IKER FIDALGO
PANORAMIKA

Foco

El arte y su funcionalidad aparecen siempre como el centro de una cuestión que se dispara como un resorte ante cualquier duda suscitada sobre el papel de este en el contexto social. Y es que la misión de la creación contemporánea no es (o no tiene por qué ser) la de señalar a dónde dirigir la mirada. Con mucho, como público nos podemos valer de herramientas a través de las cuáles iniciar la búsqueda de un lugar común con aquellos dispositivos que nos ofrece la propuesta en cuestión. Solo a través de este encuentro, para nada carente de esfuerzo, seremos capaces de decodificar las capas internas de lo que acontece en el espacio expositivo. Por todo lo anterior, una visita a cualquiera de las muestras que proponemos en estas líneas, puede convertirse en una experiencia cuyo foco resida en un contacto con narrativas y relatos que, de una u otra manera, somos capaces de interiorizar y procesar como propios.

Hasta el domingo día 4 de febrero, el Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera de Donostia presenta, en la sala de exposiciones de la antigua fábrica de tabacos del barrio de Egia, el proyecto iniciado en la Fundación Miró “Hot Iron Marginalia” a cargo del artista Adriá Juliá (Barcelona, 1974). Dos historias aparentemente diferentes, como son la venta de pinturas románicas a museos y colecciones privadas de Estados Unidos a principios del siglo XX y la constitución del equipo de fútbol americano Barcelona Dragons a principios de los 90, se relacionan en torno al concepto de trasvase cultural. A pesar de que son varias piezas diferenciadas, el montaje global puede funcionar como una instalación amalgamada por el recorrido visual que parece sugerir. “Diccionario del deterioro” es un fotomural que se expone como investigación visual del proceso de Juliá, conviviendo, por otro lado, con un archivo familiar de 1.384 fotografías en blanco y negro de iglesias románicas localizadas en los Países Catalanes desde 1950. Ambas puestas en escena, de gran presencia, conviven como elementos confrontados que acotan el espacio para once metacrilatos suspendidos que conforman “Marginalia” y que ocupan la disposición central. En las ventanas, un vinilo verde (de la tonalidad del uniforme del equipo ya desaparecido) gobierna gran parte del diseño lumínico que acaba por dirigirnos a la parte trasera del mural para encontrarnos con una instalación de cine de 16 mm y vídeo cuyo título coincide con el del proyecto del artista.

El recientemente fallecido Zygmunt Bauman y el concepto de “líquido” que estructuró parte de su producción de los últimos años vuelve a ser referenciado por el mundo del arte en “Cartografías líquidas”, hasta el 11 de febrero en el Artium de Gasteiz. Una propuesta comisarial a tres voces aúna el trabajo de Carlos Aires, Edgardo Aragón, Emilio Chapela, Miguel Fernández de Castro, Fernando García-Dory, Elena Lavellés, Morelos León Celis, Maider López, Rosell Meseguer, Asunción Molinos Gordo, Mauricio Orduña y Ana Roldán. Son artistas del Estado español y mexicanos que conviven alrededor de seis ejes (frontera/límites, economía, sostenibilidad, historia/archivo, redes/comunicación y hábitat) y que aportan visiones individuales sobre cuestiones inherentes al tiempo que vivimos. De esta exposición no emana un torrente definido sino una serie de contaminaciones y diálogos que fortalecen la importancia de lo singular ante la aparente inmovilidad del discurso único.