Prohibida, legal o tolerada: una visión general de la poligamia
La poligamia, o el hecho de estar casado con varias personas, es una práctica prohibida en gran parte del mundo, aunque a veces sigue siendo tolerada, incluso es legal, en varias decenas de países. En Naciones Unidas, la Comisión de Derechos Humanos y el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer consideran que los matrimonios polígamos constituyen una discriminación contra la mujer y han recomendado su prohibición.
La poligamia es un tipo de matrimonio en el que siempre hay más que dos. Dentro de la poligamia se hace una distinción entre la poliginia, una situación en la que un hombre tiene varias esposas, y la poliandria, que es mucho menos habitual, en la que una mujer tiene varios maridos. Otras variantes pueden ser o han sido: la poligamia sororal (con varias hermanas) puesto que en algunos lugares, cuando queda viudo un varón, debe casarse con su cuñada, o poliandria fraterna, en la que varios hermanos “comparten” una esposa (una tradición ancestral en países como Nepal).
Según un estudio del Pew Research Center de 2019, realizado sobre 130 países y territorios, alrededor del 2% de la población mundial vive en hogares polígamos, y en la gran mayoría de los países esa proporción es inferior al 0,5%. La poligamia está prohibida en gran parte del mundo, en Europa es ilegal, y es legal en algunas zonas de Oriente Medio y Asia, pero tampoco es común allí. África es el continente más abonado, sobre todo en el África subsahariana, donde más se practica, por un 11% de la población, según los datos del Pew Research Center. La poligamia está particularmente extendida en una serie de países de África occidental y central como son Burkina Faso (36%), Malí (34%), Gambia (30%), Níger (29%), Nigeria (28%), Guinea (26%), Guinea Bissau (23%), Senegal (23%), Togo (17%), Chad (15%), Camerún (13%), Costa de Marfil (12%), Benin (9%), República Centroafricana (8%) y República Democrática del Congo (2%).
En la mayoría de los países de África occidental, el derecho civil «permite que un hombre se case con hasta cuatro mujeres bajo ciertas condiciones, incluida la capacidad financiera para mantener a varias esposas y familias», según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). En realidad, una unión polígama generalmente se limita a dos mujeres por pareja.
La OCDE distingue tres situaciones en África occidental: la poligamia prohibida por el derecho civil pero todavía extendida (Benín, Cabo Verde, Costa de Marfil, Ghana, Guinea y Nigeria), la poligamia reconocida por el derecho civil o la poligamia reconocida por el derecho consuetudinario y/o prácticas religiosas. En Nigeria, la poligamia está prohibida a nivel federal, pero se practica en doce estados del norte donde se ha establecido la sharia (ley islámica).
Referencias religiosas. El Islam permite que los hombres tengan hasta cuatro esposas, siempre que cada una reciba un “trato justo”. El jeque Ahmed al-Tayeb, el gran imán de la institución islámica sunita de Al-Azhar con sede en El Cairo, dijo en 2019 que «la poligamia es a menudo una injusticia para las mujeres y los niños», creyendo que es el resultado «de un malentendido del Corán y la tradición del Profeta. Si no hay equidad, está prohibido tener varias esposas», explicó entonces.
Históricamente, la poligamia se había fomentado en tiempos de guerra, cuando era necesario cuidar a muchas viudas y huérfanos. Sin embargo, la poligamia está limitada en la mayoría de los países musulmanes. Túnez fue el primer país árabe en prohibirla, en 1956.
La Torá entre los judíos y el Antiguo Testamento entre los cristianos, citan varios casos de matrimonios múltiples, pero la poligamia fue repudiada por sus religiones en la Edad Media. En los Estados Unidos, varias decenas de miles de fundamentalistas mormones que viven en el Gran Oeste todavía la practican.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, otro nombre de la Iglesia mormona, con sede en Salt Lake City (Utah), prohibió sin embargo la poligamia desde 1890. Su fundador, el propio José Smith, tenía entre 30 y 40 mujeres, incluida una adolescente de 14 años, según reveló esta Iglesia en 2014.
Entre los dirigentes políticos han practicado la poligamia el expresidente sudafricano Jacob Zuma, de la etnia zulú, que tiene cuatro esposas y al menos 20 hijos, o el rey de Swatini (ex Suazilandia), Mswati III, que se ha casado con quince esposas, una de las cuales murió, y tiene más de 25 hijos.
¿Tres mujeres a la vez? Y, de repente, en la República Democrática del Congo se habla de que «un hombre se ha casado con tres mujeres a la vez y son trillizas». La historia –un éxito en las redes sociales– es una ficción pero muchos se la creyeron, pues aunque la ley lo prohíba, la poligamia continúa en la RDC donde algunos seguidores la promueven con ardor.
Con imágenes de apoyo, un “reportaje” de un canal emitido en Youtube contaba a principios de marzo la aventura de este joven congoleño que supuestamente se enamoró de una mujer que creía única pero que en realidad tenía dos perfectos parecidos con otras dos hermanas, tanto que se casó con las tres.
Los comentarios iban desde: «ya lo hemos visto todo», hasta «él sufrirá», pasando por un admirativo «el tipo es fuerte». No se ha revelado todo el trasfondo del asunto, pero un director de cine de Goma, capital de Kivu del Norte (este), admitió ser el autor de esta película, interpretada por actores y que supuestamente evoca la poligamia, basada en una historia real.
En la vecina provincia de Kivu del Sur, la vida y la historia de Chirhuza Zagabe, de 60 años, pastor de la primitiva Iglesia del Señor, una de las tantas iglesias y sectas religiosas presentes en el Congo, es muy real y no le anda lejos. En 2012 se casó con tres mujeres al mismo tiempo en su propia iglesia. Más tarde se divorció de una por «mal comportamiento», alegó pero, a través de otros matrimonios, Zagabe todavía tiene cuatro esposas. La mayor tiene 48 años y la menor 26. Tres viven con él bajo el mismo techo en Bukavu, y la cuarta en Bujumbura, Burundi, donde estudian algunos niños. «Aún me puedo casar, lo ideal es llegar a siete esposas», asegura el pastor, también gerente de la filial provincial de una empresa petrolera.
En total, dice tener 16 hijos y cada domingo, en el nuevo local de su iglesia aún en construcción, en un apartado barrio de Bukavu, explica los orígenes de la poligamia, cuyos méritos elogia. Unas pocas decenas de fieles “beben” de sus palabras, mientras las mujeres se situán a un lado del pasillo central y los hombres al otro. «En el principio eran un varón y muchas hembras», asegura en el mensaje que predica. «En lugar de vivir en el adulterio y el libertinaje, Dios autoriza al hombre a tener varias esposas», explica el pastor a un equipo de AFP.
Preguntado en su parroquia de Saint-Claver de Nguba, en otro barrio de la ciudad, el sacerdote católico Raymond Kongolo rectifica: «La poligamia es una institución humana que se remonta mucho tiempo atrás en nuestra cultura tradicional africana y congoleña. Pero no es una institución», precisa.
Tampoco es una institución jurídica, subraya Joseph Yav, abogado y profesor de Derecho en Lubumbashi. La Constitución y el código de familia son claros cuando declaran que «el matrimonio en la República Democrática del Congo es monógamo» y la poligamia es un delito. Pero, apunta el jurista, «no obstante está presente y se practica en las tradiciones congoleñas, a pesar de la prohibición formal de la ley». No son raros los ejemplos de congoleños que se jactan de tener una «segunda oficina» conocida por todos, incluida su «primera oficina», señala en argot.
«No es posible». Con sus dos esposas y ocho hijos, Kalungu Kalebe, de 40 años, que asistió al sermón del pastor Zagabe, no se considera proscrito sino «bendecido por Dios. Tengo que seguir los pasos de David, Abraham y Salomón, que se casaron con varias esposas», afirma. «Estoy lista para casarme con un hombre que tenga varias esposas, no me molesta en absoluto», dice también Nathanaëlle, de 15 años, presente en la iglesia. Rakel, una de las esposas del pastor, está feliz de tener «tres hijos con él», mientras considera a los hijos de las otras esposas como hijos propios. Yaëlle también afirma vivir en armonía con sus coesposas, pero descubre que los vecinos que la visitaban cuando era la única mujer en la casa han dejado de ir. «Se escaparon de nosotros», dice ella.
«Esta historia de la poligamia es una desviación de nuestra sociedad, ¡es inconcebible!», opina Nicolás Lubala, un católico de 42 años, acusando a la Iglesia primitiva, que existe desde 1983 y cuya sede está en Kinshasa, de «contribuir a la depravación de la moral».
«¿Casarse con un hombre que tiene otras esposas? ¡No es posible!», insiste Mathilde, de 23 años que se muestra categórica. «En la poligamia hay demasiados problemas, desencuentros entre coesposas, hijos... Si el hombre tiene dinero y otras mujeres, hay a quien no le importa encariñarse con él», concluye.