Olympus, el futuro incierto del gigante japonés que generó pasión por la fotografía
Cuando Olympus anunció la venta de su legendaria pero deficitaria unidad de imagen para centrarse en la industria médica, la noticia certificó la realidad de una situación extrema que la empresa japonesa padecía desde tiempo atrás y que constantemente había negado públicamente.
Siguiendo la línea “tranquilizadora” con la que redactaron sus comunicados oficiales, Olympus publicó el pasado mes de junio una nueva nota en la que, esta vez sí, certificaba que el gigante Japan Industrial Partners sumaba a su emporio la división fotográfica de Olympus.
A pesar de que el comunicado recordaba constantemente que ello no supondrá el final de la producción de material fotográfico, muchos expertos y aficionados han recordado que Japan Industrial Partners compró a Sony la marca Vaio de sus ordenadores y ello derivó en la caída en picado de su calidad técnica.
En lo relativo a la adquisición de Olympus, la preocupación es máxima, ya que Japan Industrial Partners no cuenta con experiencia alguna dentro del sector de la fotografía y ello podría determinar el incierto futuro de las cámara Pen o OM-D. A estas dudas habría que sumar la decisión por parte de Japan Industrial Partners de no utilizar la marca Olympus.
En su memorándum, Olympus establece que el acuerdo definitivo deberá estar cerrado para el 30 de setiembre y la transacción, realizada para finales de año, por lo que la compañía asegura que dará más detalles de la operación en esos momentos.
En el último año fiscal japonés –de abril de 2019 a marzo de 2020–, el negocio de la fotografía supuso menos del 6% de los ingresos de Olympus, algo que contrastaba considerablemente con las millonarias cifras que estaba logrando con sus ventas de sistemas médicos como endoscopios y herramientas quirúrgicas.
En esos doce meses, su unidad de imagen registró ingresos de 409 millones de dólares, un descenso interanual del 10%, y unas pérdidas operativas de más de 97 millones de dólares. El año fiscal anterior las pérdidas de este negocio fueron aún superiores, de más de 170 millones de dólares.
A la hora de justificar esta situación, Olympus recurrió a su discurso habitual: la pujanza incontestable de las cámaras de los móviles. No obstante, dicha excusa no resultó del todo convincente y fueron muchas las voces que recordaron a Olympus que buena parte de los males que padecía se debieron a varias decisiones que salieron de sus propios despachos y que a la larga resultaron erróneas.
Una de las más relevantes fue la de cerrar su división de cámaras réflex sin hacerlo públicamente oficial, lo que provocó la incertidumbre y el enfado entre quienes adquirieron estas máquinas porque desconocían si la empresa desarrollaría nuevos productos relacionados con réflex.
Innovación y errores. Olympus optó por el silencio en su empeño por sacar adelante una de sus apuestas más sorprendentes, la creación de las primeras cámaras sin espejo. En 2009 la Olympus Pen EP-1 se reveló como la segunda cámara de objetivos intercambiables sin espejo, lo que marcó un antes y un después en la tecnología fotográfica.
La irrupción de la primera Pen digital causó furor gracias a su cuidado diseño y, sobre todo, por la gran calidad de imagen que ofrecía, y fue precisamente en uno de sus grandes aciertos donde radicó otro de los grandes errores de Olympus, desaprovechar el cambio drástico que supuso dejar a un lado las cámaras réflex y no apostar por enriquecer las posibilidades que ofrecían las nuevas cámaras sin espejo de sensores.
Por el contrario, prefirió incidir en la opción de un único tipo de sensor de imagen para sus cámaras de objetivos intercambiables. El conocido sistema Micro Cuatro Tercios, impulsado por Olympus y Panasonic y derivado del sistema Cuatro Tercios que también impulsaron ambos fabricantes, pero sobre todo Olympus. Su gran ventaja se concretaba en una de las esencias de la compañía, su obsesión por el tamaño.
De Takachiho al Olímpo. Olympus nació en 1919 de la mano de Takeshi Yamashita, un joven abogado sin experiencia alguna en el mundo de la óptica. El primer nombre de la compañía hacía referencia a un monte sagrado japonés, el Takachiho. Pero, cuando optaron por ampliar sus fronteras, se decantaron por otras montaña sagrada mucho más reconocible por el mercado occidental. De esta manera, Olympus nació en 1921.
En los años 60 todo cambió en Olympus con la presencia de Yoshihisa Maitani, uno de los ingenieros más importantes de la historia fotográfica.
Movido por su gran pasión por la fotografía, diseñó y patentó una cámara que llamó la atención de la empresa. Fruto de sus diseños nació una cámara pequeña para poder llevar siempre encima y asequible para poder fomentar la fotografía. En su ideario, Maitani abanderó una máxima: «Lo más básico para hacer una foto es tener una cámara».
Otro capítulo determinante que marcaría el devenir de la empresa fue la catarsis que se produjo en febrero de 2012 cuando el expresidente de Olympus fue arrestado debido a su participación en lo que se consideró como uno de los mayores escándalos financieros de Japón, un fraude fiscal que superó los 117.000 millones de yenes. Dicha situación provocó la caída en picado de las acciones de la compañía, lo que generó unas pérdidas que superaron los 32.000 millones de yenes.
En un futuro inmediato. El anuncio de la venta de su sección fotográfica puso en entredicho las tres bases sobre las que Olympus asentó su fama: sus sistemas de estabilización pasan por ser los mejores del mercado, fue la que creó la primera cámara réflex digital que permitía encuadrar en una pantalla y apostaron muy fuerte en la creación de cámaras sin espejo para superar la tecnología réflex.
En un intento por paliar en la medida de los posible la incertidumbre generada, la compañía ha revelado de inmediato algunas de sus nuevas apuestas. Entre ellas figura una actualización de las lentes M.Zuiko Digital, que incluye ópticas nuevas y un software que permitirá la opción de transformar a parte de sus modelos en cámaras web.
En relación al apartado de los objetivos, el protagonismo se lo lleva el M.Zuiko Digital ED 150-400mm F4.5 TC1.25x IS PRO, un súper teleobjetivo zoom con teleconvertidor 1.25x incorporado que permite un alcance de 1.000 m, y cuyo lanzamiento está previsto antes de que finalice 2020. En su apuesta por la webcam, el gigante japonés ha querido sumarse a esta tendencia con el lanzamiento de una aplicación que permitirá que algunas de sus cámaras funcionen en las principales aplicaciones de videoconferencia. OM-D Webcam Beta ya está disponible por el momento para Windows 10 y es compatible con las Olympus OM-D E MIX, OM-D E-M1, OM-D E-M1 Mark II, OM-D E-M1 Mark III y OM-DE-M5 Mark II.
Finalmente, y en lo relativo a su superobjetivo –cuya salida al mercado ya fue anunciada hace varios meses–, también destaca la incorporación de dos nuevas ópticas con las que, según ha destacado la empresa en una nota, pretenden «reforzar el compromiso de Olympus de ampliar el campo de expresión fotográfica». El M.Zuiko Digital ED 8-25 mm F4.0 PRO será un ultra gran angular de la línea profesional; mientras que el segundo será una lente macro que tendrá una distancia focal lidantre a los 100 mm.