Asistencia técnica
La reparación de aparatos electrodomésticos y electrónicos está en su apogeo porque cada vez más nuestros auxiliares domésticos duran menos. Ya se sabe que, en este caso, cualquier tiempo pasado fue mejor porque las cosas se hacían para durar, y hoy se hacen con la inclusiva etiqueta de obsolescencia programada.
Para las reparaciones existen los servicios de asistencia técnica que se dedican a reparar, bien en sus locales o a domicilio. En este último supuesto será un técnico quien acuda para comprobar la avería y qué tipo de piezas necesita, por lo que sumará a la factura su desplazamiento. Es conveniente acudir siempre al servicio oficial de la marca del electrodoméstico, y más durante la garantía. En caso de acudir a otro técnico, hay que evitar empresas en las que solo aparece un simple teléfono móvil y no figura domicilio alguno.
Las reparaciones a domicilio son las más conflictivas y, en parte, porque somos los usuarios los que nos precipitamos al no solicitar un presupuesto en regla, como tampoco verificamos su puesta a punto antes de abonar la factura. Si se trata del servicio oficial no hay problema, ya que normalmente llevan su lista de tarifas, tanto por horas de trabajo, como de las piezas del aparato y, en caso de tener que acudir de nuevo para la reparación, solo es computable un único desplazamiento.
Período de garantía. En el caso de reparaciones en el taller, hay que solicitar un presupuesto previo y saber que, de no aceptarlo, el técnico podría cobrar por realizarlo. Si se opta por la reparación, el servicio técnico está obligado a entregar un albarán de depósito y a informar en el supuesto de detectar una nueva avería no computada al presupuestar la reparación, ya que tiene que haber un consentimiento expreso del cliente.
En ambos supuestos las reparaciones cuentan con un período de garantía como mínimo de tres meses e incluye la mano de obra, las piezas de repuesto y el desplazamiento. Eso sí, factura de por medio, que no se nos puede olvidar el pedirla para poder reclamar.