Estado canalla. Dícese, en el lenguaje de la Casa Blanca, de un estado que amenaza la paz mundial.
El término, esbozado por el actor de Wésterns y presidente Reagan y sus ‘outlaw states’ (estados forajidos), fue definido no por un republicano sino por la Administración del demócrata Clinton, quien presentó la primera lista de rogue states (estados canallas) que incluía a Corea del Norte, Irak, Irán y Libia, a la que luego sumaría Yugoslavia, Afganistán y Sudán...
Abandonado por el presidente mentiroso del Lewinskygate en su última etapa y sustituido por el menos taxativo Estados preocupantes (‘states of concern’), Bush hijo retomaría y afinaría el término estados canallas al calor de su venganza por los ataques del 11-S, añadiéndole el maniqueo «Eje del Mal».
Fue Noam Chomsky quien, dando la vuelta al calcetín, recordó, en su ‘Estados Canallas, el imperio de la fuerza en los asuntos mundiales’, que ese apelativo se aplica perfectamente a los propios EEUU y su desprecio a la legalidad internacional, a los derechos humanos y a las resoluciones de la ONU.
Aceptemos, por un momento, y pese a los intereses y dificultades que subyacen a su verificación, el término ‘Estado canalla’.
¿Cómo se puede calificar a un país que ha matado a 45.000 personas, la mayoría mujeres y menores (otros 10.000 se pudren bajo los escombros) en un erial llamado Gaza?
¿A un país que permite que colonos perpetren regulares pogromos contra los palestinos de Cisjordania amparados en sus periódicas incursiones de castigo?
¿Que ha matado a 4.000 libaneses e inauguró el alto el fuego vigente con una salva de bombazos?
¿Que viola cada vez que quiere la integridad territorial de Irán?
¿A un país que ha aprovechado la caída de un régimen criminal como el de los Al-Assad en Siria para destruir sistemáticamente el arsenal militar de ese país, para doblar la presencia de judíos y drusos en los ocupados Altos del Golán y para ocupar más territorio, teniendo ya a vista de pájaro a Damasco?
Israel apela a su seguridad, y a un inexistente «derecho bíblico» sobre los territorios vecinos.
Y no duda para ello en provocar un escenario peligrosísimo de inseguridad en todos ellos.
EEUU ha ido, a su antojo y según las circunstancias, sumando y quitando países de su lista de ‘rogue states’.
Y muestra tanta flexibilidad que no duda ahora en hablar con alguien a quien hasta ayer tenía en busca y captura por «terrorista» y es hoy el hombre fuerte de Siria.
Flexibilidad de la que no muestra un ápice respecto a Israel, que seguirá siendo su «Estado canalla». Dícese de un estado que amenaza la paz mundial. Lo dice EEUU, no yo.