Su peso en oro
Al hilo del reciente escándalo sobre la supuesta falsificación de joyas, en cuanto a su composición y la calidad de los metales preciosos que las componían, vamos a exponer unas breves recomendaciones pero esenciales. A fin de cuentas, como potenciales compradores ya somos consumidores y sujetos de derechos.
Su simple apariencia y el peso nos pueden jugar una mala pasada pues ni es oro todo lo que reluce, ni su peso indica que la pieza es de “oro macizo”, por mucho que el vendedor nos haga creer en su balanza de precisión. En el oro, como en otros metales preciosos, existen varios tipos o calidades que se miden en quilates, de primera y de segunda ley. Así, el de 24 quilates es oro puro, el de 18 es 75% oro, el de 14 tiene 58,3% de oro, y el de 10 alcanza el 41,6 % de ese metal precioso; el resto de los porcentajes corresponde a aleaciones de diferentes metales. Las joyas más comunes son las elaboradas en oro de 18 quilates y, dado el precio altísimo del oro y del platino, en el mercado abundan piezas simplemente chapadas o bañadas en dichos metales, en cuyo caso siempre habrá que especificarse el espesor del recubrimiento en micras.
Un mercado sin gangas. El oro (como la plata o el platino) se comercializa en gramos, pero el precio nos indicará su peso en oro, es decir, que en este mercado de alta gama no se pueden encontrar chollos como en las rebajas y tampoco es cosa de meter el diente para descubrir su calidad. Normalmente, en todas las piezas viene indicado el nivel de pureza mediante un sello (contraste) grabado que marca 24k, 18k o 14k. Si la pieza es muy pequeña, en el documento de garantía se debe expresar claramente.
En cualquier caso, siempre habrá que actuar con cautela a la hora de adquirir piezas de metales preciosos y esto empieza desde la elección de un establecimiento con una buena trayectoria de profesionalidad. Esto es más complicado de saber cuando se adquieren en viajes turísticos, sobre todo mucha cautela si no llevan los documentos legales de garantía, y ya si no hay facturas por medio olvidemos las reclamaciones y/o devoluciones. El oro puro, como el platino y los diamantes, escasean y no se encuentran expuestos en zocos y centros comerciales.