La NASA ha celebrado este lunes la calidad de los detalles de las nuevas imágenes de Júpiter que, según Imke de Pater, profesora emérita de la Universidad de California y codirectora de las observaciones, no se esperaba que fueran «tan buenos».
Las fotografías difundidas permiten ver que las auroras se extienden a grandes altitudes sobre los polos de Júpiter. Estas imágenes proceden de la cámara de infrarrojo cercano (NIRcam), que tiene tres filtros infrarrojos.
Como la luz infrarroja es invisible para el ojo humano, esa luz ha sido mapeada al espectro visible. Las longitudes de onda mas largas suelen aparecer más rojas y las más cortas, más azules.
En esas instantáneas se ve con claridad la Gran Mancha Roja, una tormenta de arena que, como ha indicado la agencia espacial estadounidense, es tan grande «que podría tragarse la Tierra» y que en esta ocasión aparece blanca porque refleja mucha luz solar.
En las imágenes también pueden verse los anillos de Júpiter, que son «un millón de veces más tenues que el planeta», y dos lunas diminutas llamadas Amaltea y Adrastea.
Judy Schmidt ha procesado la imagen que incluye los pequeños satélites, colaborando con Ricardo Hueso, coinvestigador de estas observaciones, que estudia las atmósferas planetarias en la UPV-EHU.
Colaboración con Europa y Canadá
El Telescopio Espacial James Webb es una misión conjunta de la NASA con la agencia europea (ESA) y la canadiense (CSA), y fue lanzado en diciembre del año pasado.
Es el mayor telescopio que se ha enviado al espacio, ofrece una vista inédita del universo a longitudes de onda del infrarrojo cercano y el infrarrojo medio, y permitirá estudiar una gran variedad de objetos celestes, desde galaxias vecinas hasta los confines del universo más distante.
Los investigadores ya han empezado a analizar los datos recibidos, que no llegan a la Tierra empaquetada de forma ordenada, sino que hay que traducirlos en imágenes.