l pasado jueves dedicamos “La Base” a analizar la crisis de Ucrania. Creo que nos quedó un programa muy interesante que, sin embargo, no verá la luz. Se trataba de uno de los muchos pilotos que hemos grabado. Grabar pilotos, cuando salen bien, te deja con la pena de que nadie los vaya a escuchar, pero te permite también experimentar. Sin que sirva de precedente, me voy a permitir usar esta columna en GARA para rescatar el análisis de Manu Levin en su sección sobre los medios.
La mentira es instrumento frecuente entre los productores de información reaccionarios pero nada hace a la mentira volar más alto que una guerra. Se atribuye al senador estadounidense Hiram Johnson haber afirmado en 1917 que la primera víctima de guerra es la verdad. La reflexión ilustraba el comportamiento de los gobiernos y periódicos de los países beligerantes en la Primera Guerra Mundial que sistemáticamente mentían sobre lo que ocurría en el frente y en la retaguardia. De aquellas estrategias de la mentira surgió uno de los grandes bulos del siglo XX, el de la gripe «española» que fue presentada como una pandemia de origen ibérico precisamente porque en la España neutral no se censuraron las informaciones sobre aquella pandemia.
Una de las mejores pruebas de que EEUU y Rusia no van de farol es el furor atlantista de algunos prestigiosos periodistas españoles. Tal es el furor que ha llevado a algunos de ellos directamente a mentir desde el telediario. En su repaso a los telediarios Levin cazó mintiendo en directo nada menos que a Vicente Vallés en un telediario del pasado mes de junio. El director del telediario con más audiencia de España no es cualquiera. Es probablemente el periodista en activo con más premios de periodismo en su vitrina de trofeos. Y sin embargo mintió en directo. ¿No me creen? ¿Me estoy arriesgando a ser denunciado? ¿Estoy poniendo en un compromiso al diario GARA? El enfoque de la pieza de Vallés en el telediario de Antena3 sobre el conflicto de Ucrania era claramente pro-estadounidense. Lo que viene a decir es que la culpa de todo es de Rusia que amenaza la paz mundial, mientras que los EEUU defienden el diálogo, la diplomacia y la paz. Eso puede ser criticable por tendencioso, pero es perfectamente legítimo. Nadie con experiencia mediática hoy en día esperaría un telediario neutral. Hasta aquí todo bien. Es perfectamente legítimo enfocar una noticia con valores conservadores y pro-estadounidenses. Ojo, siempre y cuando se interpreten los hechos. El límite es la mentira y la mentira es básicamente dar por buenos hechos que no se han producido. En el telediario del que les hablo Vallés aparece con traje y corbata negra. Tras él vemos una imagen con cara de pocos amigos de Putin. Vallés empieza hablar (suponemos que leyendo el teleprompter) y dice: «Las relaciones entre Putin y Occidente se han caracterizado por desencuentros permanentes». Vallés habla de un conflicto entre Putin y Occidente. Se podría decir que quizá un periodista premiado debería hablar de un conflicto entre Rusia y Estados Unidos o entre Rusia y la OTAN pero Vallés opta por otra cosa. Para Levín (así lo explicaban en su sección del piloto de “La Base”) usar el término «Occidente» como opuesto a Putin impondría un marco mental que nos subsume a todos los «occidentales» bajo el dominio de EEUU. De esta manera no habría intereses propios de España y Europa, sino que se trataría de los intereses de «Occidente» frente a los de un señor que nació en Leningrado y es presidente de Rusia. Pero aún pareciéndome sensata esta crítica de Levín, no podemos decir que Vallés esté mintiendo. El periodista es tendencioso y pro-estadounidense en su telediario, pero eso es legítimo. Vallés continúa hablando y dice: «En los últimos meses se han deteriorado [las relaciones entre Putin y Occidente] hasta caer en su nivel más bajo, especialmente por los ciberataques». Alguien podría decir que lo de los ciberataques rusos no está del todo claro pero propongo darlos por buenos. Aceptemos «bots rusos» como amenaza a los países de la OTAN.
Pero de pronto Vallés dice: «por las exhibiciones militares de Rusia en Ucrania». Oh my God. No ha dicho exhibiciones militares rusas para intimidar a Ucrania o exhibiciones militares dirigidas a Ucrania. Vallés ha usado una preposición inequívoca que indica el lugar donde está algo; especialmente si está en el interior de algo. Ha hablado de exhibiciones militares rusas «en» Ucrania. Esto sí es mentir. No ha habido una exhibición militar rusa en Ucrania en el marco del conflicto actual. Vallés mintió en directo. Quizá fue un error del encargado de introducir el texto en el teleprompter o quizá Vallés se confundió al leer pero, en ese caso, debería haberse disculpado y rectificar. No lo ha hecho ni creo que lo vaya a hacer.
Vallés tiene todo el derecho a ser tendencioso, conservador, reaccionario e incluso tiene todo derecho a acusar a cualquiera que critique a la OTAN y a los EEUU de simpatizar con Putin y hasta con Stalin. Podremos no estar de acuerdo con sus juicios de valor pero son legítimos. Lo que no es legítimo es dar por ciertos hechos que no se han producido. Rusia no ha hecho ninguna exhibición militar en Ucrania. Si sus tropas entran en el Donbass o en otra parte del territorio ucraniano se podrá calificar esa entrada de militares como se quiera pero eso (aún) no ha ocurrido.
Habrá quien diga que fue una mentira pequeña. Una mentirijilla. Y quizá alguien diga que estoy señalando a un periodista y atacando la libertad de prensa. Yo creo que decir en el telediario de máxima audiencia en España que Rusia ha hecho exhibiciones militares en Ucrania cuando eso no ha ocurrido nunca es una mentira grave. Imaginen qué va a pasar estos días en el telediario de Vallés ante la posibilidad inminente de un conflicto bélico entre la OTAN y una potencia nuclear en suelo europeo. Está clara cuál será la línea, pero ¿mentirán como en junio? Creo que es una tarea democrática identificar las mentiras cuando se producen en los telediarios así como explicar con datos y razonamientos la tendenciosidad de los mismos, por muy legítima que sea. En “La Base” lo haremos cada día.