Desde el cielo podría parecer una forma arquitectónica, un rompecabezas plateado, dos alfombras de cuadros, un cementerio de peces diría alguien… Habría que preguntárselo a Sam Yeh, el autor de la fotografía, o al piloto de la avioneta desde donde está tomada esta vista aérea que muestra a un trabajador parado entre cajas de pescado en una fábrica de las islas Penghu. A distancia no se aprecia ni el color, ni el olor y menos el sabor de todos esos kilos que de lejos parecen anchoas pero no lo son. La imagen casa perfectamente con el nombre del lugar porque Penghu significa Islas de los Pescadores. Estas conforman un archipiélago ubicado en el estrecho de Taiwán con fama de tener una de las bahías más bellas del mundo. Tanto que cuenta la leyenda que estas islas, 64 concretamente, se formaron por los reflejos de las estrellas en la superficie del océano. Así es la mitología. Zona marítima, volcánica y ventosa, nada contaminada, protegida, todavía no demasiado visitada, con un pescado y un marisco delicioso... un paraíso. Que dure.