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Miami

Hallan en Alabama pinturas rupestres con las figuras más grandes descubiertas en América

Un grupo de arqueólogos y fotógrafos estadounidenses ha hallado en el techo de una cueva de Alabama enormes dibujos rupestres, realizados por pueblos desconocidos, gracias al uso de fotografías de alta tecnología y la creación de un modelo 3D, según ha publicado la entidad Ancient Art Archive.

Stephen Alvarez trabajando en la construcción de un modelo 3D de arte rupestre en una cueva del sureste de Estados Unidos.
Stephen Alvarez trabajando en la construcción de un modelo 3D de arte rupestre en una cueva del sureste de Estados Unidos. (Alan CRESSLER | Ancient Art Archive)

Los científicos de Ancient Art Archive, el organismo que está a cargo de esta investigación, tomaron miles de fotos de alta tecnología para escanear el techo de una cueva en Alabama y crear un modelo 3D. Al hacerlo hallaron miles de pinturas rupestres, incluidas varias imágenes de tamaño natural.

«Son las imágenes de arte rupestre más grandes descubiertas hasta ahora en las Américas», ha señalado el Archivo de Arte Antiguo, entidad sin ánimo de lucro con sede en Tennessee, que ha probado en este lugar –cuya ubicación concreta no se ha dado a conocer– la llamada fotogrametría como herramienta de descubrimiento.

Estos dibujos de arte rupestre representan también el grupo más grande realizado por pueblos desconocidos antes de la llegada de los exploradores europeos. «Como no hemos visto ninguno similar antes, no conocemos la identidad de estos antiguos antropomorfos del arte rupestre», detallan Jan Simek, Stephen Álvarez y Alan Cressler, los autores de la investigación, publicada esta semana por la Universidad de Cambridge (Inglaterra).

Aseguran que no son personajes reconocibles en las historias de nativos americanos del sureste de EEUU registradas etnográficamente, ni en otros materiales iconográficos conocidos arqueológicamente. No obstante, comparten ciertos temas con otras artes rupestres regionales conocidas, como antropomorfos vistiendo atuendos y serpientes de cascabel.

Dibujos de Jan Simek y Stephen Alvarez de las pinturas descubiertas en el techo de una cueva del sureste de EEUU. (Ancient Art Archive)

«Probablemente representan personajes de narraciones religiosas previamente desconocidas, probablemente del período Middle Woodland (período Sílvícola o de los Bosques)», que va aproximadamente desde el año 1000 a.C. hasta el 1400 d.C o, según otras clasificaciones para el oriente de Norteamérica, hasta el contacto con los europeos en el siglo XVII d.C.

«Los aspectos más llamativos de estas pinturas rupestres son su tamaño y contexto», resaltan. «Se encuentran las imágenes de arte rupestre más grandes conocidas en América del Norte. Son tan grandes que los creadores tuvieron que dibujar las imágenes sin poder verlas en su totalidad», indican.

Veinte años trabajando en esta cueva

Los expertos señala que sabían de la existencia de los dibujos «pero eran tan débiles que era imposible distinguir las imágenes completas». Para construir el modelo 3D se requirió unir más de 16.000 fotografías superpuestas.

Álvarez pasó meses arrastrándose por el suelo de la cueva tomando todas esas fotografías, y luego varios meses más en la oficina construyendo un modelo detallado de la cavidad. Eligió la fotogrametría en lugar de otra opción de modelado 3D debido al duro entorno de la cueva, con varios días trabajando sobre charcos profundos de agua, que echarían a perder otro tipo de equipos.

El Archivo de Arte Antiguo ha utilizado también la fotogrametría para crear experiencias de realidad virtual de cuevas y sitios con arte rupestre de todo el mundo.

Según esta entidad, el sureste de Estados Unidos tiene más de 10.000 cuevas, pero el área no es muy conocida por el arte rupestre a pesar de que sus antiguos habitantes lo crearon en abundancia. Agrega que estas pinturas se enfrentan a la abundante humedad y las lluvias, que degradan rápidamente la mayor parte del arte rupestre.

Cressler, fotógrafo y espeleólogo, fue el primero en detectar obras de arte en esta cueva, que es conocida con el número 19 (un número aleatorio asignado para proteger su identidad). Junto con Simek han trabajado durante más de veinte años en este lugar y señalan que aún queda mucho trabajo por hacer porque miles de imágenes todavía no han sido catalogadas.