Iñaki Zaratiegi
Entrevue
Tiken Jah Fakoly
Cantante

«El reggae es música de combate para liberar al pueblo africano»

Representante mayor del reggae africano, el músico de Costa de Marfil y exiliado en Mali Tiken Jah Fakoly, destaca por su compromiso con la independencia y la unidad de su continente frente al neocolonialismo. Actúa dentro de Jazzaldia, este domingo en la playa de la Zurriola.

El cantante Tiken Jah Fakoly.
El cantante Tiken Jah Fakoly. (Nicolas Baghir)

Heredero del reggae, estilo Bob Marley, y en la estela de su compatriota Alpha Blondy, Doumbia Moussa Fakoly (Odienné, Costa de Márfil, 1968) se ha labrado alta reputación artística, a la vez que política por su combativa actitud. Tuvo que exiliarse en Mali, en 2007 normalizó la relación con su país, pero ha seguido viendo en el país vecino.

Abrazó los sonidos jamaicanos desde joven con el grupo Djelys, en 1996 se presentó de modo autónomo con la grabación ‘Mangercratie’ y ha acumulado una docena de obras con éxitos como ‘Françafrique’, ‘Coup de gueule’, ‘L'Africain’ o ‘Racines’.

En 1998 actuó por primera vez en Europa, en París, y debutó entre nosotros en el Festival de Folk de Getxo de 2016. Celebra un cuarto de siglo de actividad musical con la grabación ‘Le monde est chaud’ y este domingo está en la donostiarra playa de Gros, desde las 23.30, dentro de Jazzaldia.

Se llama Doumbia Moussa Fakoly. ¿De dónde viene lo de Tiken?

Mi padre me llamaba ‘jenni’, que quiere decir pequeño. Empecé en la música con un guitarrista guineano que me llamaba ‘tiken’ y así quedó. Fakoly Komba fue general del emperador mandingá Soundjata Keïta, en el siglo XIII. Me lo añadí cuando descubrí nuestra historia.

Jah es ‘dios de los rastas’, ¿el rastafarismo tiene importancia en su vida?

Me llamaron así cuando comencé en el reggae. Soy rastafari no practicante, en lo religioso soy musulmán. Respeto a los rastas jamaicanos, pero no hemos vivido la misma realidad que la suya como descendientes de los deportados como esclavos. Para ellos, Haile Selassie es Dios, pero para mí fue una persona corriente que llegó a jefe de estado. Me interesa el rastafarismo como movimiento por la libertad, la justicia y la igualdad. El reggae es una música de combate para contribuir al sueño de liberar al pueblo africano.

«A los africanos nos han dado la fotocopia de la independencia y se han quedado con el original»

¿Cuándo llegó el reggae a Costa de Marfil y cómo abrazó esa música?

Llegó desde países anglófonos vecinos: Liberia, Sierra Leona... Pasó también por Ghana y Nigeria antes de entrar a Costa de Marfil. Descubrí a Bob Marley a los 11 años, murió cuando tenía 13 y lo sentí como si fuera de la familia.

Construyó un puente entre su raíz africana y el reggae jamaicano, cantando en su lengua e introduciendo instrumentos tradicionales.

Componía canciones, pero no sabía que podía cantarlas en mi lengua diula, parecía que el reggae solo se podía cantar en inglés. Pero Alpha Blondy apareció en 1982 y tenía canciones en diula. Además de en francés o inglés me gusta cantar en mi lengua. Y he utilizado instrumentos tradicionales como la kora, el ngoni o el balafón.

En el disco ‘Racines’ homenajeó a la música jamaicana bajo la profecía de Marley ‘un día el reggae regresará a sus fuentes y conquistará su verdadero lugar en el mundo’. ¿Se ha cumplido ese deseo?

Marley murió en 1981 y en 1982 se hicieron populares Alpha Blondy y el sudafricano Luky Dube [asesinado por atracadores en 1987]. El reggae se asienta en países donde hay un trabajo para que cambien las mentalidades. Tras salir del esclavismo y muchos años de colonización, África se encuentra en un proceso de democratización, de soñar. La profecía se ha hecho realidad.

¿El reggae debe ir más allá del rastafarismo?

El rastafarismo es un movimiento que no desea alinearse y que condena el pasado esclavista y colonial. Pero no debemos copiar a los jamaicanos porque África se mueve y cantamos a muchas más realidades. Si visitas Jamaica compruebas que la gente conoce el derecho mientras que aquí hay montón de africanos que no lo conocen. Está bien cantar al Jah rasta y a la marihuana, pero importa más denunciar nuestra realidad y proponer soluciones. Hay muchos artistas que hacen música solo para que la gente baile, nosotros lo hacemos para que despierten y se rebelen. Es la misión del reggae.

(Youri Lenquette)

¿La historia de su continente se ha ocultado a los propios africanos?

Decimos que nos hemos liberado de la opresión francesa por el día, pero que por la noche sigue el colonialismo. Hemos conseguido decir no, pero hay aún muchos lugares que siguen colonizados ‘de noche’. A los africanos nos han dado la fotocopia de la independencia y se han quedado con el original. Hay que sentar las bases de los Estados Unidos de África.

¿Mucha gente blanca sigue teniendo la actitud de considerar inferiores a los negros?

Parece que hemos olvidado la esclavitud, pero el daño no se olvida, es tan profundo que muchos africanos se creen inferiores. Y el esclavismo resiste en la mente de mucha gente, mira cómo avanza la extrema derecha en Europa y la situación en Estados Unidos. Hay que enseñar la historia africana antes de la colonización, con reinos, imperios y civilizaciones estructurados; nada que ver con el caos actual. Se nos sigue viendo como los antiguos esclavos y es fundamental que los occidentales sepan que fueron los que organizaron la colonización y la esclavitud.

«No quiero ser presidente o ministro, mi misión es denunciar con el reggae y luchar por despertar a mi gente»

Pide a la juventud africana que se quede y luche, pero parece difícil resistir la tentación de saltar a Europa.

Nuestros antepasados lucharon contra la esclavitud, nuestros padres contra el colonialismo y nosotros nos debemos quedar para luchar contra la corrupción, el pillaje de nuestro continente y la pobreza. Esta África es joven, se está construyendo, hace solo unos 60 años desde que se alcanzaron las primeras independencias. Los jóvenes tienen derecho a irse, pero como panafricanista les digo que no lo hagan. África necesita a todos sus hijos para combatir juntos.
Eligió la vía de la educación creando escuelas.

¿Ese compromiso ha dado sus frutos?

Mi sueño es construir una escuela en cada uno de los 54 países de África para educar a la infancia a despertar y a luchar por dejar de ser pobre. Las hemos levantado ya en bastantes países. Cuando toda la población sepa leer y escribir cambiarán muchas cosas. Mis conciertos solidarios no son la única solución, pero ayudan. La solución es que los africanos construyan su futuro contando con la solidaridad mundial.

(Youri Lenquette)

¿Sigue renunciando a comprometerse como político?

Siempre me piden que regrese a mi país de origen, pero decidí quedarme en Mali para apoyar a su pueblo, que ha sufrido muchas dificultades. No está en mis sueños meterme en política, sigo el camino de Marley que no quiso ser presidente o ministro, combatió solo con la música reggae y lo consiguió. Mi misión es denunciar y luchar por despertar a mi gente a través del reggae. Si entro directamente en política entro en el sistema. No es mi lugar.

Tras años como intérprete, ¿su música ha ayudado a que las cosas cambien?

Seguro que sí. Cuando empecé, hace más de 20 años, canté al panafricanismo y hoy Mali o Burkina Faso han dicho no a Francia, la juventud comienza a decir no a Francia en todos los lados. Creo que he contribuido modestamente a hacer despertar a la juventud africana francófona. Me siento satisfecho con los cambios que se dan en África y si nuestra música ha podido contribuir un poco a ello, me hace feliz.

Una particularidad del reggae es el contraste entre sus mensajes sobre las desgracias humanas, pero con un ritmo que invita a la fiesta y el optimismo.

Hay que dar mensajes a través del baile. Cualquier música que quiera ser apreciada tiene que ser bailable. Una música de lucha deber ser también de movimiento, de danza combativa.

¿Sigue pleno de esperanza por África?

África es el continente del futuro, donde tanto está por hacer. Cuando hace bueno en Europa la gente está contenta y en nuestra casa tenemos sol siempre. Aunque en mi último disco denuncie la crisis climática, un nuevo golpe a los pueblos del sur que sintetiza con todos los anteriores: sequías, inundaciones, hambrunas, guerras y emigración. Pero un día conseguiremos la estabilidad. De momento, llevaremos la africanidad a la playa de vuestro festival. Se notará el sol, aunque sea de noche.