instalaciones de Lezama y el antiguo San Mamés. No era una operación fácil, ya que el hecho de contar con nacionalidad gala le impedía poder jugar con el Athletic hasta los 16 años. Aterrizó en Lezama junto a Julien Gutierrez y Carvalho, otros dos jugadores procedentes del Aviron, lo que le facilitó una adaptación que no fue sencilla, aunque con el tiempo ha acabado absolutamente prendado por la capital vizcaína. En sus inicios, «yo no comprendía nada y nadie me entendía lo que yo decía».
En su primera temporada, entrenaba durante la semana en Lezama con el cadete rojiblanco y los viernes se trasladaba a Baiona para jugar con el Aviron. Pese a ser una decisión arriesgada, el club acertó de pleno. Conscientes de su calidad, ya en enero de 2011, durante un amistoso en Zalla, Joaquín Caparrós le convocó para ser parte del primer equipo. El Athletic quería seguir sus evoluciones de cerca, mimarle. E incluso, Fernando Quintanilla Txirri acudía a las concentraciones de la selección francesa casi cual escolta, ya que las mismas suelen ser un zoco de agentes y clubes, conscientes de que en esas edades, con un simple cambio de residencia pueden llevarse a los futbolistas a sus clubes.
El hecho generó relativa controversia en torno a la adaptación de Laporte a la política deportiva del Athletic. Durante una entrevista concedida a GARA durante la previa del Mundial de 2014, el labortano Peio Sarratia, actual responsable de la cantera del Nacional de Montevideo, y extécnido de la federación francesa durante más de 30 años, señalaba que durante una visita al palco de San Mamés le señaló a Fernando García que, mitad en broma mitad en serio, «habéis blanqueado a Laporte». El preparador de Uztaritze, no obstante, señalaba «es muy buen chico, un gran jugador, hay que tener paciencia para que llegue a la selección». Sin embargo, fue el propio Laporte el que durante una entrevista al portal Only Football en mayo de 2013 desveló que «tengo sangre vasca por parte de mis abuelos».
Uno de los mejores centrales de Europa
Asentado en el primer equipo, su crecimiento ha sido absoluto hasta convertirse en uno de los mejores centrales de Europa. Un puntal de primer orden para el Athletic. Muy vinculado y agradecido a la figura de Ernesto Valverde, un entrenador que ha sabido dotarle de confianza y con el que ha aumentado sus capacidades, recientemente felicitaba en Twitter al entrenador del equipo por su renovación.
Su rendimiento no ha pasado desapercibido, lo que hizo durante las dos últimas temporadas, el Athletic ampliase y mejorase su contrato hasta situarlo entre los acuerdos y sueldos más importantes de su plantilla. Los cantos de sirena, en ocasiones más convertidos en portada que en realidad, le han acechado desde el primer momento y algunos de los clubes más importantes del continente han seguido su pista. Es el caso del Barcelona, el Bayern o los dos equipos de Manchester. El foco del mercado, que su nombre aparezca relacionado con otros clubes o ser preguntado en torno al tema en las diferentes entrevistas no le agrada.
De hecho, apenas semanas después de haber alcanzado un acuerdo con el representante de futbolistas Ginés Carvajal prescindió de sus servicios tras verse vinculado durante dos semanas con una legión de equipos europeos. Frente a ello, tomó una medida diferente, contar con Kepa Cabareda como asesor. El que fuera entrenador del Zalla dejaba claro en El Desmarque Bizkaia cuál era su labor con Aymeric: «Yo no soy ni agente, ni intermediario ni representante de jugadores. A Laporte hay que protegerle, lo que debe hacer es entrenar, luchar, consolidarse como el gran jugador que puede ser y disfrutar de todo lo que supone estar y ser parte del Athletic. No pensar en otras cosas».
Habitual en las categorías inferiores de la selección francesa, ejerciendo en rol de capitán en muchas ocasiones, gozó con la consecución de la Supercopa. El selfie que sacó junto a todos los integrantes del equipo en el autobús descapotable preparado para la ocasión se convirtió en viral entre los aficionados rojiblancos. Eso sí, cuando desde el balcón del Ayuntamiento Iker Muniain entonó aquello de «oh là lá Laporte», su timidez hizo acto de presencia y le costó más coger el micro.
Y es que después de la tumultuosa temporada de su debut, el crecimiento personal de Laporte y los éxitos colectivos del Athletic han ido de la mano. El cuarto puesto de la temporada 2013-2014, la final de Copa de 2015 y el título de la Supercopa han evidenciado el ciclo ganador del conjunto rojiblanco. A lo que hay que sumar la excepcional campaña realizada por los leones en el curso recién finalizado. Unos resultados que habían puesto de nuevo a futbolistas del conjunto bilbaíno en el gran escaparate mundial. Una vez atado de Williams, varios clubes, especialmente el City de Begiristain y Guardiola, habían puesto sus ojos en Laporte.
Con todo, su llamada para la selección francesa en categoría absoluta parecía un hecho, avalada por Bixente Lizarazu en su análisis semanal en la TF1 francesa, más aún tras la grave lesión de Zouma y el rendimiento de Laporte. Sin embargo, el labortano Didier Deschamps decidió no contar con él y que Aymeric siguiese con la sub 21. Y ahí que se han complicado las cosas. Una jugada con un jugador escocés ha hecho que la temporada termine para el jugador del Athletic. Rotura del maléolo con partes del tobillo y el peroné dañados. Operación y cerca de cuatro meses de baja.
Jugador franquicia
El Athletic notó su ausencia en el tramo final de temporada, su capacidad para salir con el balón jugado, contundencia defensiva, liderazgo y carácter son dignas de uno de los mejores centrales de Europa. Quién sabe qué hubiera ocurrido de haber podido jugar en el Sánchez Pizjuán en la vuelta de la Europa League, en lo que supuso un partidazo impresionante del equipo, sin premio. El propio Aymeric viajó de motu propio a la capital andaluza, su imagen con las muletas en la piña del grupo daba muestras de su compromiso.
«Me la juego a que Laporte se queda» dijo Mikel San José hace unas semanas. Y el de Atarrabia ha acertado de pleno. El trabajo de zapa, serio y riguroso de la junta directiva ha surtido efecto, lo que unido a la actitud del jugador han facilitado el acuerdo. El Manchester City de Guardiola estaba dispuesto a pagar los 50 millones y ofrecer un sueldo astronómico, fuera del mercado de la Liga. Sin embargo, el Athletic ha sabido convencerle, mientras su entorno no le vendía humo. Una oferta seria, ser el mejor pagado del equipo y un proyecto sólido de futuro, le han convencido. La información que ofreció José Manuel Monje en Onda Vasca hace unas semanas se ha confirmado. A Laporte le ponía Guardiola pero no el City. Entre el City y el Athletic ha preferido el Athletic. Renueva hasta 2020, ampliando su claúsula hasta los 65 millones, cifra que se elevará a los 70 a partir de 2018.
El de Agenb se convertiría junto a Williams en el principal emblema del club de cara a sus posibilidades de futuro. En Ibaigane son conscientes de que el recorrido de Aduriz e Iraizoz no será ya muy largo y por tanto han apuntalado nuevas referencias y liderazgos competitivos de rendimiento inmediato pero que buscan poner el foco en el medio y largo plazo. En ese sentido, parecen haberse abierto más operaciones como la ampliación también del acuerdo con el propio Mikel San José, Iago o Iñigo Lekue.
En definitiva, asistimos a la lógica del Athletic. El club genera sus propios futbolistas y según eleva el listó competitivo general, se suman calidad, trabajo y un entrenador de primer nivel, los resultados llegan. Eso conlleva estar en la parte alta de la tabla, compitiendo por objetivos ambiciosos o en finales, lo que al final despierta el interés de las diferentes multinacionales futbolísticas que existen en la actualidad. Ya lo advirtió Rafa Alkorta tras ganar en Old Trafford, «el problema de esto es que te pone en el escaparate». Las consecuencias, conocidas por todos en algunos casos. Y de ellas ha aprendido un Athletic, cuyos rivales saben que no negocia y que es capaz también de acometer operaciones para retener a sus mejores jugadores. Porque, pese a que Marcelo Bielsa no lo sabía de inicio, Aymeric es muy bueno.
Ahora, mientras no podía jugar, el club lo ha convertido en su jugador franquicia. En una leyenda del club, la que rechazó jugar el equipo económicamente más poderoso del mundo. El futuro dictará lo que tenga que dictar, pero el referente está creado.
Beñat Zarrabeitia
Fotos: AFP, Getty Images y Athletic Club