MIKEL INSAUSTI
CINE

«Elemental»

El estudio Disney nunca pensó en ir mucho más allá en su animación de los animales parlantes o antropomórficos pero, con la llegada de Pinar, las posibilidades se multiplicaron hasta el infinito, porque en la compañía del flexo saben que cualquier objeto puede ser animado y cobrar vida. Del mismo modo que confían en la elaboración de los guiones tanto o más que en el propio desarrollo visual y tecnológico, hasta el punto de que ya han entrado en una fase en la que se permiten la representación animada de conceptos abstractos, lo que abre un campo inmenso para la experimentación con fines didácticos. Así, dan forma y ponen color a los sentimientos, los complejos psicológicos, las emociones, las ideas o los sueños infantiles, generando un nivel de comprensión al que nunca antes se había llegado en el género. El equipo fundado por John Lasseter, y al frente del cual se encuentra hoy en día Pete Docter, es capaz de convertir lo que sería una aburrida clase de ciencias o de física en todo un espectáculo. Y, de paso, fuerzan a otros estudios de animación a no quedarse atrás y tratar de ofrecer planteamientos más imaginativos. Pixar se lo pone todavía un poco más difícil a la competencia con “Elemental” (2023), una de sus propuestas más complejas.

Como el título bien avanza, esto va de los elementos de la naturaleza, pero con una doble lectura, ya que argumentalmente hay una historia de amor a lo “Romeo y Julieta” que habla en el fondo sobre la integración social y la diversidad en el mundo moderno. A Peter Sohn, responsable de la dirección, le toca la exigente tarea de integrar, nunca mejor dicho, todos esos elementos. Y es que en Pixar, el personal que se ha formado en la casa, tarde o temprano encuentra su oportunidad, de acuerdo con una mayor responsabilidad. Sohn ha ejercido labores de animador y de doblador en muchos largometrajes, para debutar en la realización con el cortometraje “Parcialmente nublado” (2009), que se proyectó en las salas comerciales delante de “Up” (2009). “Elemental” (2023) es su segundo largo, después de un prometedor debut con “El viaje de Arlo” (2015), ganador del premio Annie a los Mejores Efectos de Animación.

Peter Sohn es de origen coreano y ha partido de la inspiración autobiográfica de los recuerdos familiares para la idea que confluye en el guion coescrito por John Hoberg, Kat Likkel y Brenda Hsueh. Nace de la reflexión que a posteriori le ha llevado a entender la odisea de su familia, que sin saber el idioma del país de adopción fue capaz de salir adelante montando una tienda de comestibles en el Bronx. La película es un homenaje al esfuerzo y el tesón de la inmigración, y a todo lo que esa primera o segunda generación llegada a los Estados Unidos consiguió hacer, de cara a procurar un futuro mejor a sus descendientes. El padre y la madre de Sohn fallecieron durante el largo proceso de producción, que ha durado siete años.

Las relaciones interraciales se extienden a la composición del reparto de doblaje y, así, para poner voz al elemento “fuego” se ha escogido a la actriz de origen chino Leah Lewis, mientras que para representar y doblar al elemento “agua”, el elegido ha sido el actor afroamericano Mamoudou Athie. Ambos personajes, rebautizados respectivamente con los nombres de Ember Lumen y Wade Ripple, personifican una lucha romántica contra las leyes de la física, que dice que fuego y agua no se pueden mezclar.

Una certeza por la cual viven en barrios distintos dentro de la ciudad Elemento, en la cual conviven como en la multiculturalidad humana el fuego, el agua, el aire y la tierra. Esa urbe se construyó primero con el agua, y luego vino la tierra, formando canales y un delta. Después llegó el aire y, finalmente, el fuego.

Algunos comentarios previos se han precipitado al comparar su temática con la del largometraje animado de Niveladores “Avatar: The Last Aireándome” (2005), sin que haya en realidad posible relación, puesto que nada tiene que ver con las artes marciales.