IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Imaginar

A lo largo de la evolución de la humanidad, la cultura en general y el arte en particular han ido asumiendo diferentes roles que cumplir. Desde servir como narración para una sociedad prácticamente analfabeta y evocar imágenes de dioses, a la recreación de paisajes nunca vistos como única manera de tener relación con un lugar. Las vanguardias históricas irrumpen con fuerza a finales del siglo XIX, para abandonar la mera representación y comenzar a entender la creación artística como un punto desde el que derribar las fronteras formales y entenderlo como una herramienta para la consecución del cambio social. La entrada del arte conceptual en los años 60 abrirá una nueva vía para la expansión disciplinar y la posibilidad de dotar de estatus artístico al objeto, poniéndolo al mismo nivel que la pintura o la escultura y permitiendo que el discurso poético se pusiera a la altura de la factura matérica. Una de las capacidades del arte es la de imaginar otras formas de vida, de esta manera, como público somos capaces de situar nuestra mirada en espacios nunca antes experimentados. Las estructuras mentales se tambalean, provocan desplazamientos en aquello que creíamos inamovible y nuestra capacidad crítica se desborda. Poner en duda las estructuras es síntoma de una sociedad saludable y la creación es una buena compañera de viaje para tal fin.

Cuatro máscaras dominan la estancia principal de la sala. Colgadas desde el techo, guardan debajo un montón de tierra, como si fueran los restos de un ritual que nos indica el camino para acercarnos a ellas. La factura de las caretas es precaria, manual. Mimbre anudado sobre el que se entretejen diferentes trenzados y grafismos que parecen ser runas y adornos. Reconocemos restos metálicos, chapas viejas y oxidadas, usadas a modo de abalorios. En la pared de al lado, una colección de fotografías nos enseña, como si fuera la mirada de un etnógrafo, a una persona ataviada con cada elemento, con el cuerpo pintado de diferentes colores y en posturas dinámicas. El escenario que sirve como fondo, a veces es un espacio natural neutro, pero otras son puentes, coches o fábricas abandonadas. Al otro lado, cuatro imágenes de cuatro posibles deidades se relacionan con el reportaje fotográfico y las piezas centrales. Estamos ante la puesta en escena de una cultura perdida. Podemos imaginar que se trata de un pasado desconocido, de una tribu actual o quizás de una distopía futura en la que la ruina del progreso conviva con la desnudez del cuerpo y la adoración de elementos como la tierra o el agua. Este doble juego entre la ficción y la investigación antropológica es el que marca “OMGRA. Las sombras bajo las estrellas”. La galería GKo de Tolosa ha inaugurado en setiembre y hasta el 26 de octubre el proyecto realizado por Riaq Miuq (Joaquim Orriols, 1994, Sant Just Desvern) cuya propuesta está plagada de simbología que nos evoca un imaginario común respecto a la mirada occidental sobre lo tribal. Detrás de este montaje hay un potente trabajo gráfico forjado en diferentes terrenos como el arte urbano o el dibujo, que se refleja en todos los elementos de la muestra. A destacar el reportaje fotográfico de Pol Ventura que acaba por dotar de verosimilitud al relato central.

Llega al Museo San Telmo de Donostia y hasta el próximo 17 de noviembre “Malkovich, Malkovich, Malkovich: Homenaje a los maestros de la fotografía”. El fotógrafo Sandro Miller (EEUU, 1958) inició en 2013 junto a John Malkovich una serie en la que el actor representaba imágenes icónicas de la historia de la fotografía ataviado como Dalí, Einstein o la famosa “Madre emigrante” de Dorothea Lange. Planteado como un homenaje a todas las influencias que han forjado la carrera de Miller, podríamos pensar que estamos ante un filón que artista y modelo han explotado con un discurso efectista y amable para el público. Si bien todo esto está, es cierto que en otra capa algo más profunda, nos permite acercarnos a cuestiones siempre presentes en la cultura visual como la iconografía, o conceptos como copia, original, imitación y representación.