Xandra  Romero
Nutricionista

¿La desdemonización de la grasa trans?

La tendencia a encumbrar o descartar alimentos en términos absolutos parece una costumbre bastante generalizada. Hay alimentos demonizados que, sin embargo, pueden tener ciertas propiedades contra determinadas enfermedades.

Recientemente, un juzgado ha condenado por intrusismo profesional a una persona por pautar dietas sin la debida titulación, es decir, sin ser dietista- nutricionista (DN). Sin embargo, como en todos los ámbitos profesionales, también existen profesionales debidamente titulados pero mala o escasamente formados y que es imprescindible saber detectar.

Podemos reconocer un mal DN si, entre otras cosas, habla en términos absolutos (todo o nada) sobre los efectos de un alimento/nutriente. Ya hemos comentado con anterioridad en esta sección que en nutrición, una ciencia muy joven todavía, lo que ayer era blanco, hoy puede ser negro, y viceversa. Eso parece que pueda ocurrir en los próximos años con alimentos hoy demonizados como la carne roja y los lácteos.

Y es que un estudio publicado en la prestigiosa revista ‘Nature’ ha descubierto que un ácido graso presente en la carne y productos lácteos de animales que pastan, el TVA, mejora la capacidad de unas células del sistema inmune para infiltrarse en los tumores y eliminar células cancerosas. Como curiosidad, el TVA es el ácido graso trans más abundante presente en la leche humana, pero el organismo no puede producirlo por sí mismo.

Es decir, que los titulares ahora serían algo así como: «Un ácido graso trans de la carne y los lácteos mejora la respuesta inmunológica al cáncer al reprogramar las células inmunitarias para que sean más eficientes contra la enfermedad». Han llegado a esta conclusión tras largos y minuciosos estudios en los que tras alimentar a los ratones con una dieta enriquecida con TVA, vieron reducido significativamente el potencial de crecimiento tumoral de células de melanoma y cáncer de colon. La dieta con TVA también aumentó la capacidad de las células inmunitarias para infiltrarse en los tumores y destruirlos.

También se ha visto que los pacientes con niveles más altos de TVA en la sangre respondieron mejor a tratamientos de inmunoterapia, lo que sugiere que podría tener potencial como suplemento nutricional para complementar los tratamientos clínicos contra el cáncer. Ahora bien, esto no significa que la carne roja sea un factor protector frente al cáncer. Recordemos que los estudios epidemiológicos muestran una asociación y un riesgo importante en humanos entre el consumo de carne roja, especialmente la carne procesada y el desarrollo del cáncer, sobre todo el cáncer colorrectal.

Sea como fuere, y aunque aún no hay nada determinante, lo novedoso de esta investigación es que subraya la importancia de los nutrientes individuales al establecer vínculos entre dieta, fisiología y patología humanas. Parece que la premisa venidera sería centrarse en nutrientes, no en la comida en general, como veníamos creyendo hasta ahora.