La conocida estatuilla Venus de Willendorf se ha revelado ahora como una gran viajera. Un análisis microscópico ha revelado que su origen está 700 kilómetros al sur de donde se encontró, lo que demuestra que los humanos de hace 30.000 años tenían una mayor movilidad de lo que se creía.
La investigación, publicada recientemente en la revista ‘Scientific Reports’, sitúa su procedencia, o al menos el material del que está hecha, cerca del lago de Garda, en el norte de Italia, a unos 700 kilómetros de la localidad austríaca de Willendorf, a orillas Danubio, donde fue encontrada en 1908.
Los investigadores de la Universidad de Viena y del Museo de Historia Natural (NHM) utilizaron imágenes tomográficas de alta resolución para identificar el material utilizado para esculpir la Venus de Willendorf, el oolito. El oolito es una piedra caliza de origen sedimentario que suele formarse cerca de aguas limpias y cálidas.
Como este tipo de piedra no es típica de la región de Wachau, donde se descubrió la estatua, los geólogos buscaron depósitos de ese material en otros países, como Francia, Ucrania, Alemania e Italia, para averiguar cuál era su origen.
«Las muestras de la Venus son estadísticamente indistinguibles de las muestras del norte de Italia, cerca del lago de Garda», han concluido los investigadores.
Según la hipótesis de Gerhard Weber, antropólogo de la Universidad de Viena, la Venus pudo viajar desde Italia a Austria gracias a las costumbres de la gente del Gravetiense, una fase cultural del Paleolítico superior: «La gente del Gravetiense buscaba y habitaba lugares favorables. Se movían, preferiblemente junto a los ríos, cuando cambiaba el clima o la situación de las presas».
Durante este período se tallaron una gran cantidad de esculturas femeninas que representan el cuerpo de la mujer con exagerados atributos de fertilidad, como las caderas o los pechos.
Aunque los resultados apuntan claramente al norte de Italia como el punto de partida de su material, el estudio también señala que la misma piedra se encuentra en el este de Ucrania, a más de 1.600 kilómetros de Willendorf, pero el estudio tiende a descartar este origen.
La singularidad del material
«La Venus de Willendorf no solo es especial por su diseño, sino también por su material. Mientras otras figuras de Venus suelen estar hechas de marfil o hueso, se utilizó oolita para la Venus de Austria, que es única para este tipo de objetos de culto», han destacado los científicos.
Asimismo, las imágenes tomadas en su interior muestran pequeños restos de conchas y limonitas, que consisten en una mezcla de minerales. Al comparar estas conchas con los fósiles del Museo de Historia Natural de Viena, los investigadores también han podido concluir que la piedra de esta Venus se formó hace unos 150 millones de años.
«Queremos utilizar estos resultados y nuestra nueva red de investigación de Viena en cooperación con la antropología, la arqueología y otras disciplinas para aclarar aún más la historia temprana en la región alpina», ha remarcado Weber.
La estatuilla, de unos 30.000 años de antigüedad, continúa expuesta en el Museo de Historia Natural de Viena junto a otros descubrimientos arqueológicos de la Edad de Piedra.