La ONU ha alertado de que el consumo de drogas aumentó un 20% en la última década. Así se recoge en el Informe Mundial sobre las Drogas 2024 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que incluye en estas cifras tanto a consumidores habituales como a quienes probaron estas sustancias por primera vez.
En el desglose, el cannabis sigue siendo la droga más consumida en todo el mundo, con 228 millones de usuarios, seguida de los opioides, con 60 millones; las anfetaminas, con 30 millones; la cocaína, con 23,5 millones; y el éxtasis, con 20 millones.
En declaraciones a la prensa, la jefa de Investigación y Análisis de la ONUDD, Angela Me, ha resaltado las «grandes disparidades crónicas» en el consumo de estos estupefacientes, que varían según la edad, el sexo y la ubicación geográfica.
Trastornos a edad temprana
En cuanto a las disparidades por edad, el epidemiólogo de la ONUDD Kamran Niaz ha alertado de que se ha registrado un mayor número de ingresos hospitalarios por «casos de psicosis inducida por cannabis, trastornos u otros efectos agudos por ingestión».
En esta línea, el informe señala que los adolescentes muestran una mayor prevalencia de consumo de drogas que los adultos, y destaca el cannabis con un 5,5%, frente al 4,4% observado en la población general.
Esta tendencia mantiene una correlación con el aumento del vapeo entre los adolescentes, ya que algunos cigarrillos electrónicos permiten inhalar cannabis, ha subrayado Niaz.
En relación a esta droga, la ONUDD recuerda que se ha legalizado su uso recreativo en Canadá, Uruguay y varios estados de EEUU, territorios donde «parece haberse acelerado el consumo nocivo de la droga».
La ONUDD advierte de que los trastornos causados por el uso de drogas a una edad temprana «son especialmente preocupantes» al generar un «círculo vicioso que implica un menor nivel educativo y reduce las posibilidades de reinserción social».
En 2022, la mayoría de menores de 25 años en tratamiento se encontraban en América del Sur, Centroamérica y África, representando un 49%, 37% y 31% de los casos, respectivamente.
Por lo que respecta a las diferencias por sexo, por ejemplo, se observa que las mujeres que se inyectan droga sufren «una mayor carga de consecuencias sanitarias y sociales», y tienen 1,2 veces más probabilidades que los hombres de vivir con VIH.
Niveles récord de la cocaína
En relación a la cocaína, el estudio señala que ha alcanzado niveles récord de producción y consumo, y que el narcotráfico de esta sustancia se ha disparado tras la pandemia de covid-19 y experimenta un auge inédito, asociado cada vez más a brotes de violencia e inestabilidad sociopolítica en varios países.
En los mercados de demanda, sobre todo en Europa occidental y central, «son cada vez más evidentes los daños» que causa esta droga.
«La intensidad del consumo está aumentando, al igual que las hospitalizaciones, la demanda de tratamiento para la cocaína ‘crack’, y las muertes», resalta el informe.
La ONU también ha alertado sobre el hecho de que la aparición de nuevos opioides sintéticos está provocando un aumento de las muertes por sobredosis y dificultando la lucha contra las drogas en todo el mundo.
Ha precisado que muchos usuarios de nuevas sustancias psicoactivas consumen nitazenos, opioides más potentes aún que el fentanilo, con cifras de sobredosis especialmente altas en América, Europa Occidental y Oceanía.
Los nitazenos «son más baratos de producir que la heroína, no se necesitan grandes cantidades para su consumo y tiene más potencial adictivo», ha explicado Me.
2,6 millones de muertes por alcohol
Este informe se ha hecho público al mismo tiempo que un trabajo de la Organización Mundial de la Salud sobre el consumo de alcohol. En sus conclusiones, señala que este provoca 2,6 millones de muertes cada año en el mundo, lo que supone un ligero descenso, aunque sigue siendo «inaceptablemente alto».
El informe, basado en los datos de 2019, las últimas estadísticas disponibles, estima que el consumo de alcohol es atribuible a una de cada 20 muertes en el mundo cada año debido a accidentes de tráfico, problemas de dependencia y enfermedades cardiovasculares, cáncer o cirrosis.
Revela que los jóvenes se ven afectados de forma desproporcionada y que el grupo más perjudicado, que corresponde a un 13% de las muertes, es el de personas entre 20 y 39 años.