¿De dónde vienen las flores que compramos?
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Holanda sufrió el primer crack del capitalismo en 1637 cuando se hundió el comercio de bulbos de tulipán. Bulbos procedentes de Turquía, y cultivados por los holandeses buscando su mayor rareza, llegaron a tener un valor superior a una carroza con caballos, hasta que la especulación hizo explotar la Bolsa. Hoy, desde el mercado de Amstel, cerca de Ámsterdam, se negocia y controla la mayoría del comercio de las plantas de ornamento para jardines, flor cortada y de interior. Además, este país cultiva el 25% de los invernaderos del planeta hasta controlar el 60% de la distribución mundial. Es más, desde el año 2000 el mercado de Amstel impone sus normas en cuando a tamaño, color, embalaje, variedades y, por supuesto, precios y márgenes de beneficios, así que ahora los productores pequeños si quieren sobrevivir tienen que integrarse en cooperativas, cada vez más escasas, o vender sus productos a centros de compra dependientes de los mercados bursátiles. Un ejemplo interesante: por una rosa cultivada en Kenia se paga 0,04 euros al productor; después, en las floristerías europeas un ramo de esas rosas lo pagaremos a 30 euros o más el día de San Valentín.
Pero lo más sangrante es el trato que se da a los cultivadores en sus países de origen. Da igual que sean recolectoras de té en Asia, mujeres chinas recogiendo semillas de claveles, búlgaras sacando bulbos de narcisos. Y en la propia Holanda la mano de obra en los viveros es de Europa del este, con salarios inadecuados. Y mejor no entrar en los tratamientos que sufren las plantas; radiación, regulación de crecimiento, tratamientos defoliantes químicos de árboles y frutales para que prendan rápidamente en la tierra. Sin olvidar el recurso de pesticidas, fertilizantes químicos y semillas F1, estériles para la resiembra. Es difícil, casi heroico, pretender que el pequeño productor obtenga beneficios de sus propias plantas por medio de sus semillas e injertos compitiendo con las multinacionales agroalimentarias. A nosotros, los compradores, nos corresponde adquirir plantas y flores de cultivos cercanos y empresas conocidas que traten a sus trabajadores con dignidad.