«Ilargi guztiak»
La prueba de que la maquinaria del cine sigue funcionando a pesar de todos los pesares, también en Euskal Herria, la tenemos en el anuncio del estreno del segundo largometraje de Igor Legarreta para el próximo 19 de febrero. Atrás quedan todas las dudas e incertidumbres que pudieron provocar las noticias relativas a un rodaje afectado por la pandemia, pero que el equipo de la película supo solventar con mucha profesionalidad y el mejor de los ánimos. La interrupción de la filmación tuvo lugar el 17 de febrero del pasado 2020, por lo que justo habrá transcurrido un año para cuando se estrene. Es posible que se haya perdido la oportunidad de acabar a tiempo para la temporada de festivales, si bien la prioridad para sus responsables es la de distribuir su trabajo lo antes posible, sin retrasos ni dejarse influir por la situación.
Semejante capacidad de reacción no evitó que el equipo de rodaje permaneciera confinado durante dos meses, pudiendo reanudar el trabajo en exteriores en junio, y en veinte días ya estaba todo el material listo para entrar en la sala de montaje, gracias a que el grueso de la producción con las escenas más complicadas y con mayor presencia de figurantes ya se pudo llevar a cabo en la primera fase. La experiencia de productoras como Kowalski facilitó el lograr una unidad espacio-temporal mediante una planificación pensada para sacar el máximo partido de las muchas y variadas localizaciones en Gipuzkoa, Bizkaia y Nafarroa.
No en vano, la ficha técnica de “Ilargi Guztiak” (2020) cuenta con el éxito previo de quienes estaban detrás de “Handia” (2017) o “La trinchera infinita” (2019). Mikel Serrano en la dirección artística, Pascal Gaigne en la composición musical, Laurent Dufreche en el montaje o Alazne Ameztoy en el sonido directo; además de Imanol Nabea en la fotografía, Leire Orella en el vestuario, Lola López como maquilladora, Itziar Arrieta de peluquera y Mariano García y Juanma Nogales a cargo de los efectos especiales.
El propio Igor Legarreta se ha encargado de escribir el guion junto a Jon Sagalá, a la vez que ha dirigido a un muy escogido reparto principal, que conjuga a una consumada actriz como Itziar Ituño con la debutante Haizea Carneros, que está llamada a ser el gran descubrimiento en su interpretación de esa niña de 13 años llamada Amaia. El papel masculino más importante recae en Joxean Bengoetxea, secundado por la veteranía de Zorion Egileor y Elena Uriz, más el actor infantil Lier Quesada.
Como quiera que de la distribución se encarga Filmax, se corre la tentación de pensar automáticamente en el género de terror, aspecto que conviene matizar. Sin necesidad de colocar etiquetas de antemano, lo correcto es situar a esta ficción entre el drama fantástico y el romántico, con especial atención por parte de su autor al retrato existencial siempre en un tono muy naturalista. Todo ello no quita para que el punto de partida argumental sea el del mito vampírico.
De hecho, al hablar de influencias Legarreta señala obras de distintos géneros, entre las que se encuentran “Déjame entrar” (2008) de Tomas Alfredson, “Entrevista con el vampiro” (2008) de Neil Jordan, “Vacas” (1992) de Julio Medem o “Juegos prohibidos” (1952) de René Clement. Por mi parte añadiré que el tema de la niñez eterna coincide con la reciente cinta animada de Joann Sfar “Petit Vampire” (2020).
La transformación de la pequeña protagonista en “no muerta” sucede a consecuencia de la última guerra carlista, cuando una bomba cae sobre el hospicio en el que vive y es rescatada, ya moribunda, por una misteriosa mujer del bosque a la cual confunde con un ángel que la lleva al cielo, cuando en realidad le está concediendo la inmortalidad a cambio de su compañía.
Sin embargo, el destino de Amaia adquirirá una dimensión humana y terrenal, una vez que es acogida en casa de un hombre que la tratará como si fuese su propia hija.