Además de uno de los directores de orquesta más queridos por el pú bli co, Nikolaus Harnoncourt fue una figura fundamental del movimiento HIP (Interpretación históricamente informada), que en la segunda mitad del siglo XX reconfiguró totalmente la forma en que se interpretaba la música clásica. Comenzó su carrera como violonchelista, pero su matrimonio con Alice Hoffelner en 1953 le llevó a fundar el conjunto Concertus Musicus y dedicarse en cuerpo y alma a las músicas anteriores a 1750, muy raramente interpretadas hasta entonces.
Harnoncourt no fue el único que investigó cómo debía sonar la música del pasado –desde la construcción de los instrumentos a las técnicas de ejecución–, pero era un músico tan brillante que sus propuestas trascendieron largamente la especulación filológica, alcanz ando logros inter pretativos que cambiaron para siempre la forma de abordar a Monteverdi, Bach o Haendel.
Ese gran talento le permitió, en la década de 1970, ponerse al frente de orquestas sinfónicas modernas para trabajar con ellas tal y como lo hacía con los conjuntos de época. Además fue extendiendo esta práctica más allá del Barroco para abarcar a compositores clásicos y románticos. Gracias a él, hoy es normal que las orquestas interpreten músicas del pasado remoto y lo hagan con criterios historicistas.