Miren Artetxe
LITERATURA

Fantasía, imaginación, realidad

Coincidiendo con el centenario del nacimiento de Italo Calvino (1923-1985), la editorial Siruela está reeditando la obra de este autor universal, intelectual comprometido y figura clave en el resurgimiento cultural italiano de posguerra. Entre estos títulos se encuentra “El barón rampante”, segunda entrega de la trilogía “Nuestros antepasados”, compuesta también por “El vizconde demediado” y “El caballero inexistente”; tres historias que tienen en común el hecho de ser inverosímiles y de ocurrir en épocas remotas y en países imaginarios; tres historias adscritas al género fantástico, con grandes dosis de poesía y mensajes alegóricos.

“El barón rampante” se desarrolla a finales del siglo XVIII. El protagonista es Cosimo, primogénito del barón di Rondó. El narrador, el hermano pequeño de Cosimo, su “yo” antitético. «Fue el 15 de junio de 1767 cuando Cosimo Piavasco de Rondò, mi hermano, se sentó por última vez entre nosotros». Así comienza la historia. Cosimo tiene doce años y, en un acto de rebeldía, se levanta de la mesa, sale de la casa y se encarama a una encina. «¡No bajaré nunca más», proclama. Y mantuvo su palabra. No volvió a poner los pies en la tierra. Y, así, viajando de árbol en árbol por toda la comarca, forja su nueva existencia. Se encuentra con personajes extraordinarios y vive mil y una aventuras; descubre a la gente más pobre de Ombrosa, «gente emigrada de tierras y países lejanos, expulsada por la carestía y la miseria que se difundió por todos los Estados»; se desplaza a los sitios donde hay campesinos; aprende que las asociaciones hacen a las personas más fuertes; y, sobre todo, se interesa por la gente. Porque Cosimo no era un solitario que huía de la gente, al contrario, se diría que solo le importaba la gente, que quería participar en cada aspecto de la vida activa, pero sabiendo en todo momento que para estar de verdad con los demás, el único camino era estar separado de los demás.

Italo Calvino inició su camino en la escritura dentro del neorrealismo italiano, pero fue evolucionando hasta encontrar una narrativa cercana a lo fantástico. Porque, para él, la literatura fantástica «tiene la capacidad de ofrecernos, metafóricamente, un relato profundo de la realidad y un despliegue absoluto de la imaginación». Es lo que encontramos en esta novela, y en las otras dos que conforman la trilogía, quizás el proyecto más conocido de este autor poliédrico e innovador, cuya obra es una interpretación total del mundo, de lo visible y lo invisible, de lo posible y lo probable.